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Cuatro claves antes de invertir en ETF
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Son el instrumento financiero más popular del mundo de las inversiones. Los fondos de inversión cotizados, más conocidos como ETF (Exchange-Traded Funds por sus siglas en inglés), han tenido un aumento exponencial en los últimos años, ya que han conquistado a personas naturales, bancos y Administradoras Generales de Fondos.
En palabras simples, son fondos de inversión que tratan de replicar un índice de referencia. Esto significa que el inversionista no compra acciones individuales de cierta empresa (como LATAM o SQM), sino que el valor de un índice determinado, como el IPSA, S&P 500 o Dow Jones. Por lo tanto, cuando este sube, se genera una rentabilidad, y cuando este baja, se produce una pérdida.
La popularidad de los ETF surge de cuatro aspectos importantes en el mundo de las finanzas: la diversificación, el bajo costo, el acceso a activos globales y la facilidad de la administración, ya que no es necesario estar diariamente atento a las fluctuaciones del mercado.
“Una combinación de ETF te puede ayudar a armar una cartera balanceada y diversificada de inversiones. Si no quieres armarla e invertir directamente, puedes invertir en fondos mutuos que los utilizan”, cuenta Francisco Errandonea, cofundador de soyfocus.com, AGF chilena que utiliza este instrumento.
Sin embargo, como cualquier operación financiera, es necesario conocerla bien antes de realizar cualquier movimiento.
1. Costos
Es lo que muchos repiten al hablar de ETF: son baratos porque no tienen costos de compra-venta y la administración es casi nula, ya que no cuentan con un gestor activo. Pero a pesar de que sean económicos, sí tienen un precio determinado, y es importante conocerlo antes de adquirirlos. Sin embargo, lo más relevante es la comisión.
Cuando se habla de comisiones, depende del país. En Estados Unidos hay ETF con primas muy bajas (que pueden ser inferiores al 0,01%). En Chile, si bien es más costoso, igual es conveniente: se pueden encontrar comisiones desde el 0,2% (como las que ofrece Singular Asset Management, AGF que tiene tres ETF distintos).
“Mientras más alto el costo, es más difícil que sea buena alternativa. También está lo que cobran los intermediarios, que generalmente son comisiones sobre el monto”, agrega Francisco Errandonea de soyfocus.com.
Sobre este mismo punto, Sebastián Figueroa, Gerente de Segmento Patrimonial para la filial chilena de BlackRock dice: “Si un inversionista quisiera tener exposición al S&P 500, lo podría hacer a través de un ETF llamado IVV el cual tiene un costo de administración de 0,03% anual. Finalmente, se debe entender a qué mercado me está dando exposición cierto ETF”.
2. Riesgo
Es la columna vertebral de cada inversión, ya que define los objetivos, los límites y las posibilidades de ganancia. En toda aventura financiera existe riesgo y los ETF no están exentos. Es por eso que antes de invertir es muy importante conocer la rentabilidad que entregó el fondo en períodos anteriores y tener en cuenta las proyecciones del mercado.
Muy asociado al riesgo, es relevante tener claro los objetivos de inversión, ya que si se busca un horizonte de corto plazo, es mejor elegir un ETF que invierta en instrumentos de renta fija, pero si se espera invertir por un largo periodo de tiempo, se pueden asumir mayores riesgos para obtener una rentabilidad más alta.
Es por eso que es muy importante que cada ETF se analice por separado. Hay muchas plataformas (como Morningstar) que entregan una radiografía completa de cada ETF y su clasificación.
3. Clase de activo
Muy asociado al riesgo está la clase de activo, ya que este, muchas veces, determina el riesgo de la operación. Se puede invertir en depósitos a plazo, bonos corporativos, acciones a nivel global, commodities, entre otros. Cada uno tiene un riesgo asociado.
Desde Singular mencionan que “para evaluar el riesgo, va a depender de la clase de activo al que apunte ese ETF en particular. Hoy encontramos innumerables alternativas diferentes”.
Sebastián Figueroa de BlackRock añade: “Los ETF dan un amplio acceso a distintas clases de activos, mercados y sectores como por ejemplo oro, renta fija de alto rendimiento o acciones de mercados emergentes, pudiendo crear portafolios eficientes y diversificados”.
4. Tracking error
Los que están en la industria de los ETF dicen que el tracking error es uno de los aspectos más importantes a la hora de elegir un ETF. En simple, se trata de una medida de volatilidad que muestra cuánto ese fondo se desvía del índice que aspira seguir. Mientras más bajo, mejor.
“El tracking error mide qué tanto se acerca el ETF a su objetivo, es decir si su rentabilidad es similar a la del índice que busca replicar. Un ETF con un tracking error sobre el 2% no está haciendo bien el trabajo de copiar el índice”, cuenta Errandonea.
Desde Singular apuntan a que, si se va a ocupar el tracking error como medida comparativa, es importante que ambos fondos que se están contrastando “apunten a una misma clase de activo”. Sin embargo, también afirman que “si bien el tracking error es importante, tanto o más lo es la elección de un ETF que siga al índice correcto y a bajo costo”.