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Cultura

Kike Morandé regresa a la TV y con su estilo: “Cuando me dicen patrón de fundo, digo sí y feliz”

Kike Morandé regresa a la TV y con su estilo: “Cuando me dicen patrón de fundo, digo sí y feliz”

Estuvo casi cuatro años sin hacer televisión, luego de que fuera despedido de Mega tras el fin de "Morandé con Compañía". Se fue a vivir al sur, donde se reinventó en negocios como un hotel para caballos o la plantación de frambuesas. Dice que no extrañó la TV, que “estaba olvidada”. Pero una aparición en la Teletón cambió la ruta: esa vitrina llevó a que a mediados de enero regresara con un programa de humor, "Detrás del muro", esta vez en Chilevisión. En esta entrevista da sus explicaciones.

Por: Patricio De la Paz | Publicado: Sábado 25 de enero de 2025 a las 04:00
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Es el día antes del debut de su programa Detrás del muro, su regreso a la televisión después de casi cuatro años, y Kike Morandé (70) no puede esconder una sonrisa satisfecha. En la entrevista dirá luego que en todo ese tiempo no tuvo nostalgia de estar en pantalla, pero la actitud feliz que ahora se le escapa en cada momento, a cada paso, en cada gesto, posiblemente contradiga las palabras con las que asegura que no echó de menos.

Sin exagerar, se mueve por el estudio de Chilevisión -su nueva casa televisiva, después de 20 años en Mega y seis en Canal 13- con la
gracia y la pericia de un pez en el agua.

Ese miércoles no podía saberlo, pero el estreno de su programa el jueves 16 de enero, en horario estelar, ganó el rating de esa franja a los otros canales. Alcanzó 12,5 puntos, con un peak de 14,9. Ahora está sentado en el camarín de Diana Bolocco, el que estaba desocupado a esta hora de inicio de tarde, y bebe una Coca-Cola sin azúcar. Como siempre, Morandé viste formal. Camisa blanca, pantalón beige.

Parte contando que desde que en abril de 2021 lo despidieron de Mega y se terminó Morandé con Compañía, que estaba al aire desde 2001, él se refugió en el sur, en el campo que tiene hace más de dos décadas en Pindaco, a pocos kilómetros de Río Bueno. Empezó a ir cada vez más seguido, hasta que se quedó allá junto a su mujer. “Allá voy a la peluquería, voy al dentista, todo. Ya es mi pueblo”, asegura.

“Antiguamente yo iba y venía entre el sur y Santiago. Cuando vino la pandemia, me fui. Luego se terminó el programa de televisión. Pensé: ‘¿Qué hago ahora?, no puedo estar en nada, yo me siento joven. ¿Cómo me reinvento?”’, recuerda. Y entonces Morandé sin tele empezó a reinventarse.

“Se me ocurrió hacer un hotel de caballos en Río Bueno, porque hay mucha gente que tiene sus yeguas regalonas y después que terminan de correr no saben qué hacer con ellas. Me las mandaban y con el potro mío u otro potro, las yeguas parían, yo les criaba al potrillo y seguían las yeguas conmigo. Empecé a tener clientes, unos 20 o por ahí, que me ayudaban mucho para financiarme”. 

No se detuvo ahí. “Seguí pensando qué hacer, porque me empecé a quedar sin flujo, y yo era un tipo acostumbrado al flujo, no tanto para vivir, sino para el montón de cosas que movía. Yo soy muy creyente y creo que de arriba me llegó una visita de mis vecinos en el campo, los Pérez de Arce. Hoy tenemos una sociedad con 40 hectáreas de frambuesa y la posibilidad de sumar otras 40 hectáreas”. Pero Morandé quería más. 

“Pensaba: ‘¿Qué negocio puedo hacer que sea líquido, que las lucas entren rápido? En Instagram, que no había tenido nunca, empecé a ver un señor de un campo cerca del mío, que contaba cómo había empezado con gallinas y vendía huevos. Fui a verlo. Y bueno, ahora estoy de vendedor de huevos. Tengo como 600 gallinas, pero quiero llegar en un año por lo menos a 5.000 o 6.000;  y después ver si pueden ser 10.000. ¡Y que tiemble la competencia!”.

Hoy está con sus tres emprendimientos en marcha “y me están empezando a permitir darme vuelta bien. Están en the rising sun, en el momento de nacer”, precisa. 

“Antiguamente yo iba y venía entre el sur y Santiago. Cuando vino la pandemia, me fui. Luego se terminó el programa de televisión. Pensé: ‘¿Qué hago ahora?, no puedo estar en nada, yo me siento joven. ¿Cómo me reinvento?”’

- ¿En ningún momento sentiste nostalgia de la televisión? Habían sido tantos años…
- No. La tele para mí se había acabado, estaba olvidada. 

- ¿De verdad?
- Te digo una cosa: yo tengo 70, entonces pensaba “ya soy un viejo de mierda para la televisión”, pero también decía qué raro, porque en todos lados, en el aeropuerto, en el estadio, en el Club Hípico, la gente me preguntaba “¿cuándo vuelve?” Pero yo no pensaba en la tele, jamás.

Lo dice con certeza. Aunque en noviembre de 2024 a Kike Morandé se le abriría una puerta inesperada. Y un camino que transita con gusto en estos días. 

“¿Cómo te vas a asustar con eso?”

Su salida de Mega en 2021 lo dejó con un gusto amargo. Su despido fue a través de una llamada por teléfono, cuenta.

“Me dolió. Teníamos una historia con el canal y nos había ido la raja con el programa, ganábamos plata como chanchos. Era mi canal. No es que me movía como Pedro por mi casa, pero al principio iba a algunas reuniones de directorio, me consultaban. Yo le pegaba a los temas de tele y ellos eran muy buenas personas, muy buenos amigos. Después vino la primera etapa con Heller que fue muy buena también. Después empezó a llegar gente nueva… Pero que todo terminara con un llamado telefónico, donde me dicen ‘ya, llegamos hasta aquí, el contrato se caduca hoy’, es fome”.

Eran tiempos, además, donde el animador era fuertemente cuestionado en redes sociales. Lo funaban. Él mismo lo cuenta: “Me calificaban de homofóbico, de momio, de misógino. Esa última palabra me la gritó una vez alguien y yo le dije: ‘Espérame un segundito, voy a ver en Google qué me estás gritando’”. 

- ¿Por qué te convertiste en blanco de todo eso?
- Mira, creo que nada es casualidad. Nosotros quisimos que las cosas fueran así. Yo soy de la teoría de que venía planeado de hace mucho tiempo. 

- ¿Qué cosa?
-Esto de las revoluciones (se refiere al estallido social), de que se incendien 27 estaciones de metro. Eso no es porque de repente todos andaban con un fósforo…

- ¿Pero por qué te ponen en la mira a ti?
- Porque era como “ataquemos un ícono de un momio”. Al principio yo era el tipo que todos querían ser, que tenía un Porsche, que tenía mujeres lindas al lado, que esto, que lo otro, que me movía feliz por la vida. Y de repente resulta que soy un tipo al que hay que darle, que abusa con las mujeres porque trabaja con ellas, o que era homofóbico, cuando en mi oficina nunca nadie se preocupó quién era quién. O que era misógino, y pucha, ahí sí que estaban equivocados. 

- Otros te  pedían: “Libera a los enanos”…
- Eso fue una maldad. Yo no podía ser más hincha y más amigo de mis enanos queridos (que trabajaban en su programa). Entonces que me dijeran “libera a los enanos”... yo pensaba: “¿Y por qué mejor no liberas tú a los tuyos, a los que te nublan el cerebro?”.

Se queda pensando un rato. Y dice: “Que el canal me sacara al asustarse porque algunos decían ‘Muera el Kike’ fue una cobardía total. ¿Cómo te vas a asustar por eso?”.

En el día previo al estreno de "Detrás del Muro" en CHV

Tuvo que cerrar su productora Kike 21, que estaba a cargo de Morandé con Compañía. “Afortunadamente fui cuidadoso y cuidé bien mi plata, pero a pesar de que creí que era rico, cuando se terminó el programa tuve que desembolsar una cantidad de lucas que no te imaginas en indemnizaciones, porque a todo el mundo se le dio la indemnización que correspondía, no negocié con nadie. Y quedé en pelotas”. 

- Intentaste luego hablar con otros canales, buscar un espacio, pero no te abrieron la puerta.
- En Canal 13 tuve tres reuniones con gerentes de producción. Hasta que llamé a Max Luksic, que era director ejecutivo y a quien conozco, y me dijo que no me iba a tramitar más, que ellos estaban detrás de rostros más que de programas. ¿Yo no era considerado rostro entonces? A Max lo quiero, pero su respuesta no me pareció de lo mejor. También fui a Chilevisión, tuve reunión con los que hoy son mis jefes, pero esa vez no pasó nada. 

- ¿Te bajoneaste?
- No.

- ¿Ni siquiera un poco?
- Sólo pensé: “Ya, el que estoy patinando soy yo, pasó la vieja”.

- ¿Instalarse en Río Bueno fue entonces una manera de meter aire fresco, abrir otro ciclo?
- Puede ser… Se me cerraba una puerta, pero iba a tratar de abrir otras. 

- ¿Eres optimista?
- Tremendo.

“Me calificaban de homofóbico, de momio, de misógino. Esa última palabra me la gritó una vez alguien y yo le dije: ‘Espérame un segundito, voy a ver en Google qué me estás gritando’”.

“No puedo jugar a ser un tata”

Una puerta de las que habla Morandé se abrió en noviembre pasado, para la Teletón 2024. Lo llamó Juan Pablo González, actual director de programación de CHV y quien estaba a cargo de la transmisión del evento solidario, para preguntarle si podía presentarse junto a los actores que daban vida a Detrás del muro, una sección de humor de Morandé con Compañía. Los involucrados volvieron a hablar entre ellos después de años y acordaron que se presentarían la madrugada del sábado 9. 

El show -donde estuvieron comediantes como Belén Mora, Toto Acuña y Kurt Herrera, entre otros- fue un éxito. El animador cantó su ya clásica La peineta. El público aplaudió y le gritó a Morandé -visiblemente emocionado- que volviera. Fue un punto de quiebre para él.

Al día siguiente lo llamó González y le planteó que hicieran Detrás el muro en Chilevisión, en horario estelar. “Yo pensaba si valdría o no la pena… Se juntaron mis hijos, mi señora, y me dijeron: ‘Dale de todas maneras, porque volviste a ser tú. Esto te encanta, papá; no seas leso. Se ve altiro que estás contento’. Y capaz que yo haya estado deprimido, abúlico, sin darme cuenta”, recuerda.

Los actores que participan en Detrás del muro, cuenta Morandé, tenían una oferta de hacer el mismo programa en Mega, pero optaron por irse a Chilevisión con él. Eso también lo emociona. “Creo que de viejo uno se pone más emotivo, me doy más permiso para eso. Además, pienso que parte importante de que esto esté hoy funcionando y que toda esta gente que esté aquí trabajando es por algo que uno hizo. Volvemos también a una época importante en nuestras vidas”, comenta.

- A la televisión volvieron los realities, más recientemente la farándula. ¿Es el momento del humor? El año pasado en Mega estuvo El antídoto, con Fabrizio Copano.
- No sé si sería humor eso. Fome. No se reían ni ellos mismos. El que hacemos nosotros es un humor sin humorista, son situaciones, son parodias para que te rías. En una promoción que se hizo el otro día, (Gustavo) Becerra estaba atrás del bar y nos atendía, contaba que tenía un pitutito en un café con piernas y cuando se va se saca el delantal y sale en pollera. Ese tipo de idioteces.

- Explotan el doble sentido. En un país donde a todo se le pone límite, a veces con excesiva gravedad, ¿aún hay tolerancia para eso?
- Hoy te dicen cómo tienes que hablar, lo que tienes que hacer; y no me parece. El doble sentido van a tener que tolerarlo, tiene que aceptarse porque es parte de la vida. Me acuerdo cuando prohibieron los piropos a la gente en la construcción, los prohibió Joaquín Lavín. Yo dije: “nos volvimos locos, si esto es una tradición”. 

- En este regreso a la TV, ¿lo haces con alguna lección aprendida?
- Me tengo que poner en una posición que sea totalmente de todas las edades, a pesar de que sea muy mayor. No puedo jugar a ser un tata. Tengo que estar muy al día, por eso converso mucho con los jóvenes, que la Dua Lipa, que esto y lo otro. No puedo no saber por qué renunció Trudeau ni que asume Trump o que Milei está rompiéndola en Sudamérica.

- ¿Y vuelves con algún cambio en estilo?
- Yo trataría de cambiar lo menos posible. La gente me conoce y me quiere así. Es curioso, algo que la gente me hace sentir es que le gusta esa posición como de papá protector. Siempre me han dicho patrón de fundo y yo digo que tener un patrón de fundo es lo mejor que puede haber, un tipo que se preocupe de todo. Entonces cuando me dicen patrón de fundo, digo sí y feliz.

- Como un piropo.
- Es un piropo, exactamente. En la vida tienes que ser patrón de fundo en lo que hagas.

- ¿Este programa de humor podría ser el paso tuyo a un espacio mayor en televisión?
- Puede ser a un programa grande, pero podría ser también hacia otro lado, como estar en un directorio de un canal. En todos los programas que he hecho durante 30 y tantos años siempre me fue bien, tengo buen ojo para la tele. 

- Para el estreno no está Miguelito, que es una de las figuras claves. Muchos se preguntan si volverá a Detrás del muro... 
- Miguelito está en el Circo du Soleil en Canadá. Y ahí se va a Boston, luego a México y de ahí a no sé dónde. La debe estar cortando con motosierra el chico.

- ¿Por qué no tienes coanimadora? Ha sido uno de tus sellos.
- A mí me encantaría, pero pregunté y no me han pescado. Me gustaría la Vanessa (Borghi) o habría tal vez que inventar a una niña nueva. Voy a tratar de que se pueda. Yo siempre he animado con una mujer al lado. En Cóctel estuve con la Marcela Vacarezza, la Mónica Aguirre, la Claudia Eggers. En Viva el Lunes con la Cecilia (Bolocco). En Martes 13 con la Viviana Nunes. En Morandé con Compañía empecé con la señorita Jeannette y pasaron millones. Ahora es la primera vez que voy a estar sin una animadora.

- Lo puedes tomar como un desafío
- En vez de tantos desafíos, creo que es más fácil ponerme una mujer al lado.

- Algo como Morandé con Compañía ¿sería posible en la televisión hoy?
- Si lo dejaran hacer como fue, de todas maneras que sí. Hicimos millones de cosas. El profesor Salomón; épico. Tutututu; épico. El guatón del Che Copete; épico. La Marlene Olivarí; épica. O sea, todo épico. La rompería. Así que a mí no me vengan a decir que tengo algo contra alguna mujer; no quiero que se me interprete mal, pero en ese programa teníamos unas chiquillas preciosas en bikini que a nadie le molestaba ver. Y no porque yo muestro una niña linda en bikini, voy a decir que las otras son feas. Esa es una tontera que de repente se metió acá. Me da rabia.

- No faltaría quien hoy podría decírtelo de nuevo…

- Que se enchufen eso, realmente. Yo no encuentro ni una mujer fea, te lo digo de verdad. A todas les encuentro gracia. 

"En ese programa (Morandé con Compañía) teníamos unas chiquillas preciosas en bikini que a nadie le molestaba ver. Y no porque yo muestro una niña linda en bikini, voy a decir que las otras son feas. Esa es una tontera que de repente se metió acá. Me da rabia".


Años apocalípticos

Kike Morandé dice que a estos últimos cuatro años, en los que él ha estado ausente de la televisión, los califica de “nublados”.

- ¿En qué sentido nublados?
- Medio apocalípticos, diría yo. Uno de los jinetes del Apocalipsis pasó por aquí y tiró, no sé, unos rayos. No puede ser que un país que iba derecho en plan de crecimiento, donde uno tenía sus proyectos, haya terminado todo incendiado. El país entero hecho tira. Ocurrió con cosas tan nuestras como la Iglesia de la Veracruz. Si uno lo analiza, es una salvajada. Y gente que hoy nos están diciendo qué es lo que tenemos que hacer… Entonces tú dices calma, calma, que esto pasa. El Apocalipsis dice que van a caer los rayos de fuego, pero que va a pasar.

- Una forma muy personal de mirar estos años…
- Sí, porque no es posible que la gente se llene tanto de desinteligencia. Yo creo que ahora es un momento en que uno puede volver a pensar en cosas positivas. A mí me gusta mucho generar trabajo, por ejemplo. Entonces ver que con lo de las frambuesas en el sur hay 70, 80, 90 personas que están trabajando, poniendo las plantas, tú dices: “qué bueno que esa gente va a comer por este proyecto”. Quiero pensar cosas como esas.

 

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