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Contratos futuros de agua: ¿qué son, para qué y cómo invertir en ellos?
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La escasez de agua ya es un problema para 2.000 millones de personas en el mundo y lo será para dos tercios de la población mundial en 2050, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Ante este panorama, grandes inversionistas como Michael Burry, el gestor de fondos que logró retornos de 489% al predecir la crisis de 2008, retratado en la película "La Gran Apuesta" han puesto sus ojos en el vital elemento.
La última novedad en el mercado de este commodity son los contratos futuros del agua que comenzaron a transarse en diciembre en Wall Street y que permiten hacer una especie de apuesta al precio de este bien en el futuro.
Pero este nuevo instrumento financiero generó polémica. "La noticia de que el agua se comercializará en el mercado de futuros de Wall Street muestra que el valor del agua, como derecho humano básico, ahora está amenazado", dijo en diciembre el relator especial de la ONU sobre derechos humanos, agua potable y saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo.
No obstante, desde el mercado aseguran que este producto es un aporte que permitiría a la agricultura y otros sectores, intensivos en uso de agua, protegerse de las variaciones en su precio.
¿Qué son los contratos futuros de agua?
"Un futuro es un instrumento financiero cuyo valor se deriva de cambios en el llamado 'activo subyacente', en nuestro ejemplo, el derecho sobre explotación de agua", explica el investigador y coordinador económico de Cambio Climático, Energía y Medio Ambiente de Clapes UC, Luis Gonzáles.
Así, al suscribir un contrato futuro de agua, dos inversionistas sellan un acuerdo en el que se comprometen a comprar o vender en el futuro ese derecho, fijando las condiciones básicas de precio y plazo.
En particular, este acuerdo es sobre los derechos de explotación de agua en California, Estados Unidos. "Estos futuros establecen precios fijos de esos derechos ante la mayor probabilidad de escasez de agua. Por lo tanto, están basados en que dicho escenario, represente mayor demanda por esos derechos y que los precios aumenten", dice el académico.
¿Para qué invertir en ellos?
Un comprador de futuros, tendrá un beneficio si el precio de los derechos que se transen resulta superior al precio pactado. De igual forma, un vendedor de futuros, observará ganancias si el precio en el mercado está por debajo del acordado. "En otras palabras, los agricultores, los fondos de cobertura de riesgos (hedge funds) y los municipios ahora pueden protegerse o apostar por la futura disponibilidad de agua en California, el mercado agrícola más grande de EE.UU. y la quinta economía más grande del mundo", señala Gonzáles. Añade que "la ventaja de estos futuros es que otorgan transparencia de los precios en un mercado que ya contaba con mucha especulación".
Por ejemplo, los que necesitan agua adicional en un año de sequía, pueden apostar por estos futuros esperando que el precio futuro sea mayor al acordado. Todo lo que suba por sobre lo que comprometido es ganancia que sirve para financiar un líquido más caro.
¿Cómo puede un aportante chileno invertir en futuros de agua?
Un inversionista chileno que quiera exponerse a estos contratos "puede realizar esta inversión a través de bancos, corredores de bolsa y agentes de valores inscritos en dicho mercado. Si contrata a través de corredores de bolsa o agentes de valores, se debe constatar que éstos se encuentren inscritos y vigentes en el Registro de Corredores de Bolsa y el de Agentes de Valores, que mantiene esta el ente regulador, en el caso de Chile la CMF", advierte Gonzáles.
El primero en anunciar en Chile que buscaría dar acceso a sus clientes a estos instrumentos financieros fue el broker Capitaria. El último precio registrado el 27 de enero por el índice Nasdaq Veles California Water, en el que se basan los contratos, fue de US$ 507,78 por acre-pie de agua (equivalente a 1.233 m3). Cada contrato tiene el tamaño de 10 acre-pies de agua, por lo tanto, el valor al que se liquidaría un futuro de agua adquirido ese día es de US$ 5.077. Sin embargo, el inversionista no necesita pagar ese monto completo, sino un margen del 10% para asegurar la posesión del contrato. Finalmente, todo lo que suba el precio del contrato hasta la fecha de liquidación será ganancia para el inversionista. Eso, sin considerar las comisiones que podrían cobrar las intermediarias.
Cabe mencionar que esta clase de inversiones es de alta complejidad y que es fundamental que un inversionista, que se interese en ella, se asesore bien y tenga una adecuada tolerancia al riesgo.