Matías Domeyko Cassel (62) se hizo cargo de la gerencia general de Arauco en uno de sus peores momentos: la crisis ambiental por contaminar el río Cruces en Valdivia dejando patente la imagen de los cisnes muertos. Reemplazó al que era mano derecha de Anacleto Angelini, Alejandro Pérez.

Y esta semana, Domeyko subió al máximo peldaño de la estructura de la compañía: tomó la presidencia del directorio, mientras que Roberto Angelini quedó como primer vicepresidente.

Domeyko es mateo, reservado y simpático en privado, dicen quienes conocen al ingeniero comercial de la Universidad de Chile; ex alumno de la Alianza Francesa, gran lector, que le ha gustado siempre el tenis y en los últimos años practica el golf, fue formado por Anacleto Angelini como uno de los ejecutivos de máxima confianza para acompañar a su sobrino, Roberto, en la gestión de la compañía tras su muerte en 2007.

Cuando Domeyko llegó a la gerencia general tenía una sola misión: multiplicar el tamaño de la empresa, no dejarle espacio a su competidor CMPC e internacionalizar la compañía. Luego de que CMPC comprara en 2009 activos en Brasil, Arauco tenía que mostrar las garras. Y Domeyko fue el encargado de hacerlo.

Desde que asumió la gerencia general en 2005 y luego la Vicepresidencia Ejecutiva en 2011, los activos de la compañía crecieron desde US$ 6.114 millones en 2005 a US$ 17.910 millones en 2023 y crecieron en mercados como Brasil, Uruguay, México, Canadá, Estados Unidos, España, Portugal, Alemania y Sudáfrica. Bajo su mandato, la empresa pasó de estar en tres países, a 11.

Ha estado desde siempre en torno a los Angelini. Trabajó en Arauco desde 1987 al salir de la universidad -donde fue parte del Centro de Alumnos- hasta 1994. Luego fue gerente de desarrollo de Copec y se reincorporó a Arauco en 1997 como gerente de finanzas.