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Frankfurt Calling: El DAX alemán toma fuerza

Frankfurt Calling: El DAX alemán toma fuerza
El principal índice germano rompe récords y supera a Wall Street, lo que atrae la atención de inversionistas globales. Con oportunidades en defensa e infraestructura, pero con riesgos en tasas y política exterior, ¿es momento de subirse o mejor esperar?
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Der DAX ist auf Erfolgskurs (El DAX está en racha). En los últimos seis meses, la bolsa alemana ha superado a sus pares de Europa y EEUU y la tendencia no parece cambiar. En medio año, ha rentado 22%, mientras que el S&P 500 ha crecido un tímido 0,4%. A mediados de febrero, el índice de las 40 principales empresas germanas alcanzó un máximo histórico de 22.000 puntos, un hito que lo puso en la mira de los inversionistas globales.
El éxito reciente del DAX, dicen distintos bancos de inversión, se explica por la baja en las tasas de interés del Banco Central Europeo (BCE), que ha hecho más atractivas las acciones en comparación con instrumentos de renta fija. Además, un giro en la preferencia de los inversionistas hacia mercados europeos, tras las altas valoraciones de las tecnológicas en EEUU, ha favorecido el índice.
Y ahora, con la caída profunda de Wall Street -esta semana los mercados norteamericanos sufrieron su principal corrección desde 2022 (ver recuadro)- Alemania seguirá en pole position.
Y ahora, con la caída profunda de Wall Street -esta semana los mercados norteamericanos sufrieron su principal corrección desde 2022 (ver recuadro)- Alemania seguirá en pole position.
También hay un elemento político que es importante tener en cuenta. “La victoria electoral de la Unión Cristianodemócrata (CDU/CSU) bajo el liderazgo del partido de Friedrich Merz en febrero también ha tenido un impacto positivo en las acciones alemanas. Especialmente los valores nacionales del MDAX han reaccionado muy positivamente”, informó DWS, uno de los principales gestores de activos del mundo con sede en Frankfurt.
En general, agregan, “parece haber alivio al haberse evitado otra coalición tripartita difícil de manejar y los inversores esperan que un gobierno favorable a las empresas pueda aumentar el gasto en defensa y la inversión en infraestructuras”.
En general, agregan, “parece haber alivio al haberse evitado otra coalición tripartita difícil de manejar y los inversores esperan que un gobierno favorable a las empresas pueda aumentar el gasto en defensa y la inversión en infraestructuras”.
Pero, como en toda historia financiera, no todo es tan simple ni tan seguro. Por eso muchos inversionistas ven con distancia este éxito actual y advierten que existen riesgos en el camino.
Oportunidades en defensa e infraestructura
Para Ignacio Mieres, jefe de análisis XTB Latam, este crecimiento “está impulsado por la expectativa de un plan de gasto público de 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años, con 650.000 millones destinados a inversión interna. Los inversores ven este gasto como una oportunidad para reactivar la economía, beneficiando especialmente sectores como defensa e infraestructura. Empresas como Rheinmetall y OHB SE, del sector armamentístico, han mostrado un fuerte crecimiento tras las elecciones”.
Efectivamente, los papeles de Rheinmetall han crecido 93% en el año y los títulos de OHB SE han rentado más de 40%. En ese mismo contexto, las acciones de firmas como Siemens han trepado más de 21% y las de Deutsche Telekom 18%. Todas estas están vinculadas al negocio de defensa, espacial, transporte e infraestructura y telecomunicaciones.
Mieres agrega: “Un fenómeno llamativo es que las grandes empresas están superando a las pequeñas y medianas. Esto se debe, en parte, a la caída de las firmas tecnológicas, que antes lideraban el mercado y ahora enfrentan fuertes correcciones. Como resultado, los inversores han buscado opciones más seguras, favoreciendo a grandes compañías alemanas”.
Riesgos a la vista
Muchos miran este rally con cautela. Primero, porque Alemania sigue en una región con tensiones geopolíticas. Por ejemplo, la guerra en Ucrania y los riesgos de desestabilización en Medio Oriente podrían afectar el comercio y el crecimiento económico. Segundo, la reelección de Donald Trump en EEUU ha reavivado la posibilidad de nuevos aranceles sobre el acero y aluminio europeos, lo que podría impactar a la industria manufacturera alemana.
Mieres piensa algo en esa línea: “La administración de Donald Trump ha señalado que Europa impone restricciones comerciales severas, lo que podría generar represalias económicas. Además, el fuerte gasto en defensa e infraestructura puede elevar significativamente la deuda alemana, lo que podría afectar la estabilidad financiera. Por último, se espera que este impulso económico se traduzca en crecimiento real, pero no hay garantías de que el dinero invertido se convierta en productividad sostenible”.
Mauricio Carrasco, economista y profesor de la Universidad de los Andes, coincide: “La conjunción, principalmente, de la normalización monetaria del BCE, los resultados de las elecciones y la expectativa de implementación de reformas y una política fiscal expansiva en materia de defensa e infraestructura, que apoyarían el crecimiento en el corto plazo, le ha dado soporte al DAX. La pregunta es si estos drivers pueden seguir sorprendiendo positivamente para sostenerse el impulso. Esto último parece menos evidente y si algo creo es que los riesgos están sesgados a la baja. Las expectativas apuntan a que el paquete de gasto fiscal será aprobado, lo que podría mantener el momentum de la bolsa en el corto plazo, pero existen varios frentes de riesgo a los cuales hacer seguimiento”.
La cifra clave: -900
Este lunes el Dow Jones se desplomó 900 puntos en su peor día desde 2022. Para ponerlo en perspectiva: este índice, que sigue a las 30 empresas más grandes de Estados Unidos, es el termómetro clásico de Wall Street. Si el Dow cae fuerte, es porque los inversionistas están en modo pánico.
El golpe no vino de la nada. Después de semanas de caídas, el mercado entró en modo corrección cuando el Presidente Trump y su equipo económico reconocieron que podría venir una etapa difícil. La señal fue suficiente para que los inversionistas salieran corriendo.
El Nasdaq, hogar de las grandes tecnológicas, cayó un brutal 4%, con Tesla perdiendo 15% y Nvidia, Apple, Alphabet y Meta cediendo más de 4% cada una.
En resumen: Wall Street está temblando. Y cuando las Big Tech se caen, arrastran todo consigo. Habrá que ver cómo todo progresa en Nueva York.
Acción de la semana: IAG
Las turbulencias no ocurren solo en el aire. International Airlines Group (IAG), el holding detrás de Iberia y British Airways, ha caído 21,5% en los últimos 30 días en la Bolsa de Madrid, llevándola a terreno negativo en lo que va del año (-8%).
Su relevancia no es menor, ya que este conglomerado participa de las empresas Aer Lingus, Vueling y LEVEL. Además, cuenta con una flota de 592 aviones y opera a más de 250 destinos.
El detonante de esta última caída vino desde el otro lado del Atlántico. Delta Airlines recortó sus previsiones de demanda para 2025, advirtiendo una baja en la confianza del consumidor y un enfriamiento de la economía estadounidense. Si los pasajeros de EEUU reducen su gasto, las aerolíneas globales lo sienten, y ahí está el riesgo.
Hoy la acción cotiza en 3,45 euros, lejos del precio objetivo de 4,76 euros. La pregunta ahora es si esta turbulencia es solo un bache o el comienzo de un aterrizaje forzoso. O, también, podría abrirse una oportunidad para aquellos que quieran aprovechar el mal momento de AIG.
— Jorge Tolosa, operador de renta variable de la corredora de bolsa Vector Capital.