Especial 50 años
Las inéditas fotos de Julio Donoso sobre el exilio (tercera parte)
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La maldición del exilio afectó a cientos de miles de chilenos. A hombres y mujeres que estuvieron con Salvador Allende hasta el final, a políticos que apenas lo conocían, a simpatizantes de provincias, a sindicalistas y pobladores, a obreros y empleados públicos, a médicos y contadores, a artistas y escritores, a intelectuales y académicos. Salieron al exilio ancianos, niñas y adolescentes. Chilenos y chilenas desparramados por el mundo, con sus vidas quebradas y las esperanzas congeladas.
Compatriotas luchando contra esa añoranza que amenaza con dominar los días, transformándolos en espirales de dolor, rabia y temor. Compatriotas que trataron de rehacer sus vidas en idiomas que no eran el materno, en medio de costumbres y tradiciones extrañas, recordando a los amigos muertos, a los amigos dejados atrás, a los amigos que aún no se conocían pero que se adivinaban en un futuro no tan lejano.
Algunos tuvieron que separarse de sus hijos pequeños y de sus padres ya débiles. No pudieron visitar los mausoleos familiares, no pudieron compartir sus lágrimas con seres queridos. Uno de los mayores tormentos durante el exilio es la nostalgia. Al principio se le hace frente y se le mira directo a los ojos. Incluso, se le desafía.
Pero poco a poco se le acepta, se transforma en rutina, en un sentimiento que está presente durante todas las horas de todos los días. Un personaje de El General en su laberinto de Gabriel García Márquez dice, mientras desfila sobre su caballo por las montañas de la cordillera de los Andes: “La nostalgia me ha derrotado… Ya no le pongo la menor resistencia”.
Los retratos de Julio Donoso en la entrega de hoy son artistas e intelectuales. Hay un cineasta y arquitecto, una académica de la sociología, y dos artistas plásticos. Son personas del mundo de las ideas y de las artes, personas que enriquecieron el acervo cultural del país y que no le hicieron mal a nadie. Pero debieron partir, dejando sus vidas atrás. Algunos regresaron. Otros se quedaron en los países que los cobijaron, aunque parte de sus corazones estuvo siempre en su país natal, en esta larga y angosta franja de tierra.
MARIO TORAL
Mario Toral se establece en Nueva York después del Golpe de Estado. Su exilio es voluntario. No quiere vivir en un país gris y dictatorial. Su amistad y su colaboración con Pablo Neruda lo han puesto del “lado malo” de esa historia. Continúa pintando y haciendo grabados, técnica que aprendió en París durante los años ‘60. Al regresar a Chile realiza un gran mural en la estación Universidad de Chile del metro de Santiago. En esta obra se va narrando la historia del país, sus conflictos y sufrimientos, sus quiebres y apaciguamientos, sus sueños y frustraciones. Mario Toral vive hoy en Santiago, donde continúa trabajando en sus óleos, grabados, bocetos y dibujos. (Foto tomada en Nueva York, noviembre de 1982).
GUILLERMO NÚÑEZ
Guillermo Núñez fue detenido el 3 de mayo de 1974. Fue llevado a la AGA y durante cinco meses fue prisionero. Sufrió torturas y humillaciones. En octubre de ese año es liberado. En un acto de rebeldía y valor monta una exposición en el Instituto Chileno-Francés en la que denuncia lo que sucede en Chile. Nuevamente es detenido y torturado. Finalmente sale al exilio a París, donde se establece como uno de los más importantes artistas latinoamericanos. Combina su arte con el activismo por la libertad y la democracia. Regresa a Chile en 1987 y continúa produciendo obras conmovedoras que aluden a las violaciones de los derechos humanos. En el 2007 gana el Premio Nacional de Artes Plásticas. (Foto tomada en Boësses, Francia, octubre de 1982).
PAZ ESPEJO
Paz Espejo, y sus cuatro hijos, se establecen en La Habana en 1963. Paz se mueve en círculos intelectuales y de los comandantes. Es amiga de Fidel Castro, del Che Guevara, de Manuel Piñeiro. Es un contacto fundamental para los políticos chilenos que quieren entender los engranajes de la revolución. En 1970, luego del triunfo de Allende, Paz regresa a Chile. Se mueve en las órbitas del Partido Socialista. Da clases en la Escuela de Sociología de la Universidad de Chile. El 11 de septiembre se dirige al Instituto Pedagógico. Junto a cientos de estudiantes espera instrucciones que nunca llegaron. Semanas después se asila en la embajada de Venezuela. Vive su exilio en Paris. Nunca regresa. Fallece en abril del 2000. (Foto tomada en París, marzo de 1983).
ÁLVARO COVACEVICH
Álvaro Covacevich dio sus primeros pasos universitarios en Agronomía, que no le termina de gustar. De ahí pasa a la arquitectura y al paisajismo. Su pasión por la naturaleza lo lleva a la Amazonía, donde filma su primer documental. Su largometraje Morir un poco, de 1967, lo lanza al primer círculo de realizadores latinoamericanos. En una entrevista ese año dice: “Me interesa un cine de expresión y pensante… Un dialogo entre nosotros mismos”. En 1968 realiza New Love y en 1971 dirige un documental que captura el diálogo entre Fidel Castro y Salvador Allende. En 1973 estrena su filme Chile el Gran Desafío. Después del Golpe sale al exilio y se establece en México, donde cultiva con gran éxito sus dos pasiones: hacer películas y diseñar parques y grandes jardines. Desde el retorno de la democracia, visita Chile con frecuencia. (Foto tomada en Ciudad de México, septiembre de 1983)