Cómo cuido mis lucas
Cuatro ideas que te ayudarán a ahorrar fácilmente
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Enero no solo trae un nuevo año, sino que varias promesas u objetivos a doce meses, como por ejemplo, ahorrar. Pero, ¿cómo empezar? Lo primero: crear un hábito que te permita disponer de algunos recursos para una inversión mayor, financiar un capricho o un sueño. De poco sirve apretarse y gastar menos sin un plan claro.
El profesor de UEjecutivos de la Universidad de Chile, Guillermo Rebolledo aconseja un poco de fuerza de voluntad y partir por mirar cómo se gastan los ingresos periódicos o mensuales, es decir tu sueldo y demás entradas, si las tienes.
Ahí está el punto de partida de los ahorros. En ese monto de dinero que cada mes ves esfumarse en pagos de cuentas y gastos. Entonces lo primero que hay que hacer es dividir ese ingreso entre gastos y lo que se quiere o puede ahorrar. Y hay que ser realista.
En los gastos tienes que considerar todo lo que destinas habitualmente; como el pago de la vivienda, las cuentas de servicios, alimentación, salud, transporte y diversión (aun en estos tiempos de pandemia).
"Mi sugerencia es que la destinación al ahorro sea un porcentaje fijo en el tiempo o un monto fijo (piso), de forma tal que las personas se acostumbren o se ajusten, para que puedan gastar menos del 100% de lo que tienen como ingreso mensual. Por ejemplo, un buen inicio es moverse en un rango de entre un 5% a un 15% del ingreso mensual destinado al ahorro", señala Rebolledo.
Eso implica que en el peor de los casos en un año tendrás ahorrado el 60% de tu ingreso mensual o en el mejor de los casos 1,8 veces tu ingreso mensual. Es decir, casi un sueldo adicional para destinar en un instrumento de ahorro o inversión y seguir aumentando tus recursos.
No hay nada más claro para ahorrar que saber cuánto y cómo gastas tu dinero. Revisa la cuenta bancaria, tus egresos diarios, los pagos que realizas y cuánto te queda por pagar de alguna deuda o compra en cuotas. Crea una planilla Excel, copia y pega la información del banco sobre tu plata.
Cuando termines, revisa cada egreso. ¿Tres cafés en un día? Ahí veras dónde recortar, qué es posible y qué no. Aprovecha el ejercicio para ver si te puedes cambiar de banco. La mayoría de las entidades te cobran cada mes por mantención y uso de las tarjetas. Tal vez estés pagando más de lo necesario.
¿En serio necesitas un pantalón amarillo?
Lo primero que tienes que hacer es analizar bien qué quieres comprar antes de llenarte de cosas que solo podrás usar un par de veces o que verdaderamente no se justifican. Piensa que es probable que este año sigamos encerrados. Entonces, deja esa compra para después.
Revisa bien los gastos de envío. En Apps de compras en el extranjero el flete puede salir más caro que el propio producto que te interesa y en las locales el desorden de los despachos se puede comer el ahorro, porque terminas pagando por cada paquete que recibes.
Para ayudarte, borra la tarjeta de crédito de las tiendas online para conjurar tentaciones ya que tener los datos guardados facilita el gasto y las compras compulsivas con un solo click. Busca las liquidaciones. Aprovecha que todos los fines de mes hay rebajas en el gran retail y existen varias páginas como Knasta, Descuento Rata o Turismo City, que te ayudan a buscar el lugar más barato para adquirir un producto, o te avisan cuando alcanza su menor precio.
Si vas a pagar en crédito a cuotas, que sean 3 ó 6, sin interés.
Un punto clave es que el ahorro sea continuo, disciplinado y sistemático, en función de tus ingresos. Otro factor relevante es que esa plata esté separada de la que debes gastar. Por ningún motivo la dejes en la cuenta.
Rebolledo aconseja que el dinero del ahorro esté lejos de los ingresos, de forma que no entre al fondo de gestión de gastos mensuales. Para eso ayúdate con la tecnología y programa la transferencia del monto del ahorro el mismo día o al día siguiente de que recibas tu remuneración o salario.
Aunque en las cuentas básicas muchos dicen que no se puede ahorrar un porcentaje importante, porque precisamente son bien vitales (agua, luz, vivienda, comida), lo cierto es que siempre queda un pequeño margen para bajar el gasto: apagar luces, desenchufar aparatos, regar menos, lavar de noche, poner el refrigerador en temperatura media, etc.
Es cierto que es súper cómodo que las cosas lleguen a la casa, pero hay productos que se pueden conseguir mucho más baratos en una feria o en el mercado que por App.