Punto de partida
Marca de trajes de baño lanza alianza con Palpa: diseños para mujeres con mastectomía
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Al igual que a muchas mujeres, a Javiera el tema del traje de baño siempre le provocó cierta inquietud, y cuando estudiaba diseño en la Universidad Católica se propuso elaborar una prenda que fuera atractiva estéticamente, pero que además se ajustara a todo tipo de cuerpos.
En 2016, cuando todavía era estudiante, creó, en conjunto con su madre, Zinnia Cajiao, la marca de trajes de baño Faustina que vendían por Instagram. A partir de esa experiencia decidió dedicar su proyecto de título a esta prenda de baño bajo la guía de Paola Moreno, académica experta en textil y pieza fundamental de su investigación.
“El crear una marca de traje de baño puede sonar superficial, pero se trata de una problemática real para la autoestima de las mujeres y que representa un momento crítico cuando llega el verano. Las chilenas, en general, no tienen la cultura de las colombianas o las brasileñas, que están mucho más apropiadas de sus curvas. La mayoría de los cuerpos tienen distintas tallas entre busto y caderas, y estudiando el mercado chileno comprobamos que no había muchas alternativas de calce diferenciado”, comenta Javiera.
Se dedicó entonces a buscar una manera de unir dos piezas que al juntarse formaran una prenda integral. En 2019 asistió a una charla en su facultad sobre patentes de invención como mecanismo para proteger propiedad intelectual, y decidió participar de un concurso interno de la UC que se adjudicó y que le permitió financiar la primera parte del proceso que implica patentar un tecnicismo nuevo, en este caso el método específico de unión de dos piezas. El siguiente paso es la solicitud de publicación de patente que actualmente está en etapa de aprobación en Inapi.
En septiembre de este año Javiera lanzó Dila, su nueva marca de trajes de baño que ofrece modelos de una y dos piezas considerando los límites de exposición de cada cuerpo. “Nuestra bandera es luchar para tener oferta para distintos tipos de cuerpos. Y vimos la oportunidad de hacer algo con Palpa (dispositivo para detectar y prevenir el cáncer de mama creado por Josefa Cortés, y que también nació como su proyecto de título en Diseño UC). La alianza fue natural, porque estamos alineadas en la intención de empoderar a las mujeres”, afirma Martin.
En Navidad lanzaron la campaña que compromete la donación de un dispositivo Palpa por la compra de los modelos Red coral y Pink coral de Dila. Esta iniciativa la presentaron en conjunto con el testimonio de Sofía Mardones (@topitoms_), una joven de 25 años con cáncer de mama y que tuvo que realizarse una mastectomía total de su seno derecho como parte de su tratamiento.
“Sofía se probó este diseño y fue un éxito: le sujeta bien el busto y nuestras telas, que provienen de Colombia y Brasil, son de alta calidad con tecnología como protección solar, ideal para proteger cicatrices”.
Javiera agrega: “Los dispositivos que donemos se destinarán a través del equipo de Palpa, y sus charlas educativas a mujeres de zonas rurales que quizás no disponen de información preventiva o no es su prioridad”. Este es un puntapié inicial, y adelanta que en una próxima etapa le gustaría expandirse a una línea de lencería que también contemple diseños para mujeres que hayan tenido mastectomías: “Queremos hacer productos que impacten en la vida de muchas mujeres”.
Están comprometidas con el comercio justo y creen que el diseño nacional tiene algo que decir en el mundo, sostiene la emprendedora: “Podemos ser un referente latinoamericano en innovación, moda y también aprender del retail y cómo funciona el mercado chileno para luego llegar a más países y que la expansión sea lo más rápida posible. Chile es un país muy estacional y el mercado es chico”.
Dila se ganó un primer fondo de Corfo gracias a la patente de invención, y para 2023 espera adjudicarse un segundo fondo que permita financiar prospecciones de internacionalización. Sus metas de mediano plazo también son externalizar y crecer en producción y tener más puntos de ventas y abrir líneas nuevas de productos, como lencería.
Actualmente están ubicados en Avenida La Dehesa, donde tienen un showroom de ventas y el taller de confección. Su madre sigue siendo su socia y parte del equipo también son Agustina Cox, encargada de marketing y operación, y Erika Rivas, costurera.
“Mi sueño dorado sería tener una academia donde capacitar gente en costura y patronaje. Existen, pero son poquitas, y lamentablemente hay cada vez menos interés en los trabajos de oficio”.