Nicolás Sutil y el caso berries envenenados: "Pondremos toda la fuerza necesaria para hacer justicia"
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El envenenamiento de las frutillas y moras, dicen, fue el 6 de octubre. Lo denunciaron el miércoles a la Fiscalía. ¿Qué pasó entre medio?
-No reaccionamos hasta que vimos la manifestación del huerto, lo que ocurrió recién este lunes. Y en ese momento se desencadenó el plan de acción.
El ingeniero comercial Nicolás Sutil (34), vicepresidente ejecutivo de la Agrícola Sutil, y presidente de la viña familiar, está al otro lado del Zoom. Son las 8 de la mañana del viernes. Ha sido una semana intensa. El lunes, el asesor técnico de Sutil Organic Farms -que reúne a 3 de los 17 campos del presidente de la CPC, Juan Sutil- en un recorrido por el Fundo Santo Domingo, en Parral, se dio cuenta de que las hojas de las frutillas y moras presentaban una decoloración amarilla: algo malo estaba pasando. Ahí se hizo el click de que dos semanas antes habían encontrado unas bolsas extrañas en el campo. Las alertas se prendieron de inmediato. El equipo interno de la agrícola realizó una inspección técnica y una revisión “back-forward”, dice Nicolás. Entonces se dieron cuenta de que las 53 hectáreas que estaban listas para ser cosechadas -y luego exportadas a Canadá, Europa y Japón principalmente- habían sido envenenadas con herbicidas.
Sutil prefiere no ahondar en detalles de los hechos, ni en nombres. “Hay una suposición de mano negra dura, por eso nos pidieron (PDI) no entrar en detalles para que ellos puedan hacer su trabajo”, dice.
- ¿Pudieron haber notado el envenenamiento antes?
-No, porque para detectarlo tendrías que hacer análisis de hoja y suelo constantemente. Y uno no lo hace semanalmente para saber si alguien te envenenó. El plan de acción nuestro parte cuando vemos los síntomas en la planta. Lo más importante hoy es encontrar el ingrediente activo que tiene este tóxico para saber si podemos combatirlo. Esa es mi responsabilidad, más allá de colaborar con las autoridades para lograr a quien hizo este acto delictual.
- ¿Hay datos del impacto económico?
-No todavía.
El miércoles, la empresa presentó una denuncia ante la Fiscalía Regional para investigar los hechos. “Nosotros operamos en base a la confianza, y la buena fe y por eso nos interesa mucho entender quién hizo esto. Es un caso que es importante resolver no solamente para nosotros, sino que va a repercutir e interesa solucionar al resto de los fruticultores”, Y agrega: “Pondremos toda la fuerza necesaria para hacer justicia, por eso confiamos que la Fiscalía va a hacer su rol y estamos colaborando para que ellos puedan llegar al final del asunto”.
El mismo día, Juan Sutil envió al equipo un WhatsApp donde habló de “alerta roja”.
-Se dice que hubo distintas miradas sobre el manejo de Juan Sutil: algunos miembros de la empresa preferían una reacción más silenciosa, ¿es así?
-No es el caso. Mi padre tiene un estilo muy directo de trabajar con su gente y lo hace a través del WA y del teléfono. Él es muy ejecutor y muy de colaborar con sus equipos. Lamentablemente se filtró el mensaje y eso desencadenó la polémica que nos obligó a emitir un comunicado.
- ¿Por creen que alguien les querría hacer daño?
-No hay sospechas en este momento.
La firma está a la espera de que el laboratorio que analiza las muestras de suelo y plantas dé con el químico para, de ahí, poder ver cómo combatirlo. “Y lo más importante, salvar el huerto”, dice Sutil.
- ¿Hay posibilidades? Se dijo que no...
-La teoría es que no, porque es un herbicida sistémico que mata la planta. Pero tenemos esperanza de poder reaccionar y salvarlo siempre que existan contraatacantes de este ingrediente activo. El huerto orgánico hace mucho más compleja la situación, porque no puedo usar químicos para revertir el efecto: lo tengo que combatir con té de humus, algas, extractos naturales... Es como que llegues con una enfermedad potente a la clínica y el doctor te quiera poner morfina y le digas “dame una agüita con manzanilla y vámonos con calma haciendo un proceso”.
-¿Es lo más difícil que te ha tocado en este año y medio que llevas en el grupo?
-No sé. Los desafíos comerciales de la pandemia han sido complejos en la Viña Sutil (donde es presidente), como también resolver ahí las adaptaciones de la reconversión a un mercado nacional. De eso felizmente hemos salido súper bien.
El sello verde y ser “B”
Nicolás Sutil Condon es el segundo hijo del presidente de la CPC. Estudió ingeniería comercial en la U. Andes, y en paralelo formó un marketplace de artículos de surf usados. En 2012 entró a trabajar en Patagonia, donde llegó a ser gerente general de la operación en Chile. En mayo de 2019 dejó la marca estadounidense para asumir la presidencia de la Viña Sutil y la vicepresidencia de la agrícola familiar. Además, se convirtió en el gerente de comunicaciones y sustentabilidad del holding, cargo que se creó con su llegada. Y que aprendió en Patagonia.
“Estoy trabajando con todas las filiales para convertir a Empresas Sutil en un grupo B. Ya tenemos dos de las siete filiales certificadas y en las demás estamos haciendo el B assessment para que cada una de ellas se certifique y con eso lograr un empuje a gran escala. Seríamos el grupo chileno más grande certificado B”, dice. En paralelo está trabajando con la UC de Valparaíso para hacer una medición de huellas hídricas y de carbono de cada una de las filiales para luego armar un plan de compensación y mitigación.
Por estos días, el ingeniero está abocado a la coordinación de los planes de acción en terreno por la crisis de las frutillas. En paralelo, seguir impulsando los vinos de Viña Sutil en el mercado nacional. En febrero decidió reorganizar la empresa para hacer crecer el mercado local. “Montamos bodegas en la RM, hicimos la logística, creamos departamentos de venta directa, desarrollamos la página web, etc…”, explica. Eso les permitió sortear de mejor forma la pandemia, dice. En menos de un año ese mercado se duplicó a 16 mil cajas de vino. La meta es que un 20% de las ventas de la viña (hoy son el 10%) estén en el mercado nacional.