Las estadísticas lo dicen claramente: los resultados del SIMCE 2023 revelaron que el 30% de los alumnos de cuarto básico presentan deficiencias en lectura, cifra que aumenta a un 60% en el caso de los niños de segundo básico. Pero, a pesar de estas cifras, hay quienes están apostando por crear libros infantiles que inspiren a las nuevas generaciones a enamorarse de la lectura a través de novedosos temas y formatos. Y algunos títulos son tan excepcionales, que están siendo reconocidos -incluso premiados- a nivel internacional.

Las expresiones zoonímicas hacen referencia al concepto zoonimia, que permite clasificar a los miembros del mundo animal. Decir que alguien “se fue al chancho” o que “le sacaron los choros del canasto” es tan común en nuestro país, que es raro que alguien no comprenda este tipo de metáforas que desde hace años están presentes en la cultura popular chilena.

“Nos dimos cuenta de que los niños usan estas expresiones sin cuestionarlas, y de lo divertido que es para ellos descubrir su significado. Conversando del tema con profesoras de Enseñanza Básica, que constantemente y a distintos niveles están trabajando el uso de la metáfora en sus clases de Lenguaje, surgió la idea de hacer un libro infantil que rescatara estos dichos y esa magia de decir algo, pero querer decir otra cosa”,  explica la periodista Kalu Downey, una de las autoras de Zoonimias, expresiones chilenas para niños y niñas del mundo (Escrito con Tiza, 2024).

Junto a la diseñadora Renata Tesser recopilaron una lista de frases que conocían, mientras descubrían nuevas, comenzando así a gestarse este proyecto editorial. “Al darnos cuenta de cuántas expresiones con animales usamos en Chile, el libro tomó forma, ¡son muchas! Nos pareció una oportunidad perfecta para jugar con el significado de estas frases y así acercar a los niños a estas expresiones que son tan cotidianas”, cuenta Downey. 

Sumaron el talento de la ilustradora Milo Hachim, y el resultado fue un libro que a fines de 2024 fue reconocido por la Biblioteca Pública de Nueva York como uno de los mejores libros infantiles del año pasado publicados en español, junto a otros títulos de América Latina. “Nos encantaría que Zoonimias viaje y llegue a más niños y familias de todas las nacionalidades que crecen dentro y fuera de Chile, fomentando la lectura infantil mientras se pone en valor el patrimonio cultural hablado de nuestro país”, explica Kalu Downey.

“Los niños aman el humor, lo inesperado y, sobre todo, las historias que los sorprenden. Además, hay en ellos un interés por las historias que los ayuden a comprender sus propias emociones”, afirma Macarena Morales, directora de la editorial Muñeca de Trapo. Y es que con 40 títulos propios dentro de su catálogo, y tras recibir premios como The White Ravens o la Medalla Colibrí a la labor editorial, conocen bien a sus clientes y saben lo que les gusta. 

Para Macarena, cuando el libro es atractivo en su historia, en su ilustración y en su diseño, el acto de leer se convierte en algo natural. “Muchas veces la lectura se asocia con la escuela y con la obligación, pero la literatura infantil es todo lo contrario: es una invitación a jugar, a imaginar y a cuestionar”, explica. Un claro ejemplo de esto es Prohibido decir caca, que fue reconocido como uno de los 100 mejores libros de literatura infantil del mundo en la BRAW Amazing Bookshelf 2024 en Bolonia. “Este libro funciona muy bien porque toca un tema escatológico con humor, lo que genera una conexión genuina con los niños”, agrega. 

Y si bien estos reconocimientos representan un tremendo orgullo, considera que aún falta una mayor valoración del libro infantil en Chile. “En otros países, la literatura infantil se celebra y se cuida más, se entiende que forma parte fundamental del desarrollo cultural de una sociedad “, explica.

De acuerdo al último informe realizado por la Agencia Chilena I.S.B.N., la literatura infantil representó sólo un 7,93% de los libros registrados en Chile durante 2023, sumando un total de 740 ediciones. Esta realidad contrasta fuertemente con la de países como Argentina, en donde los libros infantiles representaron un 24% del mercado editorial, en México un 14%  y en España un 11,6%.

Pero esto no desmotiva a la directora de Muñeca de Trapo. “Seguimos apostando por libros que desafíen, emocionen y acompañen a los niños y a sus familias en sus vidas, porque nuestras historias nos definen y creemos que pueden dejar una marca en cada lector. Cada reconocimiento es un recordatorio de que lo que hacemos tiene impacto”, concluye.