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Iván Poduje: “He decidido votar En Contra”
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El arquitecto y urbanista Iván Poduje simpatizó con Amarillos pero, precisa, “nunca me inscribí en el movimiento. Decidí mantener mi independencia”, dice, para indicar de qué vereda habla, previo a hacer público cómo votará en el plebiscito:
“Yo he decidido votar En Contra, porque considero que este proceso está completamente alejado de la realidad”, sentencia.
Profundamente crítico en general de la clase política, cuestiona que tras el rechazo del texto de la Convención Constitucional, de forma inconsulta a la ciudadanía los partidos hayan continuado en otro proceso más, mientras el país experimenta varias crisis “que no se han atendido por culpa de la tensión que genera este proceso. Estamos en una crisis social, sanitaria, migratoria, y partir de nuevo y sin preguntar a la gente, fue una locura”, opina.
- ¿No cree que al menos parte del 62% del Rechazo, respondió al hecho de que la gente creyó que iba a venir otro proceso?
- Se hubiera rechazado igual, absolutamente. Y aquellos que prometieron una mejor, jamás dijeron que iba a ser de inmediato y nunca dijeron que iba a ser sin preguntarle a la gente. Eso fue una trampa. Esto es un proceso 100% político, no un proceso ciudadano. No resuelve ningún problema concreto.
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- ¿No visualiza la posibilidad de que si se rechaza algunos sectores de izquierda sigan insistiendo con la Asamblea Constituyente o con reformar la Constitución actual, y no termine el proceso?
-Lo van a hacer igual, si gana el A Favor o gana el En Contra. Yo no me creo ese cuento de que la izquierda se quede tranquila si se aprueba. Porque la izquierda quiere una Asamblea Constituyente, y va a insistir (…) ¿Le puede creer a las personas que rompieron la Constitución, que mintieron, que hicieron quebrar la democracia, que no van a volver sobre lo mismo? ¿La izquierda va a quedar súper contenta cuando aprueben la Constitución de Republicanos, súper tranquila? Eso es mentira. Pero además el punto es que llevamos cuatro años en esta locura y de todos los indicadores no hay ni uno solo que esté bien: salud con listas de espera, aumentando el desempleo, economía estancada, delitos arriba, déficit de vivienda.
(...) Yo trabajo en muchas comunas y me muevo en muchas comunas, y de verdad que el apestamiento con este proceso es enorme. En los barrios, verlos discutiendo de la Constitución cuatro años, es muy indignante.
- En su mérito, ¿qué le parece el texto?
- Indiferente. Ayer veía un video donde se promete que se va a terminar con la inmigración irregular, con la inseguridad, que mejorará la salud. Esto es lo mismo que vimos en el mamarracho con los derechos sociales. Están copiando la misma estrategia mentirosa. La Constitución no va a mejorar la salud de inmediato ni va a resolver los problemas de migración irregular, ni la inseguridad.
- ¿No ve avances positivos, por ejemplo, el sistema político?
- La pregunta es por qué nosotros tenemos que bailar al ritmo de su tango. Les gustaba el binominal, después no les gustaba y ahora les vuelve a gustar, y nos meten a todo el país en un proceso interminable, agotador, descuidando todas las prioridades. Viven absolutamente en la luna. Nadie afronta los problemas que tenemos hoy día. El gobierno, desde luego, está en otro planeta, pero la oposición también. ¿Hay aspectos positivos? Sí, puede haberlo.
El texto por supuesto es mucho más razonable que el otro. Pero el punto no es ese. El punto es que los problemas que tenemos hoy día requieren de otra herramienta que no es la Constitución: políticas públicas, programa, decisión política, proyectos, recursos, destrabar la burocracia que está paralizando la inversión, resolver las listas de espera de salud, mejorar la seguridad de los barrios, y eso no se resuelve con la Constitución. Cuando pones todas las fichas en la Constitución, lo que hace es descuidar las prioridades sociales, y eso es imperdonable en el momento crítico que está viviendo el país. ¿Si sacan a los partidos chicos se van a poner de acuerdo?
Hemos visto a Republicanos peleando con la UDI y la UDI, peleando con el PS. Son todos partidos grandes. Y la única manera que se pegue un alcachofazo, una atinada en buen chileno, es que se rechace por segunda vez su cocina. No hay otra forma. Lo que dice Ignacio Briones, que con esto el país va a ser más estable, que se va a recuperar la economía, eso es mentir, por favor.
¿Cómo se recupera la economía si no tenemos inversión? ¿Y qué tiene que ver la Constitución con la inversión? Tenemos una burocracia espantosa, leyes ambientales anacrónicas y en seguridad tenemos una reforma procesal penal garantista que le da el beneficio a los delincuentes, y eso no se resuelve con la Constitución. ¿Por qué no trabajan en esos temas? Porque es más pega.
La Constitución es el camino del flojo, porque te sientas a debatir sobre lo humano y lo divino. Y todo garantizado, como si fuera un texto mágico. Este es un proceso 100% político, y hay que rechazarlo de nuevo para que entiendan de una vez que la Constitución nunca fue problema. Los políticos necesitan un baño de realidad, necesitan atinar. Y la forma es que les vuelvan a rechazar su cocina constituyente. No hay otra forma.
"La Constitución es el camino del flojo, porque te sientas a debatir sobre lo humano y lo divino. Y todo garantizado, como si fuera un texto mágico".
- ¿Dónde está la mayor responsabilidad?
- La responsabilidad está en la clase política en su conjunto. Están enamorados de la Constitución. Primero era la izquierda, que pedía la Asamblea Constituyente, AC. Nadie los pescaba. Se produce el estallido, meten por chantaje a la Constitución. Se rechaza y después la derecha se lo compra. Se enamora la derecha, y acuerdan un proceso sin preguntarle a nadie. Y repiten las mismas cosas que decía la izquierda antes.
-¿Qué opina del texto?
- Creo que es sensato. No plantea ninguna locura. Es bastante razonable, pero irrelevante. Los políticos necesitan entender que no pueden seguir jugando con las expectativas de las personas, que no pueden seguir discutiendo entre ellos, pagados con nuestros impuestos. Llevan cuatro años. Fue demasiado. Que esto se rechace y se pongan a trabajar en las verdaderas prioridades. La Constitución nunca fue el problema.
- ¿Pero es mejor o peor que la Constitución de Pinochet o del 2005?
- La Constitución nunca fue el problema. Por tanto, no va a ser la solución.
- ¿Es irrelevante que se consagre un Estado Social y Democrático de Derecho?
- Es completamente irrelevante. Si no hay plata, no hay derechos. ¿Y cómo hay plata si la economía está estancada? Eso es pensar que somos todos una manga de pelotudos. El riesgo país hoy día depende de muchos factores, entre los cuales está el terrorismo. ¿No ven que en Antofagasta está operando Aragua y el cártel de Sinaloa? Si no hay cambios concretos en salud, vivienda, seguridad, el malestar va a seguir.
- ¿Si se rechaza, es triunfo del Gobierno?
- El Gobierno ya está derrotado, se terminó, no existe y, de hecho, no gobierna. Estaba pegado a la Constitución y perdió los seis primeros meses. Después perdió otro medio año con la reforma tributaria. Después perdió meses en los 50 años.
Necesita una oposición que lo apriete. Pero como la oposición está enamorada de la Constitución, nadie aprieta al Gobierno. Hoy día las familias están esperando ocho años para tener su vivienda social, siete años para tener un consultorio, 10 años para tener una comisaría y a nadie le importa nada. Tienen que ponerse de acuerdo en esos temas y la única manera que lo hagan es que les den una ducha fría.
La ducha fría es el En Contra. No tienen la más pequeña idea de los problemas que están ocurriendo fuera de su burbuja y que son los que están reventando en salud, en educación, en vivienda. Creen que la Constitución es un libro mágico que se va a aprobar y los problemas se van a resolver, que es el mismo pensamiento que tenía la izquierda. Si se rechaza, va a quedar validada esta condición por segunda vez.
- ¿Importa que haya nacido en democracia?
- Ninguna, porque la otra está validada. La gente la validó cuando rechazó. La que está, nos permitió 30 años de crecimiento espectacular. Nunca fue la Constitución el problema. Jamás. Eso fue un invento de la izquierda que se compró la derecha. Se enamoró del secuestrador. Se llama Síndrome de Estocolmo.
- ¿Si gana su opción ve mejores perspectivas para Chile?
- Sí. Porque los políticos van a estar obligados a abocarse a los problemas y los afanes refundacionales van a quedar guardados por un rato en el cajón. Chile necesita que los políticos pierdan esta elección, porque si no, van a seguir arriba de la pelota con este tema. En Narnia. Engolosinados. Veo una enorme distancia entre la discusión de Santiago Oriente, donde todo funciona, y la discusión del resto de Chile.