Cultura
Hanya Yanagihara y su nuevo libro: “No es optimista respecto a EEUU, pero sí en cuanto a sus ciudadanos”
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"Como editora de una revista del New York Times no tuve posibilidad de exponer mi posición política. Por eso escribir una novela fue la forma en que pude expresar ese tipo de preocupaciones de una manera que no me comprometiera profesionalmente”, dice la autora, que desde 2017 trabaja como editora general de T Magazine, publicación de viajes, entretención y diseño, del New York Times.
Se refiere a algunas de las políticas impulsadas por el gobierno de Donald Trump y que se asoman entre las inquietudes presentes en Al paraíso (Lumen, 2022).
“Cuando eres periodista, tu responsabilidad es escribir una historia que transmita información veraz a tus lectores. Cuando escribes una novela, no te preocupas de los datos ni de la extensión, se trata de crear un relato que sea coherente e interesante”, comenta Hanya Yanagihara en una conferencia por Zoom organizada por la editorial para periodistas de España y Latinoamérica.
El efecto fans
La periodista y escritora estadounidense y de ascendencia japonesa nació en 1975 y pasó parte de su infancia en Hawaii. En 2013 publicó su primera novela, La gente en los árboles, y luego vino Tan poca vida (Lumen, 2016).
La historia de cuatro amigos, cargada de trauma, dolor y amor, conmovió a más de 2 millones de lectores, fue publicada en 26 países, ganó varios reconocimientos y se mantuvo durante meses entre los libros más vendidos. Lo que en el mundo editorial se denomina fenómeno literario, para ella se transformó en el mayor honor y misterio de su vida, confiesa.
“Cuando escribí Tan poca vida supe que la novela conectaría con una audiencia apasionada, pero realmente pensé que sería más pequeña. Fue una sorpresa, y me siento muy afortunada todos los días, de haber llegado a tantas personas”, comenta.
Desarrolla además un par de teorías que podrían explicar su éxito. El libro, dice, se publicó entre dos momentos culturales importantes en Estados Unidos: las denuncias a la Iglesia Católica por abusos a menores y el movimiento #MeToo que vendría a preguntarse, entre otras cosas, qué significa ser educado en la masculinidad.
Agrega el factor fan. “En mi generación estaba mal visto ser fan. No era cool ser fan de un videojuego o una banda. Ahora un grupo de fans puede lograr que haya nuevas temporadas de un programa de tv o llevar a la cúspide a un grupo coreano de pop, ser fan se ha convertido en una especie de identidad tribal. Hay que reconocer que he tenido la suerte de tener muchos fans”.
Un mundo paralelo
Un fenómeno que se repite, porque Al paraíso ya es el libro más vendido en Nueva York. La edición en español llega a Chile en marzo. Son 948 páginas que contienen tres libros en uno.
El primero se ambienta en una versión alternativa de Nueva York en 1893, una sociedad donde la homosexualidad es bien aceptada, pero convive también con los matrimonios arreglados. Un guiño a Washington Square de Henry James, ha dicho la escritora, pero imaginando un país libre de su puritanismo fundacional.
La segunda parte está situada en la misma ciudad en 1993 y muestra a una pareja lidiando con una enfermedad y diferencias sociales. Por último, un 2093 distópico bajo un régimen totalitario y un planeta invadido por plagas.
“Al paraíso es tan buena como Guerra y paz de Tolstoi”, reseñó el crítico Edmund White. Uno de muchos comentarios que alaban el recorrido por siglos de historia adentrándose en la condición humana.
“En muchas maneras este libro está fuera de moda. La tendencia literaria ahora es la autoficción, donde el autor se roza con el narrador. Al paraíso en ese sentido es contracorriente. Es deliberadamente pasado de moda porque se basa en la literatura del siglo XIX. Trata el concepto de nación y cómo los acontecimientos históricos nos cambian la vida como individuos y como sociedad. Habla también de los temores de la sociedad occidental”, sostiene la autora.
-¿Suponer un futuro totalitario es una manera de recordarnos que ni la democracia ni las libertades individuales están garantizadas?
-"Lo que me planteo es si la libertad individual no contradice a veces a la libertad nacional. En los últimos 20 años EEUU ha tenido dos retos fundamentales que han marcado su historia; uno de ellos el 11S de 2001 y otro la crisis Covid-19. Después del atentado se hicieron una serie de leyes y se pusieron en práctica nuevas políticas de seguridad nacional. Todavía es pronto para saber si las políticas adoptadas a propósito de la pandemia fueron las adecuadas o hasta qué punto perjudicaron nuestras libertades individuales".
Consultada sobre si la ciencia ficción es la mejor manera de narrar el mundo actual, Yanagihara se remonta a un refrán budista: “Cuando hablas del presente, hablas del pasado. Si hablamos del futuro, hablamos del presente”.
Agrega: “Toda historia que se ambiente en el futuro está hablando de las inquietudes del presente. En este libro me acerco a tres terrores: el totalitarismo, el calentamiento global y la enfermedad. Tres cuestiones presentes en 2018, cuando comencé a escribir el libro, y que en los años siguientes se acentuaron”.
A pesar de que el eje del libro es sombrío, la escritora insiste que se trata de una novela esperanzadora: “Habla de la resiliencia del ser humano. La naturaleza humana y su capacidad de amar y de seguir adelante, es algo que ningún gobierno, ni totalitarismo, podrá derrotar jamás. No es optimista respecto a Estados Unidos, pero sí en cuanto a los estadounidenses”.
¿Nuevamente busca sacudir al lector?, le preguntan a Hanya en relación al efecto de Tan poca vida. “Me gusta que la escritura sea provocativa, en el sentido de generar preguntas, e idealmente también entretenida. Una historia de ficción debe transportarnos a otros lugares”, concluye.