En ese mismo horario, los jóvenes entre 16 y 18 años deben portar un teléfono celular operativo o con un número telefónico en el cual se pueda contactar a sus adultos responsables. De no ser así, los padres o cuidadores se exponen a multas de 1 a 3 UTM, en segunda instancia 3 a 5 UTM, y si se repite por tercera vez, a una denuncia en el Juzgado de Familia.

“Esto no es un toque de queda”, enfatiza la concejala de la comuna, Josefina Sutil, al igual que lo ha hecho el alcalde tras reacciones de la opinión pública que han denominado esta medida como inconstitucional. Explica que la ordenanza busca proteger a los mismos menores de edad que son carnada del microtráfico de droga en la zona y que invita a ejercer una “libertad con responsabilidad”.

La presión de desarrollo explosivo los últimos años, dice Sutil, ha generado hordas de adolescentes que se instalan a tomar alcohol y consumir drogas en la playa y en las calles de los balnearios Zapallar y Cachagua, así como ocurre en muchas otras locaciones del país, produciendo frecuentes desmanes, vandalismo, ruidos molestos y situaciones complejas como menores de edad llegando a los servicios de urgencia con coma etílico sin poder contactar a sus apoderados.

Es frecuente que al ser fiscalizados, los más jóvenes afirmen que sus padres no se encuentran en el balneario o que no tienen cómo llamarlos, de manera de eludir cualquier responsabilidad e incluso de cubren entre ellos. Eso es lo que la resolución municipal busca evitar, so pena de multas. 

La concejala, que es una antigua veraneante cachaguina y hermana del líder de la Sofofa, Juan Sutil, descarta que se trate de una medida anticonstitucional y asegura que se asesoraron con destacados abogados expertos en el tema, entre ellos menciona a Matías Balmaceda, Guillermo Morales, Paulina Maldonado y Antonio Bascuñán.

Afirma además que el 80% de los vecinos apoyaría la ordenanza y que son los habitantes del pueblo, quienes viven ahí todo el año, los más afectados por los desórdenes y por el aumento del microtráfico y de locales clandestinos, y por ende quienes más aplaudieron la decisión.