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Cultura

Mariana Enríquez: "Que hablen los que tengan realmente algo que decir y no por ser famosos"

Mariana Enríquez: "Que hablen los que tengan realmente algo que decir y no por ser famosos"

La escritora argentina, autora de "Nuestra parte de noche", es una de las principales voces de la nueva narrativa argentina. De visita en Chile invitada por Santiago en 100 palabras para dar una charla magistral mañana, hoy participó de un encuentro con un grupo de periodistas, entre ellos DF MAS.

Por: Por Sofía García-Huidobro | Publicado: Martes 4 de abril de 2023 a las 15:30
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A las 10 de la mañana de este martes, en el tercer piso del edificio que está en la esquina de Nueva de Lyon con Providencia, un grupo de periodistas y escritores compartió un desayuno y conversación con la escritora argentina Mariana Enríquez.

Entre los presentes estaban los autores Álvaro Bisama y Francisco Ortega, las periodistas Carolina Urrejola y Viviana Encina, además de las anfitrionas Carmen García y Soledad Camponovo, directora ejecutiva y coordinadora de Fundación Plagio, respectivamente.

De riguroso negro, look que la caracteriza, la autora de Nuestra parte de noche está de visita en Santiago para dictar una charla magistral sobre escritura y la ciudad como espacio de creación en el marco de la XXII edición del concurso Santiago en 100 Palabras.

Los 800 cupos para asistir a la actividad abierta y gratuita que tendrá lugar mañana miércoles a las 19:00 horas en el Centro de Extensión de la Universidad Católica se agotaron en tan solo 6 minutos, pero en vista del inmenso interés que genera la escritora se transmitirá a todo Chile en directo vía streaming.

Enríquez tiene un amplio registro como periodista, columnista y editora, además de varios títulos como cuentista -como Las cosas que perdimos en el fuego (2009) y Los peligros de fumar en la cama (2016) - pero fue con Nuestra parte de noche, novela editada por Anagrama en 2019 y ganadora del premio Herralde, que se pegó el gran salto internacional siendo publicada en 40 países.

Fue durante la pandemia que el título de terror se transformó en fenómeno. “Creo que la gente necesitaba sumergirse en un mundo distinto, que lo sacara de éste donde sucedía un conteo diario de muertos, aviones que traían vacunas, desinfectar las compras, una cosa muy intensa y estresante. Pero ese alivio de la lectura en este caso no era alegre tampoco, era la tensión y la adrenalina del terror como género”, explica tratando de encontrar las razones tras su éxito.

El terror que a ella le interesa, y que está presente en sus obras, se enmarca en tramas locales, que define como latinoamericanos, y que conectan lo sociopolítico con sus propios miedos. Eso, cree, es lo que apela al lector.

Durante la pandemia participó de innumerables sesiones virtuales y charlas por Zoom, porque le gusta conversar y establecer una relación de diálogo con sus lectores, pero en determinado momento se fue transformando en un personaje más público al que le preguntaban de todo. “Aprendí a decir que no. No puedo referirme a todo, porque hay muchas cosas que no sé. A los escritores en general les cuesta restarse, se me hace que es una cuestión de ego. Hoy en día hay tanta información que se generan interferencias. Que hablen los que tengan realmente algo que decir y no sólo por ser famosos”.

-Tu literatura se basa en cuestiones locales, ¿qué pasa ahora que llegas tan lejos? ¿Con qué tipo de reacciones o sorpresas te has encontrado?

-“Hay varias variantes, desde los que no tienen idea de qué pasa en esta parte del mundo, hasta los que creen que los procesos en Latinoamérica se acabaron junto con las dictaduras y después no supieron más. O la variante, ‘¿cómo haces ´para vivir ahí?’ Es desesperante cuando te lo dicen desde Europa. Yo les respondo siempre: ‘Si esta entrevista la tenemos en 1940, te lo estaría diciendo a vos’. Es temporal la historia. Te acostumbras a tu realidad. A nosotros no nos están cayendo bombas encima”.

Comenta además que, en países más lejanos culturalmente, a ella como argentina la referencia al Papa Francisco le llega de manera casi inmediata. “Es que estéticamente que el Papa sea argentino es como que la realidad se rompió”, acota bromeando Álvaro Bisama, y la conversación se desvía a las imágenes creadas con inteligencia artificial que se viralizaron hace algunos días y que mostraban al Pontífice vistiendo una glamorosa parka blanca. “Yo me las creí totalmente”, confiesa Mariana riendo.

Volviendo a la literatura, dice que esta requiere de algo de contexto. Sostiene además que desde el realismo mágico de Gabriel García Márquez, no ha habido particular interés internacional por Latinoamérica, con excepción de Roberto Bolaño.

Los detectives salvajes y 2666 les abrió una Latinoamérica muy distinta, del post-boom. Una realidad no tan maravillosa, más deprimente, llena de violencia y con una mezcla de mal y belleza que la caracteriza”.

Además de Bolaño, menciona las novelas de José Donoso como fuente de inspiración para Nuestra parte de noche. “Ese atmósfera de las casas opresivas me parece terrorífica”, relata.

Al finalizar la conversación, que duró algo más de una hora, la escritora y los invitados siguieron al piso de abajo a visitar la exposición Dormir de día del artista chileno Ignacio Gumucio, abierta en galería D21.

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