Hablemos de
Latam: las historias de reinvención de sus ex trabajadores
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Trabajaron durante años en jornadas que empezaban o terminaban de madrugada, muchas veces lejos de casa. La pandemia cambió sus vidas de golpe. Los problemas financieros de Latam dejaron a más de 4.000 trabajadores de los 42.000 empleados fuera de la compañía, lo que los obligó a reinventarse.
Tuvieron que adaptar sus perfiles profesionales para dedicarse a lo que habían estudiado, al segundo oficio que venían desarrollando en sus tiempos libres o hacer el negocio con el que siempre pensaron. Otros se asociaron.
El cese de los vuelos dejó en tierra a tripulantes de cabina, pilotos, mecánicos y vendedores en diferentes países. Solo en Chile, 250 pilotos fueron despedidos de Latam Airlines Chile, cifra que representa un 30% del total de ese grupo y de los 592 que quedaron y aceptaron un nuevo reajuste salarial, que reducirá en US$25 millones anuales los costos de la aerolínea.
Te puede interesar: Latam toma vuelo: Juez de NY aprueba financiamiento por US$ 2.450 millones y garantiza liquidez durante reestructuración
Según el presidente de Sindicato de Tripulantes de Cabina Latam, Sebastián Brajovic, aunque la rotación de puestos siempre fue alta, “Si tomamos la nómina de negociación colectiva de 2018 en que teníamos 2.300 tripulantes en internacional y hoy tenemos 700 tripulantes, 500 en nuestro sindicato y 200 en Lanexpress, nos redujimos prácticamente a la mitad”, afirma.
Tener un Plan B
Nicolás Barrientos (31), trabajaba hace dos años en Latam Airlines como piloto regional, transportando pasajeros por Sudamérica. Lo desvincularon el 3 de julio de este año y como a sus otros 250 compañeros, su jefe lo llamó por la mañana de un viernes, día en que realizaban los despidos, para darle la noticia.
Estaba junto a su señora tomando desayuno cuando vio que la pantalla de su celular en silencio se encendía en señal de una nueva llamada. Ella lo miró fijo con expresión de empatía como si supiera lo que iba a pasar; Nicolás le dijo: “me está llamando mi jefe, ya sé para que es”. Su jefe le explicó que no se trataba de su desempeño ni de ningún problema con su trabajo, sino que debido al contexto de pandemia tenía que desvincularlo. “No estaba sorprendido, entendí la situación. Ese mismo día decidí dar vuelta la página y empecé a trabajar en mis proyectos, mi familia me apoyó”, expresa.
El expiloto cambió su vida. Al poco tiempo comenzó con nuevos proyectos y formó tres emprendimientos que hasta el momento le han permitido llevar el mismo estilo de vida que llevaba con el sueldo que recibía en la aerolínea. Hoy compra en Puerto Montt productos de mar y cárnicos, los que trae a Santiago para venderlos y para aprovechar el viaje, compra en Santiago vinos y los vende en Puerto Montt. “He estado vuelto loco con tantos pedidos y viajes. Igual no estoy a mi 100%, aún tengo energía para hacer más”, expresa Barrientos.
A pesar de que ser piloto siempre fue el trabajo de sus sueños, hace tiempo que pensaba en emprender, “te puedes enfermar, puedes cometer errores, somos personas. Al tener algo tuyo, propio, nadie te lo puede quitar”, precisa. El piloto afirma que si pudiera volver a trabajar en Latam lo haría de inmediato, sin embargo, no dejaría sus emprendimientos de lado, porque le han aportado ingresos cuando más los necesitó.
Un nuevo rumbo
Claudia Gómez (28) trabajó como tripulante de cabina por dos años en Lanexpress, atendiendo vuelos nacionales y sudamericanos. El viernes 5 de junio, también a través de una llamada telefónica, recibió la noticia de su desvinculación, la que le bajó el ánimo pero no la paralizó, “tengo que mantener a mi hija de 6 años. Lo vi como una oportunidad para hacer algo que me encante y que esté relacionado con el diseño. Quise empezar de nuevo y reinventarme”, expresa.
Te puede interesar: Las lecciones que está dejando la reestructuración de Latam en EEUU
La azafata creó una tienda de accesorios y zapatos de cuero por Instagram @koko.oficial_. Partir en un contexto de pandemia no fue fácil para ella porque algunos proveedores se atrasaban meses en entregar los productos; sin embargo, decidió continuar invirtiendo parte de su sueldo y del finiquito que recibió. “Yo no tenía conocimiento de marketing, antes había estudiado enfermería; nada que ver. Me puse a investigar por internet, aprendí de la gente que tenía alrededor y así fui construyendo mi página”, detalla.
De viernes negros a coloridos
Rodrigo Aguirre (54), piloto desvinculado de Latam Airlines Chile, casado hace 10 años y padre de tres hijos de 12, 13 y 8 años decidió junto a su señora Daniela Duk emprender en una tienda de ropa especializada en prendas para usar dentro de la casa. Al igual que la mayoría de los trabajadores de Latam fue despedido un viernes por la mañana, día que entre los trabajadores apodaron como “los viernes negros”.
La tienda por Instagram @mentayrosa, fue una idea de su señora quien vio una necesidad de vestirse con ropa cómoda y estética durante la pandemia en espacios cerrados y decidió invertir junto a su marido en buzos de llamativos colores para mujeres, niños y adolescentes, confeccionados en Chile. “Nuestra idea fue cambiar el pijama, una prenda más depresiva por buzos de colores alegres que te hagan sentir bien y lista para empezar tu día”, afirma Duk.
Única profesión
Aguirre llevaba 13 años trabajando en la aerolínea y era su única profesión, por eso emprender fue su alternativa más certera. “Ser piloto no es sólo un trabajo; es una pasión y una forma de vivir. No es tan fácil dejar de volar de un día para otro porque profesionalmente los pilotos no somos nada, no tenemos título universitario”, acota.
Juan Rendic (26), fue tripulante de cabina en Lan Express por un año y medio, hasta que lo desvincularon hace unos meses otra mañana de un viernes. Ser tripulante era su única profesión y su pasión, había decidido dedicarse a este oficio para poder viajar y conocer diferentes partes del país y del mundo.
Rendic tenía claro que su decisión de no estudiar y dedicarse a ser azafato suponía un riesgo. Es por esto que unos meses antes de su despido había decidido continuar y mejorar el negocio de manufactura de carpas que su abuelo había cerrado el 2018. Lo administró de una manera más novedosa y actual, con la página web www.carpassantaursula.cl actualizada y con fotografías mejoradas, “Hoy en día la gente está demasiado informada entonces la competencia es enorme, marcar la diferencia es dar mejor información”