Lunes, 8 de la tarde. Segunda semana de agosto. Afuera cae una lluvia copiosa, que amenaza con inundar las calles. Adentro, en su casa de Las Condes, la alcaldesa Evelyn Matthei -la más probable carta presidencial de Chile Vamos para el 2025- está sentada en la cabecera de su mesa de comedor. Tiene su computador en frente, abierto; varios papeles alrededor. Un vaso de agua.

Desde aquí, su personal centro de operaciones, hablará de los temas que hoy la motivan: de la posibilidad de pensar un país distinto, de lo que le faltó a la derecha para ponerse de acuerdo en las próximas municipales, de lo que califica como un Gobierno “de principiantes”, de la crisis de Venezuela y cómo impacta nuestra política nacional, de su cierre de ciclo como edil el próximo 6 de diciembre. 

Pero también, como está cómoda en su casa, hará además cosas más personales. Jardinera por gusto, contará cómo el pasado fin de semana se dedicó a podar sus rosas y mostrará las nuevas patillas que guarda en dos cajas plásticas a un costado del comedor. O se acercará a las dos rojísimas orquídeas phalaenopsis que tiene floreciendo sobre la mesa de centro del living y dirá que no son difíciles de cuidar: “Hay que saber cómo hacerlo no más”.

También tomará en brazos a su nueva mascota, la misma que exhibió hace unos días en su Instagram, diciendo que “se podrán imaginar mi chochera”. Es una pequeña pug negra, de dos meses, que se llama Pixie. “Es una loca suelta, corre y mordisquea todo. Pero ahora está con una patita media mala. Está con dolor, pobrecita”, se lamenta.

A exactos cuatro meses de dejar la alcaldía de Providencia, Evelyn Matthei -que en varias de sus respuestas mostrará un innegable tono de candidata presidencial- mira el actual momento político de Chile y proyecta lo que le gustaría que pasara con el país, si es que de ella dependiera.

- Dos cosas. Por un lado, un profundo agradecimiento a todos los equipos de la Municipalidad de Providencia, porque es gracias al trabajo de todos ellos que a mí me están evaluando bien. Son personas muy profesionales, serias, trabajadoras, que vamos viendo los problemas de una manera multidimensional y generalmente sacamos soluciones que son novedosas. Y lo segundo, sí: siento una profunda responsabilidad. Nadie sabe qué va a pasar el próximo año. Eso se verá en su minuto. Pero lo que yo no puedo hacer es no prepararme. Y por eso es que estoy trabajando con mucha gente que se me ha acercado ofreciendo ayuda y hay equipos espectaculares trabajando, en realidad, en un posible plan de gobierno.

- Sí. 

- Así es. Y es mucha gente la que se ha acercado, incluso gente que vive en el extranjero, gente que está terminando sus estudios de doctorado o de máster en el extranjero y que estarían dispuestos a volver a Chile. Lo que yo he visto son unas ganas de ayudar que realmente me provocan mucha emoción.

- Puede que al final no me toque, nadie sabe. Pero no puedo no prepararme, porque esa es mi naturaleza.

- Fíjate que no me produce nada especial.

- Tampoco.

- No, nunca. No tengo relación con ella.

- Lo que pasa es que hay distintos objetivos. En el caso, por ejemplo, de parlamentarios que van a reelección el próximo año, lo que buscan es tener alcaldes que después les puedan ayudar en la campaña del próximo año. Después hay un objetivo de las directivas de los distintos partidos de afirmarse en sus respectivas colectividades. Un tercer objetivo es, sobre todo de los partidos chicos, tener alguna presencia y ojalá mostrar caras que a lo mejor no ganen esta vez, pero que en el fondo queden para la elección del próximo año. Y finalmente está el objetivo mayor, que debiera ser el objetivo, que es tener la mayor cantidad posible de alcaldes y gobernadores. 

- Uno tiene que entender que la naturaleza humana es la naturaleza humana y, por lo tanto, todos estos otros objetivos tú puedes decir que son objetivos menores, objetivos que no ayudan a la causa, objetivos que hacen daño. Sí, todo eso es cierto, no son lo más importante, hacen daño, pero existen y uno no puede olvidarse de eso. Ahora tenemos algún tiempo todavía para ver si logramos que algunos se bajen; Dios quiera que eso funcione. Pero tengamos claro que hay muchas reyertas, porque los objetivos son distintos.

- A todos nos gusta un mundo ideal. Yo llevo ya mucho tiempo en esto y sé que es muy importante tener ideales. Pero también es importante entender que el mundo tiene roces, que la naturaleza humana es la naturaleza humana y que así no más es. A veces hay temores infundados. Entonces hay que tratar lo más posible de ir poniendo los objetivos más importantes arriba, pero al final para el que se juega la reelección el próximo año, el objetivo más importante es la reelección el próximo año. Así es la vida.

- Va a estar en un mucho mejor momento. 

- El próximo año. Realmente creo que Chile Vamos se ha ido armando. He visto que las tres directivas en general han funcionado muy bien. He visto generosidad, amistad, armonía. Y cuando yo digo que el próximo año va a estar mucho mejor todavía, es porque creo que lo único que les falta es más opinión pública como Chile Vamos. A mí me encantaría que una o dos veces a la semana los presidentes de los partidos o los secretarios generales pudieran (aparecer) en forma coordinada. Pero este último tiempo han estado tan ocupados buscando candidatos, viendo quién sí y quién no, que han estado en una dinámica de mucho estrés y mucha exigencia. Entonces, pedirles ahora que además se coordinen para prensa creo que no es razonable. 

- Fue complejo cuando anunciaron que ellos iban a llevar candidato a gobernador en todas partes, porque si bien la lógica de la segunda vuelta es cierta, hay otros elementos que complican enormemente esa lógica. Si, por ejemplo, en una región, ya sea Chile Vamos o Republicanos lleva el candidato a alcalde de la comuna más grande, tú comprenderás que es una tremenda ventaja para el candidato a gobernador. Entonces, cuando ellos insisten en que llevan gobernador en todas partes, de alguna manera fuerzan también a que haya más de un candidato en las comunas más grandes. Y eso, desgraciadamente, no ha sido fácil que se entienda. Creo que desde esa definición que ellos tomaron, la cosa se complejizó desde un principio.

- Yo la verdad es que estoy en lo mío. Hablo con la gente de la municipalidad, con la gente de Chile Vamos. Obviamente a veces hablo con José Antonio Kast, pero efectivamente hace tiempo que no hablo. Pero no es porque le tenga mala ni nada, sino que no se ha dado la ocasión.

- No.

- No todavía. Pero si necesito hablar con él, obviamente que le escribo o lo llamo y él me va a contestar. Y viceversa también.

- No, eso no. 

- Nada.

- Es cierto que hay una correlación, uno mide fuerzas, etcétera. Pero aquellos que creen que (las municipales) determinan, creo que no es para nada así.

- ¿No siente que de todos modos usted pone su capital político en esas elecciones? Va a estar presente en varias campañas...
- Me da lo mismo.

- O sea, yo voy a hacer mi trabajo. Primero yo soy alcaldesa, me pagan por ser alcaldesa. Juré cuando asumí el puesto y por lo tanto no lo voy a dejar botado. Lo segundo, es que obviamente igual voy a salir a apoyar a candidatos, me he sacado fotos con muchos, he grabado videos; y lo voy a seguir haciendo. Me voy a tomar días de vacaciones sin sueldo, usaré los tiempos libres. Voy a apoyar lo más posible y nunca voy a hacer un cálculo de si me conviene o no, porque no está en mi naturaleza hacerlo.

- Siento que ellos tuvieron una derrota. Se plantearon como un gobierno refundacional y tuvieron un shock al perder el plebiscito, además por un margen muy amplio. Pero no han abandonado eso.

- A ver, en la reforma tributaria ahora ya están empezando a ver la realidad y que no van a poder, pero diría que la mayoría de ellos sigue teniendo su corazoncito con esa reforma tributaria que en realidad hubiera sido el mazazo final al crecimiento de Chile. El primer mazazo ya lo tuvimos el 2015. En materia de reforma previsional siguen insistiendo en el reparto, y lo camuflan de distinta manera, que un préstamo, que un seguro, que distintas cosas.

Pero la verdad es que lo que quieren es el reparto y de alguna manera tratar de eliminar lo más posible las AFP. Así que tengo la impresión de que muchos de ellos, aunque sufrieron una derrota, no han abandonado los sueños. Y eso les produce mucha tensión interna. La mayoría de estos cambios de opinión que hemos estado mirando es porque una cosa es lo que dice el corazón y otra es lo que dice el realismo. Pero hay choques permanentes. Y la otra cosa que me llama la atención es su incapacidad absoluta de gestión. Realmente no saben nada de gestión. Donde más uno lo ve, donde es más evidente, es en el tema del crimen.

- Claro. Y cuando uno ve el plan Calle Segura... Lo que me pasa es que siento que son principiantes. Yo creo que quien puede cambiar algo las cosas es Javier Etcheberry (nuevo director del SII). Ese es un hombre que, no tengo duda, sabe la importancia de la institución que dirige, la conoce bien y conoce además la importancia que tiene en la lucha contra el crimen organizado. ¡Imagínate que el cambio tenga que venir del director del Servicio de Impuestos Internos! 

- Mira, yo he estado hablando con fiscales. Hay veces que una investigación se demora porque el Instituto Médico Legal tarda un año en darte el resultado de una autopsia, porque el Instituto de Salud Pública, que sigue autorizando cremas de mano, se demoran ocho meses en darte un informe toxicológico. ¿Y quién está haciendo algo al respecto? Yo venía diciendo hace cuatro o cinco meses que el director anterior del SII colaboraba cero, cero, cero en todo lo que es, por ejemplo, las ventas ilegales en la calle. A mí me da rabia. Y en materia del control de la frontera en el norte, perdón pero eso es una broma. Eso hay que verlo con aviones no tripulados; cuando tienes mil kilómetros de frontera, la única forma es desde el aire, nada más. No han hecho nada.

- No saben. A ver, ellos salieron de la universidad, donde se dedicaban a protestar, a ser parlamentarios, donde seguían protestando, y de repente les tocó gestionar. No saben gestionar.

- Esos son los que están sosteniendo al Gobierno. Ahora también al Servicio de Impuestos Internos. Los necesitan.

- Es una relación que se va a tensionar enormemente con el tema de Venezuela, que probablemente va a durar mucho. Con esto salieron a la superficie todas las contradicciones que tienen. Lo de Venezuela es brutal y la única solución que hay, quiero ser súper clara, es cuándo y en qué condiciones se va Maduro. Estoy preocupada porque el presidente Lula, con AMLO en México y con Colombia están buscando soluciones entre comillas y se habla de que una posible solución sería repetir la elección. Espero que no caiga el Presidente Boric en eso, porque es guerra. Eso es básicamente darle oxígeno a estos dictadores sanguinarios.

- Estuve 10 días que no podía ni siquiera mover la cabeza. Me costó mucho tomar la decisión. Nunca he sido más feliz en un trabajo que en este. Nunca.

- Sí, y nunca he sido tan feliz como en este. Así de rotundo. 

- Es muy pronto para decir eso. Mmmm, veremos. Yo la verdad es que me preocupo con mucho ahínco y con mucha seriedad, pero al mismo tiempo creo que hay que tomar las cosas con tranquilidad.

- Puede que sí, puede que no. Nadie sabe. No hay nada planificado. Digamos que en política uno obviamente siempre planifica, pero lo más importante son los tiempos, los eventos, saber interpretarlos… Uno no puede forzar la realidad.

- Llena de energía, llena de ideas. Trabajando en 20 cosas al mismo tiempo. Estoy muy bien.

- A ver, yo tocaba el piano, yo jardineaba, yo cosía…

- Sí, ya no lo hago.

- A veces. Por ejemplo, el fin de semana me fui a podar mis rosas.

- Algo, algo. Pero debo reconocer que lo que antes dedicaba a las cosas que a mí me gustan mucho, hoy cada día tengo menos tiempo para ello. Este sábado, por ejemplo, tuve una reunión con 20 personas toda la mañana. Planificando, y no municipalidad, sino país.

Cuando la entrevista ya está casi terminando, Evelyn Matthei pregunta: “¿Puedo agregar una cosita?”. Y entonces se lanza: “Siento que Chile necesita una propuesta grande. Ambiciosa. Con mucha épica. Que permita que los chilenos vuelvan a recuperar la ilusión de que nuestro país puede progresar. Eso es lo que siento y en lo que estoy trabajando”. La alcaldesa le pasa la posta a la candidata. 

- Sí, una propuesta país que nos permita soñar en grande de nuevo, porque creo que nos hemos ido achicando, que estamos entrabados en la pequeñez, en la desilusión, en la desconfianza, en el desencanto, en una violencia que está ahí como latente. Creo que lo que más necesita Chile es soñar en grande, pero en grande, grande, grande. Y en eso estamos.

- Pasa por volver a crecer. La situación fiscal hoy es mala. El estudio que hace la Dipres a mediano plazo, que va viendo cada cuatro años cómo vienen las cosas, señala que el dinero disponible para el próximo gobierno es prácticamente nada, 4 mil millones de dólares en todo el periodo. Y además creo que está sobreestimado, porque tienen supuestos que no son realistas. Ellos creen que el gasto público va a crecer en un 1% todos los años; y en realidad, históricamente, ha crecido en un 5%. ¿Entonces, de dónde? Por lo tanto, volver a crecer es un imperativo, no solamente desde el punto de vista de devolverle a Chile ese empuje que tuvimos durante tantos años, sino que también es un imperativo si realmente queremos mejorar la situación de la clase media. Hay muchas cosas que requieren dinero. La propia lucha contra la criminalidad va a requerir dinero.

Matthei continúa: “Yo soy economista. Y por lo tanto esto me tiene motivada a mil y estamos trabajando con gente que sabe de todo, de litio, de cómo atraer empresas grandes tecnológicas, etcétera. O sea, estamos pensando en grande”.

- Es totalmente reversible, estoy segura. Lo más complejo es el sistema político que tenemos, el sistema electoral, el tema de los 25 partidos. Es lejos lo peor que tenemos en Chile. La verdad es que la reforma electoral que se hizo el 2015 o 2016 fue un desastre, igual que la reforma tributaria, exactamente igual que la reforma educacional. Las tres son un desastre.

- Sí pues, tarea maravillosa. Eso es lo que me mueve, es el motor. Estoy muy empilada.