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Comando Jungle: el singular programa político que analiza el plebiscito constitucional
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Sentados alrededor de una mesa en un restaurante de Isidora Goyenechea, los cuatro integrantes del programa político “Comando Jungle” -que se transmite los miércoles por YouTube, deslenguado e intenso, y que tiene 28 mil suscriptores- beben pisco.
Cada cual con la receta que sugirió. El ingeniero y consultor Carlos Correa toma un chilcano cubano, que incluye mango o guayaba y unas gotas de amargo. El analista político Camilo Feres va por un tricahue, con araucano, jugo de limón y jengibre. El abogado y académico Gonzalo Müller prueba lo que bautizó como monkey mule, con hierbabuena y lima. La única excepción es el abogado Jorge “Pirincho” Navarrete: como no pudo pedir una piscola -ya que en el local no venden la gaseosa-, optó por un gin.
Cada cual con la receta que sugirió. El ingeniero y consultor Carlos Correa toma un chilcano cubano, que incluye mango o guayaba y unas gotas de amargo. El analista político Camilo Feres va por un tricahue, con araucano, jugo de limón y jengibre. El abogado y académico Gonzalo Müller prueba lo que bautizó como monkey mule, con hierbabuena y lima. La única excepción es el abogado Jorge “Pirincho” Navarrete: como no pudo pedir una piscola -ya que en el local no venden la gaseosa-, optó por un gin.
Que todos estén tan interesados en el pisco no es casualidad. Así como el 2022 lanzaron el gin Comando Jungle -fabricado por Destilería Quintal, de Teresa Undurraga, quien fue su socia en este emprendimiento-, en septiembre pasado fue el debut de su pisco Mono Rockero. Con la misma destilería, sacaron una edición de mil botellas. Lo importante, comentan entre risas, es que este pisco -de 40 grados, más aromático que uno tradicional- es un homenaje a Pirincho, piscolero por excelencia.
“Lo que hicimos fue destilar y embotellar a Pirincho. Por eso el mono tiene un pucho, usa casco, tiene lentes de aviador. Es un homenaje a la barra brava del programa, que se llama el Frente Patriótico Pirincho Navarrete”, precisa Feres. El aludido sonríe.
“Lo que hicimos fue destilar y embotellar a Pirincho. Por eso el mono tiene un pucho, usa casco, tiene lentes de aviador. Es un homenaje a la barra brava del programa, que se llama el Frente Patriótico Pirincho Navarrete”, precisa Feres. El aludido sonríe.
Pero en este almuerzo, el pisco no es el único tema que los convoca. También está el plebiscito constitucional del 17 de diciembre. Y no sólo porque es parte de la contingencia que el programa aborda -desde las distintas sensibilidades políticas de sus integrantes-, sino también porque Correa y Müller participan en la campaña: el primero coordina las comunicaciones del En Contra; el segundo es del equipo creativo de la franja del A Favor.
De la franja a la Jungle
“Nosotros no somos rostros de las campañas. Con Gonzalo somos más bien asesores”, parte diciendo Correa. Navarrete lo interrumpe: “Ya, pero no sean tan modestos. No se tiren al suelo. Ustedes están pensando las campañas, de lado y lado”.
Entonces, una pregunta queda planteada en esta mesa: ¿asumir responsabilidades en las campañas no quita libertad para disparar y ser incorrectos, que es el sello de este programa? “Partamos con los dos que están en eso”, propone Navarrete.
Müller recoge el guante: “‘Comando Jungle’ te permite hablar con mucha libertad. La gente que sigue el programa quiere entender qué hay detrás de un eslogan, de una imagen, de una propuesta. Cuando uno asume otras responsabilidades piensa que hay cosas que voy a decir, cosas que no, pero aquí eso no ocurre. Este espacio de libertad es valioso e implica cuidarlo en términos de la calidad de la información que se entrega. Es lo opuesto a lo que podría ser un espacio de bandereo político”.
- ¿Pero te resulta ese traspaso de un rol a otro, de la franja del A Favor a “Comando Jungle”?
- Creo que es al revés. Si te invitan a participar de una campaña, saben con quién se meten. Yo hablo todas las semanas en “Comando Jungle”, y lo saben. No está la lógica antigua donde en las campañas todo era secreto. Hoy manda la información, la transparencia.
Carlos Correa escucha, bebe su chilcano cubano. Sabe que debe responder también. “Yo escribía en un medio y estaba en una radio; pero por razones obvias voy a dejarlos. Pero lo que para mí no es negociable es ‘Comando Jungle’. Porque no es como los medios tradicionales, que tienen una pauta. O sea, haciendo o no la campaña, yo igual me juntaría con Gonzalo a tomarnos un copete. Y eso genuino es lo que tiene este programa. Yo digo aquí lo que pienso, que es distinto del ejercicio profesional que uno ejerce en una campaña. Aunque en esta en particular, sí voy a votar En Contra”.
“Igual hubieras sido buen asesor nuestro”, dispara Müller, desafiándolo con cortesía. Correa no se inmuta. Sobre la mesa hay chipirones, un crudo de salmón y varias tartaletas. Todos picotean.
Habla Navarrete: “Mentiría si dijera que he notado algún cambio fundamental en el programa después de que ellos asumieron estas funciones. Evidentemente, yo tenía cierto temor cuando asumió Gonzalo y después asumió Carlos de que esto se transformara en un nuevo espacio para reproducir la minuta, pero no ha sido así. No ha cambiado nada, no me cuentan más ni menos de lo que me contaban antes”.
“Ahora, digamos la verdad y después nos mentimos, como dice el lema del programa. Esta campaña no calienta a nadie y agarrarse por eso es perder plata”, dice Feres. Nadie sale a contradecirlo.
Clave ciudadana
Ambas campañas y sus franjas televisivas tienen puesto el foco en el ciudadano. Lo cual parece ser una manera de enfrentar la alta desafección que existe respecto del tema. “Las campañas están en clave ciudadana porque si hay una constante -y es la tragedia de este plebiscito- es que la clase política está muy desprestigiada. Y al final ésta es una decisión que tienen que tomar las personas. Normalmente las campañas no tratan sobre racionalidad. Necesitas que los ciudadanos se emocionen, y aquí eso está bien difícil”, dice Correa.
Agrega un dato: “La encuesta Criteria muestra que la Constitución está en lugar 12 en las preocupaciones de las personas. Hay una distancia cognitiva-emotiva respecto de la elección, y ése es un problema para mi amigo acá (indica a Müller), que tiene que convencer a la gente de que apruebe”, dice Correa. “Pero es también un problema para el comando nuestro, porque con esa distancia el voto de la gente se vuelve errático”.
“Y hay que decir que las franjas son tan fomes como la elección”, dispara Feres, otra vez provocador. Müller y Correa hacen gestos como si los estuvieran golpeando.
“Carlos lo describe correctamente. Hay un ciudadano bastante indiferente al proceso y ya no cree a la Constitución capaz de solucionarle nada -toma la palabra Müller-. Igual ahora está buscando que esto se termine. Creo que la gran disputa aquí va a ser quién ofrece la mejor alternativa para que esto se acabe, que no haya más debate constitucional. Aquella opción que tenga mayor credibilidad de que esto se termina aquí, creo que es la que tiene mejor posición. Y esa pelota está dando vuelta. Es obvio que el A Favor va a presentar todos sus argumentos de cómo logra cerrar el tema constitucional y me imagino que el En Contra va a hacer algo parecido”. Correa no se pronuncia.
“Las campañas están en clave ciudadana, porque si hay una constante -y es la tragedia de este plebiscito- es que la clase política está muy desprestigiada”, dice Carlos correa.
Sí lo hace Navarrete. “Creo que será una elección profundamente emocional y muy subjetiva, pero vamos a discutir muy poco sobre en qué estamos de acuerdo y en qué no. Además creo que, una vez más, el miedo va a ser un movilizador político muy relevante. El miedo que instala la derecha de que o cerramos aquí o va a venir una nueva alternativa para un experimento constituyente. Y el miedo que instala la izquierda de que aprobar este texto nos pone en el peor de los escenarios; es decir, una Constitución igual o más conservadora que la que tenemos, legitimada democráticamente por los votos y firmada por el Presidente más de izquierda de los últimos 50 años. No estoy muy auspicioso”.
“Yo voy a decir algo políticamente súper incorrecto -interviene Feres-. y es algo que vengo descubriendo desde hace poco: tenemos que elegir entre dos constituciones que son bien parecidas y que lamentablemente ninguna resuelve el problema político de la Constitución, esto es un cierto nivel de encuentro y de reconocimiento dentro de ella. A ninguna de las dos la considero que sea muy mala. El papel que queda en cualquiera de los dos casos no desestabiliza nada, no genera grandes cagadas. Sí a la propuesta actual la encuentro incluso más conservadora que la que tenemos. Y yo no soy conservador”.
Navarrete lo interroga: “¿Revisaste tu decisión de qué vas votar?”. Feres le dice que no. Que votará En Contra.
De los cuatro integrantes de “Comando Jungle”, hay entonces tres votos ya claros. Falta Pirincho. “No lo he decidido”, dice. Es la gran incógnita de este país, bromean sus compañeros. Pero Navarrete habla en serio: “Voté Apruebo la vez pasada teniendo mucho reparo respecto del texto y del procedimiento, porque me dolería mucho votar en contra de una propuesta constitucional. Sin embargo, por razones obvias, y menos vinculado a la discusión más valórica conservadora, sino a la provisión de bienes y servicios públicos y la definición de un Estado social y democrático de derecho, me resulta difícil concurrir con mi voto A Favor. Pero ninguna de las dos cosas todavía ha pesado aún lo suficiente”.
Consejos cruzados
Hace una semana, la plataforma Decide Chile publicó un resumen de las encuestas sobre la intención de voto para el plebiscito, medido hasta octubre. El A Favor se ubica en un 22%; el En Contra, en 46%. Los indecisos y otras opciones son el 32%.
Según los datos que manejan en esta mesa, esa diferencia entre las dos opciones se mantendría en diciembre y debería ir entre los 10 y 15 puntos, con el En Contra arriba. Lo que podría provocar sorpresas, dicen, es la alta volatilidad del voto. “Hay confusión en la ciudadanía -dice Muller-; y el desinterés es el gran adversario de despejar esa confusión”. “Además, eso hace que las posiciones de las personas no sean muy firmes”, complementa Correa.
A tono con el espíritu de “Comando Jungle”, se les propone a Correa y a Müller que se den consejos cruzados para sus respectivas campañas.
Parte Müller: “Creo que están haciendo el giro correcto. No digo que vaya a resultar necesariamente, pero es correcto en términos de haber extirpado el octubrismo y volver a lo que eran las campañas de segunda vuelta de la centroizquierda. Una lectura correcta de lo que ya no va más y de lo que de alguna manera tiene mayor posibilidad de conectar con la ciudadanía”.
Correa toma su turno: “Tienen un equipo probado. Además, hicieron la de ‘equipo que gana, repite’, cosa que no es tan fácil en política. El único consejo que les podría dar, y que me imagino que Gonzalo ya lo sabe, es esconder a Luis Silva”.
El nono constitucional
En cada capítulo de “Comando Jungle”, sus integrantes elijen al nono o nona de la semana: la persona anacrónica, fuera de tiempo, que la embarra. Si piensan en el actual proceso constitucional, cada uno de los panelistas del programa eligió al suyo.
Camilo Feres: “El gran nono es José Antonio Kast, quien ha entendido que este proceso se trata de su carrera presidencial y ha hecho todo lo posible porque nosotros entendamos que el A Favor es un voto para él. Convirtió una Constitución en un asunto absolutamente no constitucional”.
Pirincho Navarrete: “Mi nono es Luis Silva, porque representa tres cosas. Primero, la confusión de que tus profundas convicciones personales, políticas y morales pueden imponerse al resto, especialmente en un texto constitucional. Segundo, porque probablemente en un mejor tono, con corbata y de corrido, hizo lo mismo que hizo la Convención: imponer una legítima mayoría contra una minoría. Y tercero, porque no se ha movido un ápice de su posición. Confunde persistencia con porfía, voluntad con voluntarismo”.
Carlos Correa: “Sé que no fue un personaje trascendente durante el Consejo, pero la forma como Beatriz Hevia cerró ese discurso es de desprecio por quienes no creemos que es un texto que debe ser aprobado. En presencia del Presidente del país, habló de los verdaderos chilenos”.
Gonzalo Müller: “Me cuesta entender que hay una centroizquierda que negoció, acordó, puso el Estado social y democrático de derecho, la igualdad salarial y un montón de cosas; y que hoy no quiere reconocer a la guagua. Esa no es una manera de construir confianza. Por eso le daría mi nono, a pesar de que me cae muy bien, a la senadora Paulina Vodanovic. Desconocer ahora la guagua la deja en una posición de poca construcción hacia el futuro”.
En cada capítulo de “Comando Jungle”, sus integrantes elijen al nono o nona de la semana: la persona anacrónica, fuera de tiempo, que la embarra. Si piensan en el actual proceso constitucional, cada uno de los panelistas del programa eligió al suyo.
Camilo Feres: “El gran nono es José Antonio Kast, quien ha entendido que este proceso se trata de su carrera presidencial y ha hecho todo lo posible porque nosotros entendamos que el A Favor es un voto para él. Convirtió una Constitución en un asunto absolutamente no constitucional”.
Pirincho Navarrete: “Mi nono es Luis Silva, porque representa tres cosas. Primero, la confusión de que tus profundas convicciones personales, políticas y morales pueden imponerse al resto, especialmente en un texto constitucional. Segundo, porque probablemente en un mejor tono, con corbata y de corrido, hizo lo mismo que hizo la Convención: imponer una legítima mayoría contra una minoría. Y tercero, porque no se ha movido un ápice de su posición. Confunde persistencia con porfía, voluntad con voluntarismo”.
Carlos Correa: “Sé que no fue un personaje trascendente durante el Consejo, pero la forma como Beatriz Hevia cerró ese discurso es de desprecio por quienes no creemos que es un texto que debe ser aprobado. En presencia del Presidente del país, habló de los verdaderos chilenos”.
Gonzalo Müller: “Me cuesta entender que hay una centroizquierda que negoció, acordó, puso el Estado social y democrático de derecho, la igualdad salarial y un montón de cosas; y que hoy no quiere reconocer a la guagua. Esa no es una manera de construir confianza. Por eso le daría mi nono, a pesar de que me cae muy bien, a la senadora Paulina Vodanovic. Desconocer ahora la guagua la deja en una posición de poca construcción hacia el futuro”.