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Inflación subyacente: ¿qué es y por qué es importante?
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La inflación ha sido uno de los conceptos más repetidos en los últimos dos años: el aumento del consumo en la pandemia, además de la escasez de materias primas, generó un período inflacionario a nivel mundial. Esto produjo que los bancos centrales subieran las tasas para frenar la actividad y, así, disminuir el aumento del costo de la vida. Esa fórmula ha dado resultados: Chile, por ejemplo, anotó un incremento de 0,1% en su IPC de mayo, la misma cifra registrada por Estados Unidos en el mismo periodo.
A pesar de esta tendencia, existe un concepto que está vinculado a este proceso que no se repite en conversaciones cotidianas, pero que sí le interesa a muchos economistas: la inflación subyacente. Según expertos, se trata de un indicador que no mide el movimiento de precios de los productos energéticos ni los alimenticios sin elaborar. Esto, porque son componentes cuyos valores sufren grandes fluctuaciones debido a eventos transitorios, como contingencias internacionales o condiciones climáticas.
Además, el objetivo de la inflación subyacente es medir la inflación a medio plazo, ya que las perturbaciones transitorias son excluidas. En palabras simples, se trata de un cálculo que busca precisar el aumento del costo de la vida dejando fuera los elementos más volátiles.
Este concepto ha recobrado importancia porque si bien la inflación tradicional ha caído significativamente desde finales del año pasado, no ha ocurrido lo mismo con la subyacente. Muchos dicen que, producto de este fenómeno, el Consejo del Banco Central ha evitado la baja de tasas. Por ejemplo, con el IPC de mayo de EEUU, la inflación interanual quedó en 4%, pero la subyacente se instaló en el 5,3%.
En el caso chileno, según Informe de Política Monetaria (IPoM) de este martes, el Banco Central espera que la inflación subyacente anual se instale en los 6,5%, mientras que la medición tradicional llegaría a los 4,2%.
Antes de pasar a explicar la importancia y las proyecciones de esta medición, es clave preguntarle a los expertos las principales características de la inflación subyacente.
Por un lado, Rodrigo Palma, director ejecutivo de RPBM Consultores y economista de la Universidad de Barcelona, explica que se trata de un indicador “que muestra la variación de los precios de la canasta básica, pero excluyendo aquellos bienes más volátiles o que son normalmente más afectados por efectos cíclicos o coyunturales. Su objetivo principal es establecer tendencias más específicas y claras respecto de la inflación”.
Por su parte, Héctor Osorio, economista de PKF, indica: “La inflación subyacente corresponde a aquella medida de la trayectoria a nivel de precios que excluye algunas partidas que se consideran altamente volátiles por condiciones no controlables localmente”.
Y entrega un ejemplo: “Estos casos pueden ser el precio de los combustibles y algunos alimentos fuertemente estacionales en que el precio está determinado en el primer caso por condiciones externas y en el segundo caso, por condiciones de estacionalidad”.
La inflación subyacente es una medición importante porque, según Palma, “permite mejorar la toma de decisiones respecto de política económica”.
Algo similar explica Osorio: “Mide esa parte de la inflación en que la política monetaria tiene un efecto más estructural, permanente y directo. Con ella vemos cómo las políticas asociadas con la tasa de interés están afectando la inflación en el mediano plazo”.
“Hay ciertos precios que se mantienen estructuralmente altos”
¿En qué panorama estamos actualmente con la inflación subyacente? Palma explica que hasta ahora no se observa “un proceso deflacionario, sino más bien un menor crecimiento de la inflación. Sin embargo, esta disminución no ha sido tan profunda como se esperaba, lo que indica que aún existen presiones de mediano plazo que siguen tensionando a los bancos centrales a seguir subiendo o manteniendo las tasas”.
Osorio complementa: “Efectivamente estamos observando una disminución en el crecimiento de los precios. Esto es una disminución en la tasa de inflación, sin embargo, cuando ese indicador se desagrega, podemos observar que hay ciertos precios que se mantienen estructuralmente altos o creciendo a un ritmo constante. Estos elementos son los que llamamos componentes estructurales o subyacentes”.
Y agrega: “¿De qué nos dan cuenta? Básicamente de que la inflación, si bien está bajando, no lo está haciendo al ritmo que podríamos pensar si miramos simplemente el índice total, porque en ese índice de inflación hay ciertos factores que no son controlados localmente, y en segundo término, algunos precios de alimentos que están bajando por situación exógenas a la gestión monetaria”.
“Se proyecta que siga cayendo”
¿Qué dicen los economistas de la proyección de la inflación subyacente? Por ejemplo, Palma comenta que “se proyecta que siga cayendo debido a la disminución de los precios internacionales, pero a una velocidad menor de los que esperaríamos, lo que forzará a los bancos centrales a continuar o endurecer su política monetaria con el objeto de controlar la inflación”.
Osorio explica que “las expectativas en relación a la inflación subyacente dan cuenta de que esta no ha bajado al mismo ritmo que la inflación general, y con eso, da cuenta de que la batalla aún no está ganada y que el Banco Central debe persistir en su política monetaria”.