El empresario Carlos Cardoen, contra quien pesa una alerta roja en la Interpol activada por el gobierno de Estados Unidos hasta 2024, acudió hasta la Subsecretaría de Relaciones Exteriores para solicitar un amparo diplomático, que permita que el Estado chileno solicite a Washington bajar la notificación internacional. 

El trámite comenzó hace un año, en el gobierno de Sebastián Piñera, y fue la Subsecretaría la que envió los antecedentes a la Contraloría indicando que no tenían un procedimiento para amparos de este tipo. La respuesta del organismo dirigido por Jorge Bermúdez llegó el 18 de este mes y señaló a la entidad, ahora dirigida por Ximena Fuentes analizar, en su mérito, la solicitud de Cardoen. 

“La protección diplomática emerge como la última vía a través de la cual los particulares pueden encontrar satisfacción en aquellos casos en que se ven perjudicados por la acción u omisión de otro Estado, cumpliendo, por ende, una función protectora de los derechos e intereses de los nacionales del Estado que la ejerce, a fin de auxiliarse en razón de las circunstancias que concurren en su caso”, se lee en el documento. 

“Corresponde a la Subsecretaría de Relaciones Exteriores pronunciarse, en forma discrecional, sobre una petición que le formule un nacional en orden a velar por sus intereses en el exterior y, en particular, para resolver si le confiere amparo diplomático”, recalca.

La historia del conflicto del empresario de Santa Cruz se remonta a 1993, cuando EEUU acusó al otrora fabricante de explosivos y armas de, entre otros cargos, “exportar circonio de calidad apta para artillería a fin de usarlo en bombas de racimo fabricadas en Chile”. Todo esto, con el conflicto entre Irán e Irak a fines de los años ‘80 de fondo y levantó una alerta roja para su detención. 

Sin embargo, en el entorno del empresario explican que dicho procedimiento no tiene sentido, toda vez que dicha alerta se da cuando existe una fuga de un sujeto, lo que en el caso de Cardoen no ocurre, quien siempre ha estado ubicable. 

Es más, en agosto de 2020, la Corte Suprema denegó la solicitud de extradición que Estados Unidos había pedido en 2019 . Y desde entonces, el empresario ha realizado numerosas diligencias para que se levante la Alerta Roja, pidiendo interceder al exPresidente Piñera y al Congreso. 

En una extensa entrevista cuando salió el fallo en 2020, el empresario dijo a DF MAS: “Con lo de la solicitud de extradición no sentí una decepción hacia EEUU. Sí lo sentí hacia el exPresidente George Bush, que me utilizó como chivo expiatorio. Le vendí armas al régimen iraquí con todo el apoyo de su gobierno, pero los vientos políticos cambiaron y ellos vieron en mí la posibilidad de evitar ser juzgados por conflicto de interés. Al final esto se trata de las relaciones políticas y económicas entre países. Mientras todo funcione, no hay problemas. Yo era un “huasito” colchagüino que le fue a meter pelos en la sopa a la gran potencia”.