La pandemia abrió a través del confinamiento un nuevo espacio de ocio y entretenimiento en los hogares. Desde plataformas de streaming, aplicaciones pagadas hasta almacenamiento en la nube, son varios los nuevos gastos de los chilenos. A su vez, como nunca antes el número de plataformas ha crecido exponencialmente, lo que en algunos casos ha provocado que la contratación múltiple se torne insostenible. 

Aunque los distintos servicios y aplicaciones tienen precios promedios accesibles -en torno a los $ 9 mil en promedio- su suma resulta un gasto cada vez más abultado en suscripciones.

“Uno de los gastos que podríamos denominar “contemporáneos” son los relacionados con el uso de la tecnología y en especial del rubro de la entretención. Este gasto además, debe ser considerado en una situación forzada como resultado del confinamiento cuyo crecimiento ha sido exponencial”, explica el académico de la Escuela de Auditoría de la Universidad de Valparaíso, Alejandro Torres.

Revisa la oferta

Si bien Netflix sigue como la plataforma de streaming número uno a nivel mundial, en Chile cada vez hay más competencia: Amazon Prime, Apple TV, Disney+, HBO Max, Mubi, entre otras.

¿La diferencia? Además de sus contenidos, sus precios, que van entre los $ 4.165 y $ 10.700, y que por supuesto, deben ser pagados de forma mensual, generando cierto tipo de hábito en el consumidor. 

Los servicios de música como Spotify o Apple Music o Tidal, también entran en la lista. Sus precios rondan los $ 4.000.

"Estamos en presencia de un gasto digital de prácticamente 10% del ingreso mensual de una familia en Chile”, comenta Alejandro Torres.

Y un gasto cada vez más común es el almacenamientos en la nube con servicios como Google Drive o Apple One con precios entre $ 4 mil y $ 14 mil, dependiendo del plan a elección. 

“Suponiendo la selección de un solo tipo de servicio, tenemos un gasto mínimo de $ 32.800, que sumado a un adecuado plan de internet, cuyo promedio es de al menos $30 mil adicionales, estamos en presencia de un gasto digital de prácticamente un 10% del ingreso mensual de una familia en Chile”, comenta Torres.

En este sentido, el subgerente Comercial de SP Digital, Matías Monroy, plantea que para no perder momentos de entretención, “hay que poner en una balanza cuáles son tus principales intereses y orientar tus ingresos en estos, siempre teniendo en cuenta el nivel de ahorro y de gastos que puedes tener a partir de tus flujos”.

Una clave infalible

Por más que te llamen la atención este tipo de servicios, es muy probable que no los uses frecuentemente y termine siendo sólo un pago rutinario sin mucha utilidad.

Para evitar aquello, Torres recomienda repasar la cantidad de películas o series que se quiere ver, dividir el costo del servicio por el número de estas y determinar el valor unitario. Tras esto hay dos finales: Conviene comprar de forma directa las películas o bien, vale completamente la pena pagar el servicio.

“Como todo bien adquirido, depende de cuanto se rentabilice y de la disposición a pagar de cada persona. Ya que cada plataforma tiene un catálogo diferente de contenido para ver. Sin embargo, siempre se deja alguno de lado al momento de tener plataformas que por así decirlo se canibalizan entre sí”, dice Monroy

Lo mismo ocurre con los canales premium del cable, cuando muchas veces todo recae en el zapping o incluso estamos pagando por algo que no es de nuestro interés, como puede ser el fútbol para algunas personas o canales de entretención infantil. “En la actualidad existen varios servicios que no sólo aportan flexibilidad en cuanto al número de canales a un menor valor, sino que incluso permiten ver los contenidos en distintos dispositivos”, explica el profesor de la Universidad de Valparaíso.

Si pasas más tiempo en plataformas de streaming, quizás sea buen momento para dejar el cable, o por el contrario, si tienes un buen plan de cable, puede que no sea necesario gastar más dinero. O suscribirte solo para ver lo que quieras. 

Realismo

“Si una persona contrata todos los servicios y los mantiene en el transcurso del tiempo, la mensualidad puede superar fácilmente los $ 200.000, lo que finalmente genera una carga importante al mes, más aún cuando estos servicios no son necesarios o no se utilizan”, dice el abogado y socio de Staff Chile, Raimundo Bravo

“Aunque suene cliché, se recomienda acotar el consumo a lo que realmente se necesita o usa, a veces incluso se nos olvidan este tipo de contrataciones, pero la cuenta sigue corriendo mes a mes”, agrega.

Así, la clave según los expertos es tener un registro de los gastos mensuales y tener claro cuánto se saca del bolsillo para sustentar cierta actividad. Con el panorama claro, se puede ver lo indispensable y aquello que quizás ya no es parte importante del día a día.

"Cuando perdemos ese orden es cuando no podemos medir los gastos que vienen por delante, y ahí es donde a veces se genera el problema, que estamos gastando más de lo que podemos sin darnos cuenta", recalca Bravo.

Por otro lado, ¿qué pasará cuando los confinamientos queden en el pasado y haya que retomar la vida normal?.