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Salvador Millaleo, el asesor de Siches que no estuvo de acuerdo con viaje a Temucuicui
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Era un gesto simbólico. Una señal de que el conflicto mapuche sería una de las prioridades del nuevo gobierno. Por eso, la ministra del Interior, Izkia Siches, junto a los ministros de Educación, Desarrollo Social, Defensa, Obras Públicas y Salud, partieron la noche del lunes 14 a la región de la Araucanía.
Acompañaba también a Siches el nuevo encargado nacional de Asuntos Indígenas, Salvador Millaleo (48), uno de los artífices de los primeros encuentros que se sostendrían en la región.
Pero Millaleo, según fuentes del gobierno, no estaba de acuerdo con visitar Temucuicui. De hecho, era un destino que no aparecía en el itinerario oficial y el académico nunca había estado en esa zona. Tampoco participó del equipo de avanzada, que fue a chequear más temprano la idoneidad de la visita, sin las consecuencias que se vivieron horas más tarde.
Todo salió mal.
Eran las 10:13 de la mañana del martes cuando la comitiva en la que viajaba la ministra escuchó los disparos. Iban en varios autos, ninguno blindado, en el camino por el paso Quechereguas, camino a Temucuicui, cuando se toparon de frente con un auto incendiado que les impedía el paso.
De inmediato, dieron vuelta atrás. Así, la reunión que se realizaría en la casa de Manuel Catrillanca, padre del comunero asesinado en 2018, finalmente se realizó en la Municipalidad de Ercilla.
Nadie resultó herido, pero el bautizo de fuego, como algunos catalogaron el incidente, fue un paso en falso que alertó sobre la falta de planificación y la poca comprensión desde el nuevo gobierno de la realidad que se vive al interior de las comunidades de la zona mapuche, principalmente en Temucuicui.
La reflexión interna, entre Millaleo y su equipo a cargo de los temas indígenas, posterior a este hecho es que apresurarse había sido un error. “Los acuerdos requieren tiempo, sobre todo en la zonas conflictivas no se puede llegar de un día para otro”, dicen en la interna.
Y aunque nadie reconoce quiénes fueron los responsables de la temeraria visita, se reconoce que hubo exceso de confianza de parte de la ministra Siches.
“Se expuso a la ministra Siches a un bochorno político y además a una brecha de seguridad inexcusable. Quienes conocemos la zona y hemos reporteado el conflicto en Wallmapu por más de dos décadas sabemos que su visita fue inoportuna y que pudo terminar mucho peor”, dice el escritor mapuche Pedro Cayuqueo.
El episodio ensució de alguna forma el proceso de diálogo que está iniciando el nuevo gobierno en la Araucanía, pero en La Moneda le restan dramatismo. “Aquí nadie murió y no ocurrió algún incidente grave, cómo sí pasó en otros gobiernos. Esto fue una tontera. La agenda sigue”, comenta una fuente.
Asuntos indígenas
Fue al inicio de la campaña presidencial de Gabriel Boric. El abogado de la Universidad de Chile y doctor en Sociología de la Universidad de Bielefeld, Alemania, se acercó al senador Juan Ignacio Latorre para decirle que quería participar de alguna manera en el programa.
Así entonces Salvador Millaleo terminó trabajando con Matías Meza-Lopehandía, actual jefe de gabinete del Presidente a quien conocía en la propuesta programática de pueblos originarios, que entre otras cosas, propone generar un diálogo plurinacional para la restitución territorial, crear una nueva institucionalidad de participación y consulta indígena, una Comisión de Verdad y Esclarecimiento Histórico.
Por lo mismo, dicen quienes lo conocen, Millaleo no se sorprendió cuando recibió el llamado de Roberto Estay, jefe de gabinete de la ministra Izkia Siches, para invitarlo a participar del gobierno.
La cita fue en La Moneda chica y ahí se delineó el plan: Asuntos Indígenas ya no dependería del ministerio de Desarrollo Social, sino que estaría radicado en Interior, como una manera de enfrentar el problema mapuche, e indígena en general, no desde la mirada de la seguridad o desde lo social, sino con una visión política.
Un diseño que han criticado quienes consideran que será complejo hacer convivir las “dos almas” para enfrentar el conflicto: “Traspasar al ministerio del Interior la responsabilidad del diálogo político es una evidente falla de diseño: no puede ser responsable del diálogo la misma cartera responsable de la represión y las querellas”, opina Cayuqueo.
Salvador Millaleo solo conoció a Boric cuando entró en su campaña y a Izkia Siches en diciembre pasado. Dicen miembros de su equipo, que aunque su relación es seria y profesional, ella lo escucha mucho y confía en su criterio.
Pero lo cierto es que Millaleo tiene un perfil académico y es experto en materia constitucional, pero no tiene vínculos territoriales ni conoce cómo operan las comunidades en el sur del país. Una falencia que se está tratando de corregir a través de la incorporación de nuevos miembros en el equipo.
Por lo pronto, esta semana debutó en el viaje de la ministra Izkia Siches, Rubén Sánchez, quien hasta antes de entrar al gobierno era director del Observatorio Ciudadano (ver recuadro). Aunque todavía no está claro qué cargo tendrá Sánchez, en las reuniones realizadas en Temuco se presentó como encargado regional de Asuntos Indígenas.
Diseño pendiente
Desde La Moneda se reconoce que aún falta por avanzar en el despliegue territorial de la estrategia de diálogo que liderará Salvador Millaleo y se espera que en las próximas semanas se entreguen más luces respecto de quiénes serán los actores clave.
El martes pasado a las 5 de la tarde, se realizó en el edificio de la Gobernación de La Araucanía una reunión en la que participó la comitiva de ministros, además del equipo del nuevo encargado nacional de Asuntos Indígenas.
Aunque la citación a los alcaldes decía que ese día darían a conocer a los Seremis de la región, no estaban todavía definidos los nombres, por lo que el encuentro se trató principalmente de la estrategia del gobierno para enfrentar la violencia y establecer procesos de paz.
Millaleo expuso ante los ediles presentes, pero según algunos de los que participaron, quedaron con la sensación de que se persiste en una “mirada santiagocéntrica” para enfrentar el problema y que en los lineamientos presentados no estaban incluidos los alcaldes como unidades territoriales para participar de los procesos de diálogo.
“Solo se nos informó que van a haber diálogos. Creo que dialogar es importantísimo, pero en la presentación que hizo Salvador Millaleo sentí que no hay un contenido de fondo, no hay una estrategia de cómo abordar las conversaciones, con quién se quiere dialogar y, lo que más nos sorprendió, es que los alcaldes no estamos involucrados en este proceso”, dice Javier Jaramillo, alcalde de Victoria.
“Recién estamos entrando al gobierno y esto es algo que tiene que ir definiéndose, los roles, las metodologías, y tienen razón los alcaldes, esto es algo que tenemos que definir en conjunto con los alcaldes”, dice una fuente del Ministerio de Interior.
Un mapuche urbano
Nació en Talca en octubre de 1973. Sus padres, simpatizantes de la Unidad Popular, lo bautizaron Salvador en honor al presidente recién caído. Su primer año de vida, lo pasó en la comunidad Juan Andrés Huenchuleo junto a su familia. Pero ya al año partió a Santiago y ahí se quedó.
Salvador Millaleo siempre ha sido un mapuche urbano. Se instaló con su familia en La Florida, comuna donde todavía vive, y entró a estudiar al Instituto Nacional.
Uno de sus amigos de época, Rodrigo Castillo, ex director ejecutivo de Empresas Eléctricas, recuerda que ambos eran muy cercanos a la política, en particular a las juventudes de la Democracia Cristiana. Convocados por Sergio Micco, actual director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, participaban en reuniones del partido. También por esa época Millaleo era un joven religioso, católico de misas dominicales, lo que abandonó años después.
El experto en temas mapuche fue puntaje nacional en la PAA de Historia y entró en el primer lugar a la carrera de Derecho en la Universidad de Chile. Detrás lo hicieron el ex fiscal Carlos Gajardo y la abogada Nicole Nehme.
“Es por lejos la persona más inteligente que he conocido en mi vida, evidentemente superdotado”, dice Castillo, quien también compartió con él en la escuela de Derecho de la U. de Chile.
Otro compañero de generación tiene una opinión similar: “Su amplitud de conocimientos y su profundidad era mucha, pero al mismo tiempo le costaba conectar humanamente por su timidez y porque su conversación era muy sofisticada y analítica”.
Su profesor de tesis fue el actual rector de la UDP, Carlos Peña, con quien luego trabajó como ayudante. Ambos mantienen una relación cercana, pese a sus diferencias de opinión en muchos temas. “Acompañé a Salvador en buena parte de su carrera académica, y conozco de cerca su trabajo. Puedo aseverar que se trata de uno de los ayudantes y académicos más brillantes que he conocido”, dice Peña.
El político
Descrito como un activista mapuche, su veta más política lo llevó a entrar al PS al salir de la universidad y tomar caminos diferentes a la academia en 1998. Fue asesor del ex diputado Juan Bustos y también de Carlos Montes, actual ministro de Vivienda, con quien tiene una relación muy cercana, y luego, en el gobierno de Ricardo Lagos, fue jefe de gabinete de la subsecretaría de Economía y de Mideplan.
Años después, Michelle Bachelet lo incluyó en el Consejo de Observadores de su proceso constituyente. Y en julio de 2019 se transformó en el primer consejero mapuche del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), cargo que debió dejar para unirse al gobierno de Boric.
Si bien siempre se mostró orgulloso de su origen mapuche, su identificación con la causa se fue desarrollando en el tiempo. Quienes lo conocen, dicen que tras su doctorado en Sociología en la Alemania llegó cambiado. Su renuncia al PS en enero de 2021, tuvo que ver en eso. El abogado se decepcionó de la mirada del partido sobre los temas indígenas y sus implicancias.
El año pasado fue reclutado por la ex presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncón, para integrar el Comité de Asignaciones de la Convención Constitucional. Su influencia entre los convencionales de escaños reservados, fue clave para delinear la norma de plurinacionalidad jurídica que se aprobó en el pleno el pasado 3 de marzo.
¿Quién es Rubén Sánchez Curihuentru?
En el estreno del gobierno en La Araucanía fue presentado como Encargado Regional de Asuntos Indígenas, pero en Interior dicen que aún no está definido su cargo.
Para integrarse al gobierno, en todo caso, Sánchez renunció a su puesto de director y coordinador del área de administración del Observatorio Ciudadano. Se trata de una ONG creada en 2004 en la ciudad de Temuco como Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas, que promueve temas vinculados a derechos humanos.
La cercanía del gobierno con el Observatorio es estrecha: el jefe de gabinete de Gabriel Boric, Matías Meza-Lopehandía, entró a trabajar en ese centro a sus 25 años, experiencia que marcó su impronta como especialista en temas indígenas. De hecho, hizo su tesis relacionada a la violencia institucional en niños en Temucuicui.
Por esos años, Meza-Lopehandía coincidió con Rubén Sánchez, con el cual escribieron varios documentos en conjunto. Habría sido él y José Aylwin, coordinador del Programa de Globalización del Observatorio Ciudadano y cercano a Millaleo, quienes lo recomendaron para el cargo.
Sánchez es originario de Huilio, comunidad mapuche de Freire, en la región de La Araucanía. Es hijo del lonco Rubén Sánchez y dirigente de la comunidad Carimán Sánchez en el sector de Llancalil.
Trabajó como investigador en el Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad de la Frontera, y desde 1997 a la fecha se ha dedicado a proyectos de investigación en el área sociodemográfica y territorial. Posee además estudios de informática y programación.