El viernes de la semana pasada, el economista de la FEN Oscar Landerretche, en entrevista en Radio Infinita, dijo: “Me gustaría que si hay un gobierno de derecha traten de no derribarlo, y convertir el país en un maldito infierno y quemar iglesias, quiero ver eso”.

Y ardió Troya. Le respondieron duramente desde el FA, Constanza Martínez, Gael Yeomans, y el propio candidato presidencial Gonzalo Winter. Le respondieron también desde el PC la candidata Jeannette Jara, Bárbara Figueroa y Lautaro Carmona.

La vocera (s) Aisén Etcheverry dijo que se trataba de una cuña desafortunada intentando bajarle el perfil a la polémica, mientras voces en el socialismo democrático apoyaban su derecho a manifestar su opinión, como lo hizo la exprecandidata PS Paulina Vodanovic.

Lo cierto es que las palabras de Landerretche calaron profundo en el oficialismo, ya que se hicieron cargo de una pregunta inevitable: cuánta afinidad real hay entre el socialismo democrático y el FA y el PC.

Lejos de apaciguar las aguas, Landerretche -quien siendo presidente de Codelco en 2017 recibió un paquete explosivo en su casa- publicó un hilo en X (exTwitter) donde señaló: “El juicio que tengo sobre el actuar irresponsable, la frivolidad, el infantilismo, la mitomanía crónica y, por sobre todo, la falta de integridad de muchos de los liderazgos que han capitaneado la implosión autodestructiva de la izquierda chilena durante los últimos años es, en realidad, mucho peor de lo que he expresado en público. Lo que ustedes escuchan en mis entrevistas soy yo intentando ser cauto y respetuoso”.

Quienes han estado esta semana con el economista -cuya chapa durante el exilio era “peque”, nombre por el que aún lo llaman algunos amigos de sus padres-, aseguran que está muy molesto por el volumen que adquirió la polémica.

Por dos razones: uno, porque sus opiniones contrarias al Frente Amplio y el Partido Comunista las viene diciendo desde hace años, y casi de forma textual. Y dos, porque sus dichos se vincularon al comando de Tohá, del cual él no es parte, aunque sí le ha dado su apoyo público. Por lo mismo, la misma candidata debió salir al paso y señaló sobre sus opiniones que “en muchos aspectos no las compartimos (…) Él mismo ha dicho de manera categórica que no tiene ningún puesto en nuestro comando ni es vocero oficial”.

Tohá es muy cercana a Landerretche. Lo son también los PPD Ricardo Lagos Weber y Felipe Harboe; los PS Paulina Vodanovic, Ana Lya Uriarte y Álvaro Elizalde, partido del cual es militante.

Un cercano al PhD en Economía del MIT cuenta que su WhatsApp colapsó de mensajes de apoyo, que hay gente que se le ha acercado esta semana en la calle para felicitarlo, y que lo mismo ha ocurrido en la facultad de Economía de la Universidad de Chile, donde es profesor titular.

En privado, ha comentado a su núcleo que eso no lo sorprende porque “el chileno es cobarde, el que está en tu contra jamás te lo dirá a la cara”. Cuentan también que le preguntaron si acaso no se ha replanteado la posibilidad de ser candidato presidencial, como ocurrió en 2019 cuando dijo “estar disponible”, y que la respuesta fue tajante: “Justamente me recordó por qué no debo hacer eso, porque vivimos en un ambiente público de estupidez”.

Esta semana, en medio de su enojo, Landerretche continuó con su agenda habitual de académico y escritor. A fines de año publicará el tercero de una serie de cuatro libros infantiles que escribió para cada uno de sus cuatro hijos, que tiene como eje narrativo a un león que vive en el zoológico y es visitado por un grupo de niños y que en cada tomo se encuentran con un problema político diferente.

El cuento es ilustrado, al igual que los dos anteriores, por Daniela Fernández, quien llegó al economista a través de un concurso en Facebook. Y tras sus dos últimos libros de actualidad (Hacia un nuevo pacto y Siete nudos), que escribió en 2021 y una pausa de cuatro años, está a medio camino de un ensayo que publicará a fines de año.