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Soy joven y usuario de Isapre: ¿Conviene pasarme a Fonasa?
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A mediados del año pasado se cumplió un hito. Por primera vez en la historia Fonasa superó los 16 millones de afiliados. La principal respuesta a este fenómeno viene desde el otro lado de la industria: las isapres. Esto, porque más de la mitad de las nuevas incorporaciones en 2023 en el Fondo Nacional de Salud vinieron desde prestadores de salud privados.
Se trata, dicen expertos, de una migración que sigue activa y que -por un lado- amenaza el negocio de las isapres y -por otro- entrega importantes desafíos a la organización del Fondo Nacional de Salud.
¿Cuáles son las razones detrás de esta tendencia? Los expertos mencionan cuatro, la mayoría asociadas al público joven: el ascendente precio de los planes, la cada vez más tensa relación clínica-isapres, el poco uso y los cambios en la industria, como la irrupción de los seguros complementarios, los cuales hoy ofrecen alternativas muy competitivas.
Es por eso que muchos integrantes de las nuevas generaciones han decidido emigrar de las isapres y contratar un seguro complementario que se sume a su plan de Fonasa. Esto, en algunos casos, saldría más barato y conveniente
¿Pero en qué casos conviene y en cuáles no? ¿Qué hay que tener en consideración antes de aplicar cualquier cambio? Le fuimos a preguntar a los que más saben.
¿Conviene?
Es la primera pregunta y la más importante. Y la respuesta en la industria que más se repite es “depende”.
Matías Stäger, cofundador de Queplan.cl, afirma que “cambiarse a Fonasa y adquirir un seguro complementario puede ser financieramente beneficioso para quienes pagan un adicional significativo por su plan de Isapre, sobre todo si el valor de plan supera el 7%”.
Y ahonda: “Fonasa, combinado con un seguro complementario, puede funcionar bien en clínicas que atienden bajo la modalidad de libre elección. Sin embargo, para quienes buscan atención en clínicas de alta gama, un plan de Isapre puede ofrecer una cobertura más completa. Es crucial considerar la cobertura específica de las prestaciones y la red de clínicas que acepta Fonasa, así como la existencia de preexistencias que pueden limitar la aceptación en seguros complementarios”.
También existe, añade Stäger, “la opción intermedia de tener un plan de Isapre económico y un seguro complementario, que puede funcionar bien para varios casos”.
La doctora Patricia Matus, académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad de los Andes, entrega más detalles: “El seguro complementario permite completar acceso a atención en el subsector privado de salud. Fonasa pagará un monto establecido por sus aranceles y el resto puede ser cubierto por el Seguro Complementario siempre y cuando se cumplan las condiciones establecidas en dicho contrato”.
Lo importante, añade la profesional, es “tener claro el alcance del seguro que se vaya a contratar: por ejemplo identificar a los prestadores de salud (clínica) que la persona prefiera, pues al igual que las Isapre, el seguro puede bonificar mejor a algunos por sobre otros. También, si dicho seguro cubrirá a otras personas del núcleo familiar”.
¿A quién le conviene?
Según Stäger, existen una serie de grupos a los que les convendría contratar un seguro complementario en comparación con otras opciones de cobertura de salud. Estos son:
- Personas o familias para quienes el plan actual de isapre representa un alto costo en relación a sus ingresos y necesidades, especialmente si deben pagar un monto adicional elevado por sobre el 7% legal de cotización. Puede ser mejor financieramente en Fonasa con Seguro Complementario.
- Quienes se atienden habitualmente en prestadores en convenio Fonasa, por lo que sumar un seguro complementario a Fonasa les significa un gasto menor que pagar un plan de Isapre.
- Personas sanas o con preexistencias leves, ya que podrían acceder a un seguro complementario sin mayores exclusiones, mejorando la cobertura Fonasa o Isapre a un costo conveniente.
- Familias que gastan frecuentemente en prestaciones ambulatorias.
¿En qué fijarse en un seguro complementario?
Existen una serie de seguros complementarios que servirían para complementar con Fonasa o, incluso, con un plan de Isapre barato. ¿Pero en qué fijarse antes de contratar uno? Los expertos recomiendan, en primer lugar, cotizar antes de contratar. Para eso, existen una serie de plataformas online -como ComparaOnline y QuePlan- que permiten contrastar a distintas compañías y planes.
“Las características clave que se deben buscar en un seguro complementario incluyen altos porcentajes de cobertura sobre montos no bonificados (sobre 70%), un deducible bajo (ideal o menor a 1 UF), y topes anuales adecuados. Es fundamental que el seguro ofrezca libre elección de prestadores o incluya los centros y clínicas de preferencia, y que cubra específicamente las prestaciones y tratamientos que deseas asegurar”, señala Matías Stäger.
Además, Patricia Matus afirma que hay que tener en consideración las atenciones de salud más caras “que impliquen métodos diagnósticos costosos (Scanner - Tomografías -PETScan etc..) y atenciones hospitalarias”. Estas, dice la doctora, “debieran estar cubiertas por el seguro, en detrimento de las consultas médicas que pueden ser pagadas con libre elección de Fonasa. También considerar el reembolso de medicamentos”.
Por su parte, Diego Soffia, director ejecutivo de Efectivo, señala que “en general los seguros complementarios colectivos que se pueden contratar a través de algunos empleadores suelen ser convenientes”.
¿Hay riesgos?
“Es fundamental tener claro que los seguros complementarios de salud son productos distintos a los planes de Isapre, tanto en su naturaleza, regulación y objetivos. Las isapres otorgan cobertura de salud integral a través de un plan y están reguladas por la Superintendencia de Salud y buscan financiar prestaciones médicas de manera directa. En cambio, los seguros complementarios son ofrecidos por compañías de seguros reguladas por la CMF y no buscan reemplazar el rol de Fonasa o Isapre, sino que su objetivo es reembolsar una parte del monto no cubierto por estos (copago), aliviando el desembolso de las personas. Por lo tanto, no hay que confundirlos ni pensar que sustituyen la cobertura base, ya que solo operan complementando la bonificación primaria y se rigen por las normas del mercado asegurador”, dice Stäger.
Y agrega: “No hay que confundir la cobertura del seguro complementario creyendo que es un reemplazo de Fonasa/Isapre. Es fundamental entender que solo opera bonificando una parte de lo que no cubrió Fonasa. No cubre integralmente como un plan de salud. Enfrentar exclusiones o preexistencias descubiertas que impliquen una negativa de cobertura por parte del seguro, generando un desembolso mayor. Para evitarlo, es clave declarar todo al contratar el seguro y evaluar alternativas si hay limitación”.
Por su parte, la doctora Matus entrega otra perspectiva: “Las empresas aseguradoras en Chile están muy reguladas, por lo que no habrán 'cambios de contrato unilateral' como sucede con las isapes. Sí se debe cautelar que sea una empresa con trayectoria y solvencia”.
Criterios a evaluar antes de contratar un seguro complementario
- Cobertura: asegurarse de que el seguro complementario cubra los gastos no cubiertos por Fonasa o Isapre, incluyendo hospitalizaciones y tratamientos ambulatorios.
- Deducibles y copagos: verificar los deducibles y copagos que serán necesarios para activar las coberturas.
- Red de Prestadores: confirmar que los prestadores médicos y clínicas preferidas están incluidos en la red del seguro complementario.
- Bonificación mínima: Revisar el porcentaje de bonificación mínima que debe cubrir Fonasa o Isapre para que el seguro complementario entre en efecto. Cómo interactúa mi primera capa de Salud con el Seguro Complementario.
- Preexistencias: Evaluar las condiciones relacionadas con preexistencias, ya que pueden limitar la cobertura o aceptación en el seguro.