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Ignacio Amenábar, a socios de Primus: “Les pediría perdón”

Ignacio Amenábar, a socios de Primus: “Les pediría perdón”

Frases como “jamás he robado” o “quiero que me den una segunda oportunidad”, forman parte del relato que hace el hoy ex gerente comercial del factoring Primus Capital. Amenábar está formalizado por diversos delitos que afectaron al patrimonio de esta compañía, perjudicando a sus socios, Raimundo Valenzuela y a Eduardo Guerrero. En esta entrevista, deslinda responsabilidad en el también coimputado Francisco Coeymans, ex gerente general de la firma. “Mi error fue confiar y dejarme llevar”, dice.

Por: Azucena González | Publicado: Sábado 26 de octubre de 2024 a las 21:00
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No sólo presuntos cheques y facturas falsas, clientes de papel y empresas en un día, sino que hasta espionaje y viajes de placer a Perú envuelven una trama que comenzó a destaparse en marzo de 2023: el llamado caso Primus Capital.

El factoring vinculado a Raimundo Valenzuela y Eduardo Guererro que, tras años de crecimiento, vivió una crisis de proporciones, luego de que se develara que otros socios y ejecutivos del mismo, habrían orquestado una trama para defraudar el patrimonio de la compañía.

El caso decantó en que, en mayo de este año, el hoy ex gerente general Francisco Coeymans y su exgerente comercial, Ignacio Amenábar, fueran formalizados por los presuntos delitos de administración desleal, asociación ilícita, uso malicioso de instrumento mercantil falso, lavado de activos, y delitos informáticos. Otros dos imputados en esta causa son Marcelo Rivadeneira y Antonio Guzmán.

En esta entrevista realizada por escrito, Ignacio Amenábar accedió a dar su versión de los hechos. Como contexto, este ingeniero comercial de la Universidad de los Andes cuenta que a Primus llegó a trabajar el 2014, primero como gerente comercial, luego como socio a través de ACM, y más tarde como gerente comercial para Chile y Perú. ACM llegó a tener el 16,79% de la propiedad de la compañía, pero fruto de los aumentos de capital hechos en Primus, dicha participación hoy no alcanza al 1%. 

Describe también que si bien nunca fue parte del directorio, en 2018-2019 empezó a asistir como oyente, a petición suya, en su calidad de accionista, y que nunca participó en confección de estados financieros, “algo que trabajaba personalmente Francisco Coeymans (…) Hoy, a la luz de los antecedentes, me queda claro que lo que informaba Coeymans no se ajustaba a la verdad (…) El directorio de Primus nunca estuvo al tanto de la real situación financiera, de las operaciones con clientes sin iniciación de actividades, ni menos de los cheques falsos y de un depósito a plazo falso”, dijo. 

- Pasado ya más de un año desde que explotara el caso Primus, ¿cuál es su reflexión?
- Ha sido sin duda lo más duro que me ha tocado vivir en mi vida. Quiero ser muy enfático en que empatizo y entiendo la indignación de Raimundo para conmigo y Francisco. Desde su mirada debe ser muy decepcionante ver que un camino de éxito termina de esta manera. La mayor reflexión que puedo hacer tras todo esto es que debo aprender a ser más valiente y firme en alertar oportunamente. Quiero transmitirle tanto a Raimundo como al resto del directorio que estoy muy arrepentido de lo vivido y que seguiré colaborando con la investigación a fin de reparar el daño causado, tanto a Raimundo, los demás accionistas, como a mi familia.

- Usted cambió de estrategia legal y decidió bajar las acciones legales laborales y la querella por usura en contra Raimundo Valenzuela. ¿Qué lo motivó?
- Cuando estalló el caso yo estaba absolutamente enceguecido por las mentiras de Francisco Coeymans. Lo escuché y lo seguí más de lo que debía y eso me llevó a tomar pésimas decisiones de las que hoy me arrepiento profundamente por el enorme daño que han causado a Raimundo Valenzuela, a mi familia y por cierto a mi futuro laboral. El examen de la carpeta, sumado a la declaración de Francisco Coeymans en esta causa, me llevó a abrir los ojos y darme cuenta de que era fundamental separar las defensas y bajar todas mis acciones legales contra Primus y contra Raimundo Valenzuela, porque el fraude era evidente.

- ¿Puede situar fecha en que para usted fue claro el fraude?
- Para mí fue claro cuando se liberó la declaración de Francisco Coeymans de diciembre de 2023. Leer ese documento fue un balde de agua fría, entendí que había sido engañado. Ese día vi por primera vez que estaba frente a una persona que faltaba a la verdad, sin remordimientos, que con tal de zafar de la situación, sería capaz de maquinar toda clase de mentiras.

- ¿Cuál es su estrategia de defensa? ¿Su norte es lograr una menor condena, que no implique cárcel efectiva?
- Mi estrategia es apoyar en todo lo que sea necesario al Ministerio Público. Ya he declarado en tres oportunidades, y especialmente en las dos últimas, he aportado antecedentes. 

- Su discurso ha sido responsabilizar principalmente a Francisco Coeymans de todas las irregularidades. En su declaración del 2 de abril dijo que todo fue concebido por personas distintas a usted y que no participó en el mecanismo defraudatorio, ni en su diseño ni en su operación. ¿Sigue sosteniéndolo?
- Absolutamente. Todo lo que se ha dicho, tratando de involucrarme en los hechos, puede ser desmentido por los mismos antecedentes que constan en la carpeta investigativa. Por ejemplo, quien encargó la instalación de una cámara en la oficina del gerente de riesgo de Primus no fui yo, sino Coeymans. De hecho, fue él quien, tras nuestra salida, se encargó de su desinstalación.

- ¿Cuáles son esos antecedentes objetivos con los que, a su juicio, podría demostrar su no responsabilidad en el fraude? Usted sí reconoce que colaboró con él. Incluso que Coeymans le comentó la idea de crear el “botón mágico” con el cual el directorio no veía las operaciones que fueron funcionales al fraude.
- Francisco es una persona con una personalidad muy fuerte y una oratoria capaz de persuadir a cualquier persona. Mi error fue confiar en él y dejarme llevar por una persona que no tuvo reparo alguno en idear un sistema para perjudicar. Respecto del botón mágico, quiero ser muy claro que nunca lo usé. Fue algo que propuso Francisco Coeymans como un filtro para no llegar a los directores con operaciones que eventualmente nosotros no aprobaríamos. Hasta ahí lo que a mí respecta. Si él lo ocupó para otros fines, no tengo nada que ver con eso. Mi única función fue aprobar operaciones en la creencia que estaba todo en regla, pero nunca supe que se trataba de clientes sin iniciación de actividades, con cheques falsos y/o con facturas ideológicamente falsas. 
"Si yo hubiera estado al tanto del fraude, ¿con qué fin Francisco Coeymans me suplantaría a mí? ¿por qué conseguir y usar mi contraseña?”.
- En su relato usted dijo que su “error” fue quedarse callado cuando Francisco Coeymans le habló de la bicicleta. ¿Eso no lo transforma en corresponsable de las ilegalidades?
- Le reitero, hasta antes de leer la carpeta investigativa, mi percepción era que todas las operaciones cumplían con los estándares de aprobación. Nunca me imaginé que detrás de esto podía haber empresas sin iniciación de actividades, cheques falsos, depósitos a plazo falsos, etc.

- Usted es un profesional y trabajaba con Coeymans. ¿Nunca se cuestionó que esas prácticas eran constitutivas de delito? 
- Le repito, Francisco es una persona con una personalidad muy fuerte y una oratoria capaz de persuadir a cualquiera. Mi error fue confiar en él y dejarme llevar. Todo lo relativo a las colocaciones eran presentadas al directorio por Francisco Coeymans, nunca participé de la confección de los informes. Nunca estuve al tanto de los delitos que estaban detrás de todo eso.

- ¿Fue beneficiario de esta bicicleta?
- No conscientemente. Yo nunca supe de la existencia de estos esquemas defraudatorios que lideraba e ideaba el propio Coeymans y no fue sino hasta que accedí a la carpeta investigativa que pude constatar el tipo de persona que realmente era Francisco Coeymans.
 

“Jamás he robado”

- Parte de los dineros en su caso fueron para adquirir un departamento en Perú, a nombre de Elva Vracko. ¿Reconoce el uso de recursos de Primus en gastos no relacionados con los negocios?
- El departamento, al igual que una casa que compré en la comuna de Puchuncaví en 2021, los adquirí íntegramente con recursos personales y créditos bancarios, también personales, no con dineros defraudados. 

- ¿Puede asegurar que todos sus viajes a Perú con motivos laborales se cumplieron y no se transformaron en viajes de placer o sociales?
- Con motivo de mi cargo en Primus tuve que viajar a Perú en múltiples ocasiones. Cumplí mis labores manteniéndome loggeado a los sistemas, a mi correo electrónico y siempre estuve disponible al único teléfono que siempre he tenido. Si alguna vez aproveché el viaje de trabajo para ir a algún lugar turístico de Perú, fueron excepciones, y sin ningún costo para Primus. 

- ¿Participó de lavado de activos, de viajes con maletas con dinero en efectivo, de fiestas, etc?
- En torno a este caso se han dicho todo tipo de cosas, muchas de ellas dignas de una película de Hollywood. Nada más alejado de la realidad. Jamás he viajado al extranjero con maletas con dinero, no consumo ni nunca he consumido drogas, y jamás he robado. Respecto de los viajes a Perú, por la naturaleza del cargo, en algunas veces me correspondió salir a comer tanto con gente de la oficina como con clientes actuales y potenciales. 

Del lavado de dinero, insisto que forma parte de la fantasía. Prueba de ello es que mis bienes y propiedades fueron adquiridas con mis ingresos producto de mi trabajo, dividendos, o con deuda en el sistema financiero. Durante mi permanencia en Primus, me cambié dos veces de casa; todas esas operaciones fueron con crédito hipotecario, el pie para comprar esas propiedades fue pagado con la plusvalía de la propiedad anterior, y lo amortizado en su respectivo crédito. 

- ¿Y sus ingresos le alcanzaban para todo eso?
- Cuando formamos Primus, mi sueldo partió en $ 6,5 millones líquidos, el que se reajustaba por IPC cada seis meses, y también subía en torno a un 10% anual. Al momento de mi salida de Primus, la situación de la empresa permitía el pago de mi sueldo de casi tres veces el inicial, más bonos y reparto de dividendos a fin de año.
 

“Puse a disposición mi actual patrimonio para compensar”

- ¿Ha tenido ocasión de hablar con Eduardo Guerrero y/o Raimundo Valenzuela? ¿Qué les diría?
- Les pediría perdón. Me dejé llevar y con una dosis de soberbia propia de mi inmadurez, creí en las mentiras de Francisco Coeymans y provoqué mucho daño. He tenido ganas de llamarlos y decirles todo esto que comento, pero sé que ello no es viable hoy. He intentado demostrar mi arrepentimiento.

- ¿Piensa resarcir el daño económico que les significó a ellos este caso, con aumentos de capital y compra de cartera para sacar adelante a Primus? 
- Desde la primera conversación con los abogados de Primus puse a disposición mi actual patrimonio para compensar económicamente a los afectados. Reitero ese ofrecimiento. (Consiste en) un inmueble, más mi participación en ACM, que es accionista aún de Primus. Desgraciadamente, desde el punto de vista material ya no poseo nada más de valor.

- Usted pidió cambiar su cautelar de arresto domiciliario. 
- Necesito volver a trabajar. Desde mi salida de la empresa, mis ingresos se fueron a prácticamente cero y nos hemos sostenido en base a los ahorros, que ya no existen, y a la solidaridad de amigos y familiares. Mi situación financiera actual es muy difícil y no creo que esté en el ánimo de Raimundo Valenzuela o sus socios en Primus terminar castigando a una familia completa por mi negligencia”.

- ¿Se arrepiente de algo?
- El mayor y más grande arrepentimiento es y será siempre haber expuesto a mi familia, mi señora y mis hijos. Me dejé llevar por las mentiras de Coeymans. Me arrepiento de no haber sido más diligente. Quiero dar vuelta la página. Quiero que me den una segunda oportunidad. 


“No fue para mantener la ‘bicicleta’”
- ¿Cómo puede ser creíble su relato si hay varios antecedentes que lo sitúan a usted como parte de las irregularidades y del fraude? Por ejemplo, participó en operaciones relacionadas con la sociedad Calalsa (Francisco Calvo Álvarez, deudor de Primus). Aprobó renovaciones a tasas menores, que significaron merma de recursos a la firma.
- Las operaciones de Calalsa, si bien pueden ser vistas como irregulares, son prácticas que se dan en el sistema financiero. En los casos de clientes con dificultades económicas, con tal de lograr recaudar a lo menos el capital, hace operaciones a tasas menores o incluso condonando intereses y multas. Si bien en algunos casos lo hice sin autorización, y reconozco que debí haberlo consultado o al menos informado, obviamente me arrepiento de no haberlo hecho así. Jamás fue para mi beneficio personal.

- Usted también fue beneficiario de varias de las operaciones vinculadas a Pablo Gómez y Comercial K2, de fondos entregados por Primus.
- En el caso de Pablo Gómez y Comercial K2, mi error fue dejarme llevar emocionalmente con un cliente a quien conocía de hace años y que estaba llevando adelante un proyecto al que le veía muchísimo potencial. Yo sé que cuesta entenderlo, pero no fui capaz de dejarlo caer, me endeudé para apoyarlo y sacarlo adelante. Lamentablemente, esta persona me falló.

- Usted además reconoció haber engañado a Raimundo Valenzuela cuando éste le consultaba directa y reiteradamente por las colocaciones asociadas, por ejemplo, a Adolfo Rasmussen, una cartera totalmente deteriorada.
- El caso de Rasmussen es muy parecido al de K2. Me dejé llevar por las emociones que me provocaba ver a un cliente antiguo en quien tenía altas expectativas de éxito porque veía su enorme potencial. A Raimundo Valenzuela nunca le mentí sobre las colocaciones relacionadas a Adolfo Rasmussen. Quizás no fui transparente con la real situación financiera en la que se encontraba.

- Le insisto: usted reconoce que excedió lo dispuesto por la compañía como política financiera, sin conocimiento del directorio. ¿Qué explicación hay, si no es mantener la “bicicleta”, mientras mantenían el estatus, sueldos y bonos?
- Ese fue el único caso, y no fue para mantener la “bicicleta”, sino que darle más tiempo a la empresa de Rasmussen para regularizar su endeudamiento en Primus. Sinceramente creía que, si le dábamos más tiempo, iba a poder pagar la deuda.

- ¿Cómo explica la existencia de varios correos en que Francisco Coeymans, entre otros ejecutivos, le comparten datos o comentarios sobre situaciones irregulares? Un correo del 23 de febrero de 2022 en que le avisa que quiere sacar a Vittorio Pessagno tras un informe de compliance en Primus Perú. Otro en que buscan resguardar no publicar datos de Minera Gaby por un supuesto millonario préstamo entregado por Primus, para no quedar expuestos.
- En el caso de Vittorio Pessagno, de Primus Perú, Francisco Coeymans me comentó que lo iba a despedir porque lo estaban investigando, no recuerdo el motivo. Me tenía que informar porque yo era el superior directo. Le encontré toda la razón. En relación con Minera Gaby, me enteré por la carpeta investigativa que empresas relacionadas a Marcelo Rivadeneira o creadas por él, cedieron a Primus facturas emitidas a este deudor, estando esa minera con término de giro.

- En el caso de Pessagno, usted está copiado en correos en que es explícito que iban a buscar hacerlo lo más “piola” para “evitar ruidos”, en un contexto en que es claro que querían que Raimundo Valenzuela no lo supiera para que luego no investigara la situación de Chile.
- En mi casilla de correo institucional, hay más de 450 mil correos. No tengo recuerdo de ese mail en específico y de ser así está claro que era Francisco quien quería pasar piola.

- También existe un resumen que detalla las empresas que eran parte del esquema defraudatorio (Hight Chile; Biocell; Los Algarrobos; Los Polos; La Hacienda; Mountain Road y Need SpA, entre otras), todas sociedades que accedieron a préstamos. Usted es quien contesta a Marcelo Rivadeneira y le pide que mande luego el informe.
- En esas fechas yo no estaba al tanto de que se estaba en presencia de un fraude.

- ¿Nunca supo que era un listado de compañías parte de la defraudación? ¿Para usted qué era?
- Efectivamente, no lo supe. Hasta antes de leer la carpeta investigativa, todas estas operaciones cumplían los estándares de aprobación. Francisco Coeymans tenía las contraseñas de varios miembros del directorio, incluso también la mía. Si yo hubiera estado al tanto del fraude, ¿con qué fin Francisco Coeymans me suplantaría a mí? ¿por qué conseguir y usar mi contraseña? Claro que no sabía que ese listado u otro fueran empresas para cometer un fraude.

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