El compuesto peróxido de hidrógeno (H2O2) puede no sonar familiar a primera vista. Más bien, se le conoce como “agua oxigenada”, una molécula importante para diferentes mercados e industrias: se utiliza en el mundo de la minería, la acuicultura -específicamente en la industria del salmón- y en la fabricación de celulosa y papel. En este último caso, el peróxido de hidrógeno se utiliza para lograr que una hoja de papel encima de un escritorio tenga su característico color blanco.

Peróxidos Brasil es un joint venture de Solvay, empresa química de origen belga; y Produtos Químicos Makay (PQM); líder brasileño en producción de peróxido de hidrógeno. Actualmente, la fusión belga-brasileña tiene la planta más grande del mundo de producción del compuesto y, en 2023, apostaron por Chile -específicamente el Parque Industrial de la localidad de Coronel- para instalar su primera planta en la costa del Pacífico.

La inversión fue cercana a los US$ 70 millones y hoy el lugar abastece de H2O2 a grandes empresas chilenas como SMQ y Arauco.

Pero la participación de Peróxidos Brasil en Chile no queda ahí. El grupo belga-brasileño invertirá otros US$ 12 millones para la ampliación de la planta ubicada en Coronel para poder abastecer de mejor forma y aumentar la capacidad de suministro a sus clientes ubicados en todo Sudamérica.

Además, están por cerrar un acuerdo con Arauco para construir otra planta para uso exclusivo de la empresa productora de pulpa de celulosa, en Brasil. El nombre del proyecto es Sucuriú y la próxima semana ejecutivos belgas y brasileños vendrán a Chile para firmar el proyecto que, hasta el momento, contempla una inversión mayor a la que se hizo para la puesta en marcha de la planta ubicada en Coronel.