Política
La silenciosa pero activa influencia de Bachelet en el Gobierno de Boric
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Corría febrero de 2016 y el diputado independiente Gabriel Boric visitaba España para mirar de cerca el modelo de Podemos, el grupo político de izquierda que entonces marcaba liderazgo en las elecciones.
Desde ahí dio una entrevista al diario El País y dijo que no se sentía representado por la Presidenta Michelle Bachelet: señaló que ella “llegó con un programa moderado que busca humanizar un neoliberalismo desbocado más que realizar reformas estructurales”.
Las afirmaciones de Boric, entonces, no generaban mayor sorpresa, pues el tono crítico hacia la entonces Concertación y luego a la Nueva Mayoría era parte de su discurso político y también el de la llamada “bancada estudiantil” que se había instalado en el Congreso desde 2014.
Esta distancia de Boric hacia la mandataria no sólo se podía ver en sus declaraciones públicas sino también, recuerdan en el equipo de Bachelet, en las visitas que ella realizaba a regiones. Como a Punta Arenas, ciudad natal de Boric y zona que representó en la Cámara por dos periodos. Varias veces el parlamentario se ausentaba de las actividades presidenciales, de las cuales es usual que participen representantes oficialistas y opositores.
En uno de esos viajes a Punta Arenas, comentan, la entonces Presidenta pidió a su equipo que Boric estuviese en un almuerzo. “Quería saber qué estaba pensando”, recuerda un ex colaborador. Por ese tiempo hubo más encuentros, dicen, que tenían número reducido de asistentes y eran “cordiales”.
Si bien la crítica también había venido de Bachelet en 2015 cuando dijo que los jóvenes del Frente Amplio eran “hijos de” la inclusión del Partido Comunista a la coalición de gobierno, eso fue visto como una manera de “legitimar” el liderazgo político de la nueva generación.
Ello se cristalizó en 2021 cuando Boric ganó la elección presidencial: la exmandataria se puso a disposición de inmediato. Es recordada la imagen de una Michelle Bachelet veraniega, en sandalias, recibiendo al joven Presidente electo en su casa de La Reina.
Conversaciones semanales
Quienes recuerdan los vaivenes de la relación Bachelet-Boric en los inicios, afirman que la exmandataria siempre opinó que el joven magallánico era el que más resaltaba de su generación, pese a que en ese momento se relevaba más el liderazgo de Giorgio Jackson. Consideraba, añaden, que era el más “profundo” o el con mayor “densidad política”. De alguna forma, además, el llamado círculo “bacheletista” entendía que este grupo de jóvenes apuntaba a reformas similares en el ámbito social y político de las que había buscado Bachelet en su segunda administración.
Comentan que la manera en que Bachelet y Boric llegaron al poder de alguna manera tienen “similitud” para sus círculos: ella una figura disruptiva dentro de la Concertación; él un joven que sorpresivamente ganó una primaria y luego la segunda vuelta presidencial contra el republicano José Antonio Kast.
Hoy el Presidente Boric, en tanto, ha destacado el rol de los exmandatarios desde el retorno de la democracia. Y ha dado cuenta de una cercanía especial con Bachelet. “Con la Presidenta Bachelet tenemos una profunda complicidad, yo converso con ella permanentemente, prácticamente todas las semanas y (tenemos) muchas coincidencias”, dijo Boric el 16 de mayo cuando asistió al lanzamiento del libro Chile 2050: Un País. Cuatro Presidentes, editado por Clapes UC.
Y desde el círculo del “bacheletismo” confirman esa suerte de complicidad que se ha construido con los años. Un ex colaborador lo grafica así: “El Presidente Boric se dio cuenta de las dificultades que hay en Chile para lograr cambios sociales y ahora valora la potencia de los cambios que impulsó Michelle Bachelet. Eso no lo supo hasta que se puso el traje de gobernante”.
El propio Boric lanzó un mensaje especial para Bachelet en su cuenta pública: dijo que en su gobierno se tomaron “caminos pioneros en derechos sociales, equidad de género, protección del medio ambiente y tantos otros que hemos transitado y buscado ampliar”.
Bachelet, de las pocas que supo de anuncio de aborto
La complicidad en todo caso, comentan, no sólo se da en la relación Boric-Bachelet. La ex Presidenta ha tenido diálogo fluido con distintas carteras. Una de ellas es con la que lidera Antonia Orellana, en Mujer y Equidad de Género.
En el Gobierno comentan que Bachelet fue de las pocas figuras que supo con antelación el anuncio que haría el mandatario sobre aborto legal en su cuenta pública y que generó revuelo. En paralelo, añaden, ha tenido un rol activo en los cambios del reglamento de la ley de aborto en tres causales promulgada en su administración.
En La Moneda señalan que la ex Presidenta ha apoyado también la agenda internacional de este ministerio,. De hecho, dicen que fue clave en la elección de Patsilí Toledo como miembro del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW), período 2025-2028: es la primera chilena en formar parte de este órgano.
Tampoco llama la atención, a estas alturas, ver participar a Bachelet de actividades públicas con Boric. En mayo asistió a la inauguración de la 31° Conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa 2024, y luego fue parte de un encuentro privado en Cancillería con una delegación de 30 integrantes de Naciones Unidas, entre ellos, el secretario general António Guterres, y con el Presidente Boric: fue leído como un gesto ante un eventual apoyo a Bachelet por la carrera por reemplazar a Guterres.
“La Presidenta Bachelet es generosa, cada vez que le piden ayuda, está disponible”, comenta un excolaborador de la exmandataria. En su círculo relevan, igualmente, que a ella le preocupa el avance de la derecha dura en Chile y en el mundo, por lo que se ha puesto a disposición del gobierno de Boric, atenta, dicen, “a ver que la marcha del gobierno no se detenga”. En La Moneda, agregan, el Presidente busca opinión y consejos de Bachelet. No por eso, recalcan las mismas fuentes, quiere decir que él no esté siendo autónomo en sus decisiones. De hecho, en la izquierda ya se ha instalado la idea de que Boric está empoderado en su rol. “Me reuní con Gabriel Boric después de la cuenta pública, fue grato, vi a un Presidente armado, decidido, autocrítico”, dijo esta semana el excandidato presidencial Jorge Arrate en T13 En Vivo.
El “bacheletismo” en el Gobierno
Las redes de Bachelet también se han extendido en el Gobierno. Allí se reconoce a algunas figuras del llamado “bacheletismo”, como por ejemplo, Xavier Altamirano, subsecretario de Derechos Humanos -exdirector ejecutivo de la fundación que creó la exmandataria, Horizonte Ciudadano-; Ana Lya Uriarte, jefa legislativa del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y quien fuera jefa de gabinete en su segundo gobierno; Claudio Castillo, actual jefe de asesores de la ministra del Interior, Carolina Tohá; Haydee Rojas, asesora externa de Presidencia y ex jefa de prensa de la exmandataria; Paula Narváez, embajadora de Chile ante la ONU, ex vocera de Palacio; y Benjamín Aguirre, director de comunicaciones de Cancillería, y quien lideró las comunicaciones de Bachelet en su segundo gobierno y luego de dejar La Moneda.
Quienes conocen ese círculo “bacheletista” afirman que, ante todo, tienen la impronta del “trabajo en equipo, silencioso”, pues, dicen, ven que la propia ex Presidenta pone a disposición su capital político.
Como por ejemplo, recuerdan aquella vez que grabó una pieza audiovisual para el primer proceso constitucional de la Convención Constitucional, con la escena de Bachelet tomando té con señoras. “Soy Michelle Bachelet, vine a su casa, ¿cómo están chiquillas?”, decía en la franja.
Finalmente, sostienen, Bachelet buscar ser una suerte de “bisagra” entre la izquierda tradicional que encarna el PS, la otra que representa el PC y una tercera, que es la generación del Frente Amplio que ganó el poder con Boric.
La ex Presidenta, dicen, tiene una cercanía con todas las vertientes de la izquierda, mantiene buenas relaciones “intrageneracionales”. Mientras, Boric está en búsqueda de construir la unidad de las dos coaliciones que están a la cabeza de su gobierno. ¿La prueba de fuego? Los resultados de las elecciones municipales, subrayan, serán muy decidores a la hora de juzgar la unidad de la izquierda y la centroizquierda.