Punto de partida
Asesoría 360° para emprendedores gastronómicos ofrece el HUB de CoCook
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Alan Bermann (36), ingeniero comercial y empresario hotelero, recurre a analogías habitacionales para explicar las distintas modalidades de trabajo de CoCook.
La primera consiste en módulos de cocina independientes que se ajustan a la implementación de las ya conocidas dark kitchens y que proveen infraestructura y equipamiento pensando en operaciones gastronómicas ya constituidas, no solo delivery y restaurantes, también pescaderías, carnicerías, pastelería, comida al vacío, etcétera. “Es como arrendar un departamento semiamoblado”, afirma el CEO.
Luego está la zona colaborativa o HUB, donde se promueve la colaboración interna y consta de módulos equipados que se arriendan por hora, y que equivaldría a tomar una pieza de hotel, siguiendo con la misma lógica.
“Este espacio está pensado para emprendimientos que se apalancan en nuestro equipamiento y profesionales para sacar su producto al mercado. A medida que tengan mayor demanda, pueden ir arrendando más horas o bien pegarse el salto y arrendar un módulo propio realizando una inversión de capital. Corren menor riesgo”, apunta el chef executive officer.
El equipamiento para echar a andar un emprendimiento gastronómico ronda entre los ocho y los doce millones de pesos, señala, cifra que para muchos es inalcanzable al partir de cero.
El empresario cita el ejemplo de empresas más grandes como Melt Pizzas, que instaló su nuevo centro de pastelería hace cuatro meses en la zona colaborativa para desarrollar un MVP (minimum viable product). “Validaron el negocio antes de tirarse el piquero”, comenta.
Además, existe el beneficio asociado a posibles alianzas. “Aquí todos encuentran colaboración. No son solo deliverys que compiten por el mismo consumidor. Una sandwichería se puede acercar a una carnicería generando sinergia y un ecosistema virtuoso”.
Y también está el tercer servicio, llamado Chef in house y que equivaldría a contratar a un guía turístico. “Entregar infraestructura tampoco basta”, afirma Alan. Este servicio lo proporciona un equipo CoCooK y abarca asesorías y acompañamiento para el mejoramiento y estandarización de procesos y recetas, etiquetado nutricional, gestión comercial, relación con las Apps, sinergias con el retail y supermercados y tramitación de permisos y patentes.
“El emprendedor gastronómico no necesariamente es un experto digital pero hoy también debe ocuparse de marketing, gestión de medios, redes sociales. El mercado es cada vez más rápido y hay que estar encima, y ahí estamos nosotros para darles soporte y mejorar su desempeño”.
El arriendo por hora en CoCook cuesta entre 8.500 y 9.900 pesos.
Alan cuenta que siempre quiso estudiar gastronomía: “nunca tuve dedos para el piano, pero me gustaba”. Finalmente entró a Derecho en la Universidad de Chile, pero pronto se cambió a estudiar gastronomía y hotelería en Culinary y luego obtuvo una parte de beca para continuar sus estudios en la prestigiosa escuela Les Roches en Suiza. Ahí completó además ingeniería comercial.
De vuelta en Chile trabajó en hoteles como el Explora y el Ritz, a cargo de administración de ventas, banquetes y supervisión de alimentos y bebidas. También vivió en Sudáfrica seis meses para obtener la certificación de guía de safari y especializarse en glamping, pero una lesión en el hombro interrumpió ese plan. Estudió un MBA en la UAI y trabajó en la compañía de recursos humanos Michael Page, hasta que decidió “volver a mi core, que es el mundo de la comida”.
Creó CoCook a mediados de 2019, justo antes de que el estallido social y la pandemia cambiaran el panorama. Si bien el confinamiento hizo explotar la demanda del delivery y la instalación de dark kitchens proliferó, al mismo tiempo se detuvo la construcción y la apertura del primer HUB, de CoCook, ubicado en Santiago Centro, se retrasó varios meses, recuerda el emprendedor.
“Es cierto que la curva de demanda ha bajado postpandemia, pero jamás va a volver a los niveles anteriores. La gente en general cocina menos. El mercado ha evolucionado, las personas no solo piden pizza o sushi, también incorporaron comida preparada al vacío o el menú semanal”, acota.