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Volver al colegio, la prueba más difícil
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Lo que algunos apoderados estaban esperando y otros temían ya está en vías de concretarse: la vuelta a clases presenciales. El plan de retorno al colegio, presentado por el gobierno será la guía para que los establecimientos inicien su reapertura.
Según explicó el ministro de Educación, Raúl Figueroa el pasado lunes cuando presentó el plan, los pilares del regreso serán la seguridad, voluntariedad y gradualidad. Su principal razón para insistir con el retorno es “impedir la deserción escolar y dar cobertura a cientos de niños y niñas que en pandemia ven agudizada su vulnerabilidad social”, así lo sostuvo el secretario de Estado, frente a la críticas por el riesgo de contagios que podría implicar una vuelta a la normalidad escolar.
Según el Mineduc, 400 mil estudiantes que no cuentan con acceso a internet, lo que dificulta radicalmente su acceso a clases y se calcula que este año unos 81 mil estudiantes desertarán de la educación, una cifra dramática para el país y en la que también figuran los miles de niños cuyos padres no pudieron seguir pagando matrículas, debido a la ola de despidos que produjo la pandemia.
A la fecha, Educación ha aceptado el re-inicio de clases en Isla de Pascua, Juan Fernández, Isla Dawson, Río Ibáñez y Timaukel, todas zonas apartadas de las grandes ciudades.
En comunas como Antofagasta, Valparaíso y varias de la Región Metropolitana sus alcaldes descartaron la vuelta a clases para este año de los colegios que administran.
Sin embargo, los sostenedores privados y muchos padres en todo el país están insistiendo en la idea de retornar. Sobre todo, por los cuartos medios que este año deben rendir la Prueba de Transición (PDT) que se realizará en reemplazo a la Prueba de Selección Universitaria (PSU).
“Son los propios directivos de las escuelas los que de acuerdo con el análisis de su realidad y haciendo una cuidadosa ecuación entre términos antagónicos como la situación sanitaria y el valor de la clase presencial, deben optar por lo que consideren menos riesgoso”, dice Guido Crino, presidente de la Federación de Colegios y Jardines Infantiles (FIDE) que agrupa a 850 instituciones educativas ligadas a la iglesia católica. “No se puede hacer una definición radical como proponer una vuelta universal a clases presenciales o clausurar la posibilidad de retorno”, añade.
En Chile las clases presenciales han estado suspendidas desde el 16 de marzo, dejando a los más de tres millones y medio de estudiantes chilenos recibiendo contenidos de manera online a causa de la pandemia.
Los siete pasos
Las escuelas que quieran retomar las clases presenciales van a tener que solicitarlo al Ministerio de Educación a través del Seremi de Educación respectivo.
Los colegios van a tener que seguir siete pasos fundamentales: que el establecimiento esté en un territorio donde ya existan condiciones sanitarias aptas y se encuentre en fase cuatro, de apertura inicial. Se debe además cumplir con protocolos de limpieza y desinfección y disponer de un kit de cuidado sanitario, que se entregará sólo a los establecimientos subvencionados por el Estado. Este kit estará compuesto por mascarillas, escudos faciales, alcohol gel, jabón líquido, termómetros y un set de limpieza y desinfección. Los colegios también, tendrán que induccir a los docentes y asistentes de educación acerca de las medidas sanitarias.
“Se ha trabajado en el diseño de herramientas de fiscalización que permitan seguir contribuyendo al resguardo de los derechos y libertades fundamentales de los estudiantes, párvulos y funcionarios”, afirma Cristián O’Ryan, superintendente de Educación.
El plan pedagógico impulsado por el Ministerio parte con un diagnóstico integral que además de conocer qué nivel de contenidos manejan los estudiantes incluye saber como están social y emocionalmente los niños y niñas. La segunda etapa considera un plan de nivelación, por las horas de clases perdidas.
El objetivo, según explican desde el Mineduc, es contener emocionalmente a los estudiantes y disminuir las brechas de aprendizaje.
Urgencia en cuarto medio
Santiago Blanco, gerente general de la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP) alerta sobre la prioridad del regreso de los cuartos medios, que necesitan clases presenciales e información y apoyo para la rendición de la prueba de selección para la educación superior, que este año será un test transitorio.
A su juicio, otro grupo que debiese volver luego son los primeros y segundos básicos, para que puedan aprender a leer y escribir.
En la SIP, red que agrupa a 18 colegios en sectores vulnerables, constituyeron una comisión para una eventual vuelta a clases.
Pedro Larraín director ejecutivo de la fundación Belén Educa comparte la preocupación por priorizar los cuartos medios. “Tenemos colegios técnico-profesionales lo que implica tener equipos y herramientas para las especialidades. Éstas están en los colegios, por lo que los terceros medios también entrarían en la fase presencial”, afirma.
Para esto, ya se encuentran en proceso de preparación. La fundación acoge a 11 colegios en la región Metropolitana y uno de Los Ríos. “Lo que nos moviliza es que ningún estudiante se nos pierda, que ninguno quede rezagado”, sostiene Larraín, haciendo énfasis en que el proceso debe ser paulatino, con el acuerdo de apoderados y profesores. “Vemos que tenemos dos grandes amenazas, el aumento de la deserción escolar y las brechas educativas”, agrega.
El problema de internet
La Corporación Nacional de Colegios Particulares (CONACEP A.G) de Chile representa a más de 600 colegios y planean volver a clases, pero caso a caso hasta ir paulatinamente volviendo a la normalidad. “Nuestra posición es que las clases presenciales son irremplazables y hay que hacer un esfuerzo lo antes posible por retornar’’, afirma el presidente de la entidad, Hernán Herrera.
De acuerdo con una encuesta entregada por el Mineduc, sólo el 31% de los estudiantes tiene acceso a un dispositivo personal, 56% a uno compartido y 13% no cuenta con ninguno. Además, solamente un 30% tiene acceso a internet de buena calidad y el 9% no tiene.
Esto implica que muchos no han podido recibir la educación que corresponde tener como derecho esencial. “Es evidente que la posibilidad de prepararse sin la conectividad ni tecnología suficiente disminuye. Además, la prueba es en sí un enigma”, afirma Herrera.
En grupos y por jornadas
Los centros educacionales, según el plan del Gobierno, podrán elegir la asistencia de estudiantes por grupos, dividir jornadas, ajustar horarios, redistribuir clases y recreos e integrar el trabajo de asignaturas cuando lo estimen necesario y sea posible. Además, aquellos cuyas condiciones lo requieran, podrán implementar turnos de asistencia entre estudiantes de un mismo nivel e implementar modalidades mixtas, contemplando educación presencial y remota. Los trabajadores del establecimiento que se encuentren dentro de la población de riesgo van a poder continuar apoyando el proceso de manera remota.
La comunidad de colegios Regnum Christi que agrupa a 6 colegios privados y 4 subvencionados de Santiago, está preparando hace meses un posible retorno a clases presenciales. “Nuestro prevencionista ha estado en terreno evaluando los espacios, la capacidad de cada sala de clases, rutas y posibles flujos de alumnos para asegurar el cumplimiento de los protocolos que aseguren que el retorno sea seguro”, afirma la gerente de recursos humanos, Asunción González.
Algunas de las medidas tienen relación con acciones de protección personal, como el uso de mascarilla, alcohol gel, lavado de manos y distanciamiento. Otras son administrativas como desinfección de oficinas y salas, señalización, capacitación permanente. También, hay medidas organizativas como la redistribución de puestos de trabajo, definición de entradas y salidas diferidas, entre otras.
Tres planes para empezar ahora
“Hemos tomado como ejemplo los protocolos que han sido implementados en Francia y en liceos de la red AEFE (Agencia para la Educación Francesa en el Extranjero), como Dinamarca y Tokio, donde ya retomaron las clases con bastante éxito”, afirmó el rector de la Alianza Francesa, Eric Krop. Han estado trabajando desde hace un par de meses en el retorno para lo que conformaron una comisión compuesta por representantes de la comunidad escolar.
El colegio SSCC de Manquehue, está efectuando un “primer borrador de reencuentro” para la reactivación de las clases presenciales y prevención de contagios. Decidieron implementar protocolos ante la sospecha de alguien que esté con síntomas asociados al coronavirus y quieren reincorporar a los cuartos medios con un 100% de asistencia. Para los demás niveles definirán un reintegro gradual.
En el colegio Francisco Bilbao, están preparando un protocolo que contempla medidas pedagógicas, de salud emocional, comunicativas y de higiene para proveer un retorno seguro. “Nos preocupa la salud emocional de nuestros estudiantes y docentes que están golpeados por la pandemia, queremos ser un espacio de contención” afirmó la coordinadora académica, Lois Tapia Rivera.
Un caso de apertura
El colegio Patagonia, ubicado en Coyhaique, en la región de Aysén se encuentra en fase cuatro de apertura inicial. El establecimiento incluye a 80 niños en total y abrió sus puertas el pasado jueves 13 de agosto. Implementaron un protocolo de Autocuidado y Prevención actualizado con las indicaciones entregadas por el Mineduc y el Plan de Apoyo Pedagógico (PAP) que considera cursos con un máximo de 8 niños por sala y una división de la jornada escolar en dos bloques. “En nuestra ciudad la situación ha estado muy controlada y por lo mismo llevamos meses trabajando con los profesores y el Centro de Padres en un plan que nos permita retomar paulatinamente las clases presenciales”, afirmó Bernardita Crespo, directora del colegio.