Viernes 23 de julio de 2021 21:21
Las nuevas cepas de La Vinoteca: Familia Awad Manzano entra a la propiedad tras comprar participación a histórico socio
La Familia Awad ingresó a la propiedad, mientras que Rodrigo Luco, el ex socio y quien participó de la transacción, confirma que vendió un 18%.
Fue una negociación que culminó hace ocho meses, pero se mantuvo con total sigilo. Hasta ahora.
La Vinoteca es toda una institución en el mundo del vino. Fundada hace tres décadas por el destacado cronista gastronómico y de vinos César Fredes, en sus inicios era una pequeña botillería gourmet en una galería subterránea del hotel Radisson. Cuando el hijo de éste, Mauricio, se hizo cargo de ella, la convirtió en una de las principales distribuidoras de este producto, de Chile; agregó nuevos locales; se expandió a regiones y sumó al negocio restaurantes y tiendas gourmet que poco tienen que envidiar a las de las grandes capitales del mundo.
Decir Mauricio Fredes y La Vinoteca es hablar casi de sinónimos, Quizá por eso la noticia de un cambio en la propiedad se ha mantenido en reserva. Fredes no da entrevistas y cultiva un bajísimo perfil.
La operación incluyó cerca del 50% de sociedad, según alguien que participó en ella, que pasó a manos de la familia Awad Manzano -sin relación con el empresario Jorge Awad-. De esa mitad, el entonces socio de La Vinoteca, Rodrigo Luco, aportó vendiendo el 18% que poseía.
Luco estuvo prácticamente desde el principio en el negocio y es quien cuenta cómo fue la transacción. “La Vinoteca representa la mitad de mi vida. Pasé 22 o 23 años maravillosos allí, pero sentía que cumplía un ciclo y quería irme de Santiago. Cambiar de tren de vida, pasar más tiempo con mis hijos. Además, la pandemia ya había comenzado y la cosa se veía peluda. Por eso decidí partir, y vender mi parte a los Awad. Mauricio aportó otro tanto y se quedó con un 50%. Pablo Awad quedó como gerente de ventas nacional”.
Luco dice que su salida fue en términos amistosos. “Qué te puedo decir. Yo fui parte de su crecimiento y desarrollo. Una experiencia alucinante, un trabajo hermoso”.
El ex socio de Fredes estuvo casi desde los inicios de la empresa, que comenzó como un minúsculo negocio y hoy posee dos amplias sedes en Santiago (en Nueva Costanera, Vitacura, y en Manuel Montt, Providencia, cada una con su respectivo restaurante y tienda de quesos, panadería y charcutería), una tercera en Viña del Mar y otra en Puerto Varas. Pero Luco tomó una decisión personal drástica: “Me fui a vivir la playa, cerca de Tunquén, Estoy feliz. No te voy a hablar de números, pero obviamente la venta de mi porcentaje me permite estar acá sin mayores sobresaltos”.
En los registros del Conservador de Bienes Raíces de Santiago, aparece un documento del 1 de julio de 2020, que dice que el Holding La Vinocteca Spa incluye a los accionistas Inversiones MF SPA, Pablo Awad Manzano e Inversiones JAC, con un capital social de $ 2.024.351.941 que aumenta a $ 4.468.926.849, Este último monto, a su vez, corresponde a 3.413.675.171 acciones, de las cuales 3.311.264.496 son serie A y 102.410.255 serie B.
Se determina la emisión de 1.381.365.557 acciones de serie A y 848.061 de serie B, que “se pagarán y suscribirán en un plazo de 5 años”. Otro documento, del 3 de julio, “establece que la administración de la sociedad queda a cargo de Holding La Vinoteca S.A en reemplazo de Mauricio Fredes”.
Mauricio Fredes y Pablo Awad no contestaron los llamados telefónicos de DF Más, para conocer su opinión. Fredes, que se encontraba en Puerto Varas, donde abre un nuevo restauramte, dijo en un whatsapp: “Sin comentarios”.
Las burbujas y el éxito
César Fredes, uno de los primeros periodistas chilenos que escribió con seriedad sobre vinos, recordaría así el origen de La Vinoteca: “Me invitaron al hotel para entrenar a sus garzones en el servicio de vinos. Después de hacer la capacitación, el gerente me dijo que quería tener una tienda de vinos en el hotel y me propuso que yo la instalara. Lo pensé un poco y al final accedí; lo hice con mi hijo Mauricio, que si bien estaba dedicado a la fotografía en ese tiempo, ya sabía bastante de vinos. Debo haber estado poco más de un año. Aunque nos fue muy bien, la verdad es que yo soy muy torpe comercialmente, así que dejé sentadas las bases y me salí”.
Con el impulso de Mauricio, quien invitó a Rodrigo Luco a sumarse, el negocio no hizo sino crecer. La Vinoteca jugó un rol clave en la modernización del vino chileno; fueron pioneros en darle un lugar destacado a las viñas boutique, con un portafiolo que mezclaba marcas independientes y tradicionales. Su influencia se puede notar fácilmente revisando las cartas de vinos de los restaurantes: son muchos los establecimientos, exclusivos o masivos, que ofrecen sus vinos.
De carácter inquieto, pero reservado, Mauricio ha tenido proyectos originales, tal vez adelantados, que no han logrado prosperar como la recordada champañería Docecinco en Providencia. Cuando en Chile casi nadie tomaba burbujas, abrió un lujoso local que ofrecía poco más que Champagne y ostras, adornado con fotos de María Gracia Subercaseaux. Aunque tuvo que cerrar, marcó época en la noche santiaguina de los 90.
“La idea es que todos puedan esquiar”, declaraba alguna vez Mauricio Fredes, quien al igual que su padre proviene de una tradición de izquierda. De hecho, en La Vinoteca de Manuel Montt se organizaron eventos para apoyar a Michele Bachelet.
Dando cuenta de la diversidad de sus intereses, Mauricio hizo una inversión alejada de las gastronomía: un colegio, llamado Francisco Varela, basado en el budismo, Fredes es un experto practicante de la meditación trascendental.