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Método Buffett: 6 claves para entender su filosofía de inversión

Método Buffett: 6 claves para entender su filosofía de inversión
El fin de semana pasado, Warren Buffett anunció que dejará los roles operativos de Berkshire Hathaway, marcando el cierre de una era en Wall Street. A raíz de ese anuncio, dos expertos locales repasan los principios que definieron su estilo: buscar valor donde otros ven ruido, invertir en lo que se entiende y moverse cuando el resto duda.
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Warren Buffett entró a la Universidad de Columbia a estudiar un máster en economía por un solo motivo: aprender de Benjamin Graham. En ese momento -principios de los años ‘50- Graham ya era una figura clave en Wall Street y el principal referente del value investing, un método que comenzó a enseñar en esa misma universidad en 1928 y que se basa en identificar acciones subvaloradas en el mercado, es decir, compañías sólidas cuyo precio bursátil es menor a su valor intrínseco calculado. Buffett quería estudiar con él y lo consiguió. Sacó nota A+ en su curso e incluso le ofreció trabajar gratis.
Si bien Graham es el padre de esta filosofía de inversión -descrita en parte en su libro Security Analysis, publicado en 1934-, fue Buffett quien la llevó más lejos. Tomó los principios centrales del método y los aplicó a sus decisiones en Wall Street, a través de Berkshire Hathaway, su holding de inversiones y una de las empresas más valiosas del mundo. En la última junta de accionistas, anunció que en diciembre dejará los roles operativos. Su lugar lo tomará Greg Abel.
Desde 1964, las acciones de Berkshire Hathaway han acumulado un retorno de más de 5.000.000%. En el mismo período, el S&P 500 -incluyendo dividendos- ha registrado una ganancia cercana al 39.000%. Todo esto, mientras la firma mantiene una posición de liquidez pocas veces vista. Según el último reporte trimestral, Berkshire cerró con US$ 347.000 millones en efectivo.
Y clave en todo esto han sido los mandamientos de esta filosofía de inversión, que sigue vigente y que muchos inversionistas aún aplican (aunque también tiene críticos). Acá, un puñado de ideas para considerar en tus próximas decisiones de inversión.
Los seis mandamientos
Para Javier Mella, académico de la facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, hay seis principios clave para entender el pensamiento de Warren Buffett.
El primero: comprar empresas cuyo valor intrínseco esté por sobre su valor de mercado, determinado por el “precio por cantidad de acciones”.
El segundo y tercero son dos frases que Buffett ha repetido en múltiples ocasiones: invertir en el largo plazo y apostar por compañías que uno entienda. “Y por eso, por mucho tiempo no invirtió en empresas tecnológicas, cuestión que fue cambiando en el tiempo con una fuerte inversión en Apple”, rescata Mella.
La cuarta clave es elegir empresas con buena administración. Esto, dice Mella, marca un contraste “con otros inversionistas que se focalizan en buscar firmas con potencial, pero mal administradas”.
El quinto punto tiene que ver con mantener un portafolio manejable, con pocas acciones y alta concentración. La idea, dice Mella, es “focalizarse en un número reducido de acciones con mayor potencial”.
Y el sexto: actuar con decisión cuando el mercado entra en pánico. “Invertir en periodos donde el mercado está más temeroso. Y viceversa, cuando el mercado está en valores extremadamente altos, ser más cauteloso y desinvertir”.
Invertir con cálculo
El value investing, dice Guillermo Araya, gerente de estudios de la corredora Renta4, es básicamente lo que hacen los analistas fundamentales. “Es decir, aquellos que analizan los fundamentos y a través de alguna metodología financiera estiman o calculan el valor que debería tener un activo dentro de los próximos 12 meses o precio objetivo”.
Araya lo explica con un ejemplo concreto: “La diferencia entre el precio de mercado actual y el precio objetivo es el upside o rentabilidad esperada para la acción dentro de los próximos 12 meses. Por lo tanto, se elegirá a aquellas que tengan la mayor rentabilidad esperada en un horizonte de inversión”.
En otras palabras, dice Araya, el corto plazo no es lo relevante: “Por definición, cuando ya nos definimos un horizonte de inversión y se calcula el valor de los flujos futuros, no interesan los ruidos de corto plazo. No se trata de maximizar la ganancia diaria, sino que, por el contrario, se mantiene un esquema de inversión en activos de calidad que independiente de los efectos de corto plazo, su precio objetivo se mantiene”.