Era un evento con doble propósito, y Antonio Martínez Naso lo sabía. Primero, presentar en sociedad la llegada de la Fundación Real Madrid a Chile, un proyecto que él gestionó durante años en línea directa con Florentino Pérez, empresario y presidente del club español. Y segundo, rendir homenaje a su primo Eliseo Gracia Martínez, ex gerente general de Enjoy -la cadena de casinos fundada por su abuelo, Antonio Martínez Ruiz-, quien falleció el pasado enero en un accidente de helicóptero en Paredones y quien fue pieza clave en el arribo de la ONG hispana a suelo nacional.

“Di unas palabras y mostramos un led con la frase ‘Te recordamos Eliseo Gracia’”, recuerda Martínez Naso (33), sentado en una pequeña mesa de la cafetería de YouTopia en Vitacura. El centro wellness, donde Gracia fue su director ejecutivo y socio, es además main sponsor de la fundación merengue en Chile.

El evento se llevó a cabo este lunes en el mismo lugar y reunió a un grupo reducido, pero influyente, de empresarios, dirigentes y deportistas. Se vio al abogado Darío Calderón -estrecho colaborador del clan Martínez-, Harold Mayne-Nicholls, Ricardo Abumohor y Fernando González.

Eso sí, no era la primera vez que el club español intentaba instalar su ONG en Chile. Lo hizo hace 20 años, y según Martínez, fue un fracaso.

Por eso, esta vez tiene que salir bien. Es una revancha.

Florentino, los Cueto y un viejo vínculo

Es imposible entender la llegada de la Fundación Real Madrid a Chile sin hacer algo de historia. Y mucha historia. En los años ‘30, Antonio Martínez Ruiz llegó desde España en el mismo barco que la familia Cueto, hoy accionistas de Latam, recuerda su nieto. En Chile, los lazos entre ambas familias se estrecharon rápido y se mantienen hasta hoy. “Empezó a haber una relación familiar. La segunda generación iba al mismo colegio, tenían una vida de hermanos”, cuenta Martínez. “Y después entramos nosotros, una tercera generación en la que vivíamos todos intercalados en Valle Escondido (Lo Barnechea)”, agrega.

Ese vínculo trascendió lo personal y se consolidó en los negocios. Partieron en la industria del cuero -fueron los representantes de Gucci en Chile-, luego en el fútbol con Unión Española y más tarde en los casinos. La oportunidad de Enjoy surgió cuando el exministro DC Enrique Krauss, amigo de ambas familias, les comentó sobre la licitación de una plaza disponible en Viña del Mar. Postularon, ganaron y con la sociedad Antonio Martínez y Cía. sentaron las bases del mayor holding de casinos del país, que años después tuvo presencia en Uruguay, Argentina y Brasil.

Más tarde, Antonio Martínez Ruiz compró Everton, club que en 1976 conquistó su tercer título en un Estadio Nacional repleto. Desde entonces, el empresario se convirtió en un dirigente clave del fútbol chileno, siempre respaldado por su amigo Darío Calderón, un abogado con conexiones con los Cueto y los Abumohor, otro clan fundamental en la industria futbolística. En 1984 Martínez Ruiz asumió la presidencia de la ANFP.

Los negocios iban viento en popa e incluso lo premiaron en el Viejo Continente. “Le hacen una invitación a España y le toca sentado en la mesa con el tío Juan Cueto y con Florentino. El segundo año ocurre lo mismo”, relata Martínez Naso.

Ese fue el inicio de un vínculo que sigue intacto. Martínez Naso mantiene una relación cercana con la familia Pérez en España, grupo que lidera el presidente del Real Madrid, cuyo patrimonio supera los US$ 3.500 millones según Forbes. 

“En 2004, cuando viene Florentino a Chile, nos hace una invitación a todos los nietos hombres a ir un mes a estar con el Real Madrid”, recuerda Martínez. “Estaba partiendo la Champions League. Florentino nos lleva y nos vamos en el avión del Madrid. Yo estaba sentado entre Ronaldo y Roberto Carlos”.

“Esa fue la primera experiencia cercana con futbolistas. Nosotros tenemos dos asientos en el Bernabéu que están rodeados de los de Florentino. Entonces, hemos visto a Figo, Guti, Raúl, Santiago Solari”.

El Madrid dice basta

No es la primera vez que el Real Madrid instala su fundación en Chile. Ya lo hizo a inicios de los 2000, y detrás de ese intento hay una historia poco conocida que mezcla fútbol, negocios y política exterior.

Corría la primera presidencia de Florentino Pérez en plena era “galáctica”, uno de los periodos más exitosos del Real Madrid. Fue entonces cuando las familias Cueto, Martínez y Calderón -con apoyo del embajador de Chile en España, Enrique Krauss- solicitaron una reunión con el presidente del club. Florentino los recibió en Madrid. La cita, agendada para 20 minutos, se alargó por más de dos horas. En la conversación, el empresario español compartió su visión para el Real Madrid y su estilo de liderazgo.

En agosto de 2000, los tres amigos lo invitaron a Chile. La visita se concretó en enero del año siguiente. Pérez solía pasar esas fechas en Miami con amigos del colegio, pero esta vez hizo una excepción. Viajó a Santiago y luego a Pucón, donde las familias tenían casas de veraneo.

Durante su paso por el país, sostuvo una reunión con el Presidente Ricardo Lagos y el ministro de Obras Públicas, Carlos Cruz. Fue acompañado por Darío Calderón. En esa conversación se abordaron los planes de infraestructura del gobierno y el rol que podía tener Pérez, que ya tenía inversiones viales en Chile desde 1997.

De ese encuentro nació la idea de traer la Fundación Real Madrid al país. Según cuenta el representante de la tercera generación, el proyecto quedó inicialmente en manos de Raúl Alcaíno, exalcalde de Santiago y entonces casado con Esperanza Cueto, hermana de Ignacio y Enrique Cueto Plaza y madrina de Antonio Martínez Naso. “Él se la entrega a Pablo Zalaquett cuando sale electo como alcalde de La Florida. Y la verdad es que lejos de ser un proyecto que se fidelizara a través del Madrid, se empezó a politizar a través del poder que generaba la marca, y eso termina con que el Real se da cuenta de lo que está pasando y le corta la relación, le baja la personalidad jurídica y les hace el término de giro”.

A pesar de ese fracaso, los Martínez nunca perdieron el vínculo con Florentino Pérez ni con el Real Madrid. Y lo ejemplifica: “En los veranos íbamos a Mallorca. Mi abuelo invitaba a mis primos y cada vez que estábamos allá Florentino andaba en su yate y él pasaba a vernos a la casa por un par de días”.

Se retoma el plan

“Siempre supe que mi pasión estaba en el deporte más que en los negocios. Eso no significaba dejarlos de lado, pero quería explorar el mundo del deporte. Desde chico practiqué actividad física: me dio disciplina y valores. Sabía que mis primos estaban más enfocados en el mundo privado, que eran buenos empresarios y que compartían el ADN de mi abuelo, el mismo que tengo yo. Eso me daba tranquilidad para dejar en sus manos esa parte, sin desentenderme. Participo en todos los directorios, porque en la empresa familiar siempre hemos estado involucrados en entender y decidir, aunque no necesariamente en la operación”, reflexiona Antonio Martínez Naso.

La condición que le puso su padre, Antonio Martínez Seguí, para dedicarse al deporte fue estudiar primero una carrera universitaria. Por eso se matriculó en ingeniería comercial. Eso lo mezcló con viajes todos los veranos a España para hacer pasantías por las distintas sedes del Real Madrid para validarse como entrenador. “Estuve con Guti, con Roberto Carlos, con Raúl y con Xabi Alonso”, rememora. 

Durante estos viajes Martínez se interesó en volver a traer la fundación del Real Madrid a Chile. Sin embargo, los años pasaron y no hubo noticias. 

Todo se mantuvo en suspenso hasta 2023, cuando la fundación salió de España y abrió sedes en China, Japón y Dubái. “Ahí empezamos a validar qué posibilidades existían para traerla a Chile”.

Acosta, Pellegrini y Barnechea

Su pasión por el deporte se definió temprano. En 2008, mientras aún estaba en el colegio, Antonio Martínez Naso comenzó a trabajar los fines de semana como asistente audiovisual de Everton, el equipo que su padre había comprado años antes y que era comandado por Nelson Acosta. “Trabajaba los viernes y los fines de semana, y fue justo el año en que el equipo salió campeón. Ahí dije: ‘Listo, me voy a dedicar a esto sí o sí. No tengo ninguna posibilidad de meterme en los negocios. Esto es lo que más me gusta’”.

Después de la universidad, Martínez comenzó su carrera en el fútbol. En 2016 pasó cuatro meses con Manuel Pellegrini en el Manchester City, con quien -confiesa- mantiene una muy buena relación. Al año siguiente viajó con el “Ingeniero” a China, al Hebei F.C. Luego, regresó a Chile para trabajar con Mario Salas en la Universidad Católica, quien había sido su profesor jefe en el colegio Mackay. Más tarde, se sumó como ayudante técnico de Nicolás Córdova en el Universitario de Lima, cargo que dejó en 2020 cuando Pachuca -dueños del equipo viñamarino- lo llamó para ser parte del cuerpo técnico de Everton. Su debut como entrenador llegó en 2023, con Barnechea. “Fui el más joven y en el equipo con menos presupuesto”.

Pero ahí, confiesa, entendió algo: “Esa experiencia me demostró que tenía la capacidad para el puesto, pero que necesitaba más preparación para optar a mejores plazas. Si no, iba a quedar atrapado en una rueda donde siempre iba a estar peleando el descenso”.

Decidió cambiar de estrategia. “Para seguir construyendo mi carrera como entrenador, necesitaba un posicionamiento distinto y una estructura financiera concreta que me sustentara. Como en mi familia somos empresarios, tenía eso en la cabeza. Por eso, aposté por el Real Madrid para fidelizar una línea de negocio y convertirme en embajador de la marca. Eso me daría otro estatus en la industria, una validación diferente al no haber sido jugador”.

En 2023, la Fundación Real Madrid asignó el proyecto a la familia de Federico Valverde en Uruguay y al año siguiente a los Martínez en Chile.

Los tres pilares

La instalación de la fundación se estructuró con un entramado de sociedades. En el centro está TMF Sports, la firma que valida la fundación en España y que actúa como puente con el club. En Chile, la operación quedó bajo el control de otra entidad encabezada por Martínez. La operativa local está a cargo de Madrid Global Sports, vehículo que tiene Martínez con Andrés Díaz, persona a cargo de la academia de fútbol.

Martínez Naso es el CEO de TMF Sports y su misión, dice, es consolidar el proyecto con una estructura autosustentable. En ese proceso, su primo Eliseo Gracia fue clave. “Yo siempre fui conectándome con mi familia, nos juntamos todos los fines de semana a hablar de los distintos negocios que cada uno lleva. Le fui comentando a Eliseo la idea que tenía y en la medida que fui creciendo esto le fue generando mayor fuego interno. Él me decía: ‘No puede haber mejor persona que tú para esto, que Antonio Martínez se vuelva a relacionar con Madrid como lo hizo mi abuelo. Yo quiero ser parte y te quiero colaborar’”.

La Fundación Real Madrid en Chile, dice Martínez, se sostiene sobre tres pilares: deporte, educación y formación ejecutiva. El primero es el más visible. Se trata de academias que replican la metodología de Valdebebas, la ciudad deportiva merengue. La primera sede ya opera en el sector de San Carlos de Apoquindo, pero el plan es ambicioso: abrir 20 centros en distintas ciudades del país antes de 2030. “Las próximas sedes se estrenarán el año que viene en Viña y en Concepción. En 2028 estaremos abriendo La Serena, Temuco y posiblemente Antofagasta”.

Y aclara: “La fundación viene a impartir el proyecto educacional de fútbol, pero no es la cantera del Real Madrid. Aquí te enseñan y te forman en valores para que tú el día de mañana no solamente seas jugador, sino que tengas la posibilidad de tener distintas opciones de seguir tu vida, pero siempre asociado a una buena educación”.

El segundo eje, el educativo, busca ir más allá del fútbol. Se cerró un acuerdo con una universidad -que aún no pueden revelar- para lanzar programas que combinen deporte, liderazgo y valores institucionales.

Y el tercer pilar es la formación ejecutiva: cursos diseñados para empresas y líderes corporativos, inspirados en la filosofía del Madrid. Trabajo en equipo, resiliencia, gestión de la alta competencia. Para eso, ya están cerrando alianzas con firmas como Latam, interesadas en desarrollar programas de liderazgo con el sello merengue. “Vamos a llevar a los 10 mejores gerentes a España a un programa de tres días donde les van a dar charlas Valdano, Casillas, Ronaldo”, dice el CEO de TMF Sports. Esta área quedará en manos de Valentina Gracia Martínez, hermana de Eliseo.

“No di pasos en falso”

Martínez mira atrás: “Fue todo súper lento, súper pensado. No di pasos en falso porque yo sabía que cometer un error era volver a ‘la fundación no le fue bien’. Y no había vuelta atrás. Entonces siempre fui intentando generar, a través de mi relación con él (Florentino Pérez), un vínculo con su equipo ejecutivo y con la gerencia del Real Madrid para presentar estos negocios, y que se fueran validando en tiempo y forma. Fue una cosecha súper lenta, pero entendiendo que este era un proyecto de vida”.

El objetivo de Martínez es usar esta fundación como una plataforma para catapultar su carrera como director técnico. “La idea del Real Madrid me entrega a mí una plusvalía distinta a lo que era yo hace dos años. Esto me va a dar un posicionamiento diferente a lo que es un entrenador convencional”, explica.

Su plan a largo plazo ya lo decreta: “Mi sueño es dirigir la selección (chilena)”.