Fue en mayo cuando Merama, el unicornio con fundadores chilenos -Domingo Cruzat y Manuel José León-, ingresó una querella en contra de Víctor Vargas y Pablo Gutiérrez, socios de Urbano Design, la empresa a la que ingresaron como accionistas mayoritarios en junio de 2022. En dicha acción judicial los acusaron de estafa, falsificación de instrumento privado, entre otros delitos. Esto, por supuestamente incrementar “artificialmente” sus ventas para forzar un acuerdo de venta.

La contraparte, representados por Juan Pablo Hermosilla y Luis Carlos Valdés, se ha defendido: a finales de mayo sus abogados explicaron a DF MAS que Merama actuó de forma “estridente” y que llevaron a cabo “una serie de incumplimientos graves e intencionales”.

Desde ahí, han existido diversas acusaciones cruzadas, además del inicio de trámites legales ante la justicia de Estados Unidos y Hong Kong.

La semana pasada se sumó otro capítulo: Merama -por segunda vez- amplió la querella a personas presuntamente involucradas en el caso: Ignacio Jiménez, Ignacio Gutiérrez, Felipe Henríquez, Anja Meyer y Alfredo Ignacio Salvo. Además, aportaron nuevos antecedentes relativos a sus anteriores imputaciones.

Uno de los nuevos antecedentes son detalles de cómo Vargas y Gutiérrez habrían ocultado sus vínculos con Smart Trade, la entidad mediante la cual -según la startup- sus socios incrementaron “artificialmente” las ventas. La querella indica que lo hicieron a través de Ignacio Jiménez, quien "habría cumplido un rol crucial en el engaño contribuyendo a la ficción de que los querellados no mantenían el control de esas sociedades". 

Incluso comparten un correo electrónico que Pablo Gutiérrez le envió a Ignacio Jiménez el 22 de marzo de 2022, en medio del proceso de negociación con Merama. En él, relata la acción judicial, solicita el inicio de gestiones para la venta de sus acciones en Smart Trade SpA a la sociedad Montreal SpA.

“En esa comunicación, Pablo Gutiérrez le explicó a Jiménez que la modificación era instrumental y únicamente nominal: ‘La idea es que esto sea solo en el papel’, remarcando que la idea era que ‘la administración se mantenga igual como se hace hoy’”, se lee de la querella.

“Estos nuevos antecedentes corroboran que eran los querellados quienes actuaban en todo momento a través de Smart Trade, manteniendo el control de la compañía a espaldas de Merama y del propio directorio de Urbano”.

Otro de los puntos que toca la acción judicial tiene que ver con las supuestas modificaciones a las ventas realizadas a través de Falabella, uno de los principales clientes de Urbano. “3/4 de las ventas de 2021 se hicieron pasar por otros tipos de productos para aumentar un determinado porcentaje de ventas online y simular que tenían una empresa orientada al comercio en línea”, expresa la acción judicial, que detalla el caso de las ventas de Kindles por la firma de retail: “Se informaron a Merama que se vendieron 2.444 unidades por un valor total de $ 322.712.752, en circunstancias que la venta real había sido de 1.246 unidades y en un valor total de $ 163.496.701, es decir, aproximadamente la mitad de lo declarado”.

La acción judicial, redactada por los abogados Alejandro Awad y Miguel Schürmann, explica que la nueva evidencia “muestra cómo Vargas y Gutiérrez se empecinaban en falsificar y hacer calzar las matrices de ventas, por cuanto sabían que estaban prontos a que Merama decidiera si compraba o no Urbano (y a qué precio)”.

Justamente por esto, expone la querella, “resulta evidente que el engaño fraguado por Vargas y Gutiérrez rindió frutos y lograron ocultar a Merama la real situación comercial y financiera de Urbano; ya que, tal como el mismo Víctor Vargas reconociera con sadismo a través de WhatsApp de fecha 11 de octubre de 2022, ‘es un cadáver Urbano, bien maquillado eso sí, como funeraria pro, harto algodón en la boca’”.

Consultada la defensa de Urbano, explicaron a DF MAS que “estamos revisando la ampliación de la querella y tranquilos de que vamos a poder demostrar nuestra tesis de que este es un caso típico de abuso de un accionista mayoritario, como es Merama, respecto de uno minoritario”.