Cada año, 50 mil pacientes son diagnosticados con cáncer y cerca de 26 mil mueren por la enfermedad en Chile, según la Fundación Cáncer Vida. El temor al contagio en un centro médico, sumado a las cuarentenas y toques de queda, disminuyó en un 60%, la cantidad de gente diagnosticada en 2020. Y, peor aún, cerca de un tercio de los pacientes ha pausado su tratamiento.

En ambos casos, explica Francisco Vidangossy, director de CáncerVida, tanto la falta de un examen para confirmar el cáncer como las interrupciones y demoras en el tratamiento hicieron que cerca de 138 mil pacientes dejaran de lado algunos procedimientos médicos, lo que hizo a su enfermedad cambiar de estadio y seguir avanzando, poniendo en peligro la vida del paciente.

De acuerdo con un informe del Ministerio de Salud, a septiembre de 2020 había más de 4 mil garantías de oportunidad GES retrasadas acumuladas por distintos tipos de cáncer. Las variantes de la enfermedad con más casos son el cáncer colorrectal en mayores de 15 años (957 casos), el cáncer cervicouterino (883 casos) y el cáncer gástrico (629 casos).

Para el 80% de la población del país que se atiende en el sistema público -versus el 20% que utiliza el privado- se suma otro factor: el aumento de las listas de espera. Si antes de la pandemia había 1,7 millón de personas aguardando por una consulta de especialidad, con tiempos de espera de 379 días, actualmente la cifra aumentó a 501 días de espera, en promedio. En tanto, la lista de 260 mil pacientes que esperaban una intervención quirúrgica, tampoco se movió mucho y quedó en cerca de 254 mil personas. En este caso la espera de 348 días, subió a 525.

"Desde marzo del año pasado a la fecha, el sistema público ha estado virtualmente cerrado para aquellas necesidades no urgentes. Se ha concentrado en el combate de la pandemia y urgencias, entonces llevamos casi todo 2020 con el nivel de APS (Atención Primaria de Salud) cerrado. No sabemos bien en qué situación están muchas personas", explica Cristóbal Tello, subdirector de proyectos del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica.

Para Paula Bedregal, académica e investigadora de la PUC, hay dos situaciones que se pueden identificar respecto de los pacientes oncológicos.

Primero, quienes ya han sido diagnosticados, que en su mayoría tienen Garantías Explícitas en Salud (GES), es decir, acceso a atención preferencial y cobertura dada por la ley. Este grupo se ha visto perjudicado por el retraso del cumplimiento de la garantía de oportunidad en la atención. "Además, muchos de los que tenían acceso, no asistieron porque la gente, obviamente, estaba asustada", comenta en conversación con DF MAS.

Otro caso distinto, aclaró la especialista, es el de quienes aún no han sido diagnosticados, pero tienen sospecha de cáncer. Muchos de ellos, que requerían ser evaluados en servicios de atención primaria para pedir exámenes confirmatorios, como biopsias o endoscopías, no asistieron por temor a contagios o porque los centros de salud estaban enfocados en el Covid-19. "Hubo una reducción importante de los ingresos nuevos a los diversos programas de atención de salud en atención primaria y una alteración en los controles", añade Bedregal.

Tanto autoridades como instituciones privadas, han hecho énfasis en la necesidad de retomar la atención a estos pacientes. La Clínica Las Condes realizó un llamado a los pacientes oncológicos para que retomen sus tratamientos. La campaña de AstraZeneca, "Una nueva normalidad, el mismo cáncer", sigue esta misma línea. Recomiendan no esperar y ponerse en contacto con el médico tratante.

Vidangossy añade que los pacientes con cáncer deben vacunarse en la medida que esté bien coordinado con su médico tratante. Además, sugiere que haya un seguimiento para saber cómo se comportan post vacuna. "Tenemos un registro de poco más de 300 personas que declararon haber sido vacunados en esta primera etapa", explicita.

En el caso de las listas de espera, desde el Centro de Políticas Públicas de la UC recomiendan una actualización del estado de salud y priorización de los pacientes, privilegiando el uso de la telemedicina.

"Nuestra recomendación es aprovechar todos los aprendizajes que ha tenido el sistema de salud para enfrentar la pandemia, en que se ha hecho un uso centralizado y coordinado de camas, de UCI y de equipos. Lo mismo debería seguir haciéndose para abordar las listas de espera, que van a ser una segunda pandemia en Chile. Se requiere un esfuerzo como país, tanto del sector público como privado, para enfrentarlo adecuadamente", concluye Tello.