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Por dentro

Las heridas del Instituto Nacional Barros Arana

Las heridas del Instituto Nacional Barros Arana

En la mañana del miércoles, un grupo de estudiantes del emblemático INBA se encerró en el baño a armar bombas molotov. Hubo una explosión. 31 alumnos y cuatro profesores resultaron heridos, con hasta el 65% de sus cuerpos quemados. Aquí una crónica sobre lo que vino tras el estallido.

Por: Catalina Vicuña | Publicado: Sábado 26 de octubre de 2024 a las 21:00
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Viernes 25 de octubre. En el Internado Nacional Barros Arana (INBA), ubicado en la calle Santo Domingo 3535, hay silencio. Las rejas están cerradas con candado, no hay apoderados en las afueras, ni carteles, ni pancartas con consignas.

Nada haría pensar en la tragedia que se vivió en su interior dos días antes, cuando se produjo una explosión mientras un grupo de estudiantes fabricaba artefactos incendiarios para utilizar luego en una protesta. El saldo fue de 31 alumnos y cuatro profesores heridos. Hasta el viernes en la tarde, según reporte del Ministerio de Salud, había 23 personas hospitalizadas, de ellas, dos en estado de extrema gravedad y ocho en estado crítico. 

El miércoles 23, pocos minutos después de las 11 de la mañana, los médicos del Hospital San Juan de Dios -ubicado a cinco minutos del INBA- fueron notificados de que el servicio de urgencia estaba en contingencia. Cuando sucede una emergencia de este tipo, una operadora activa las llamadas de los médicos de turno. En este caso, cuentan que prácticamente todo el equipo de doctores bajó a la Urgencia. Allí había 10 estudiantes de entre 15 y 18 años, además de algunos adultos, con partes de sus cuerpos quemadas. 

De inmediato, un grupo de unos 30 profesionales de la salud, entre médicos, kinesiólogos, enfermeras y técnicos, comenzaron a atender a los pacientes. Había siete en riesgo vital, con entre 25 y 65% de sus cuerpos quemados: se dedicaron a intubar, limpiar las heridas, aplicarles medidas de reanimación para luego trasladarlos a las unidades de pacientes críticos. 

De inmediato, un grupo de unos 30 profesionales de la salud, entre médicos, kinesiólogos, enfermeras y técnicos, comenzaron a atender a los pacientes. Había siete en riesgo vital, con entre 25 y 65% de sus cuerpos quemados

Los apoderados de los estudiantes quedaron afuera del recinto, apoyados por un equipo de asistentes sociales. Durante la tarde un grupo grande de alumnos fue a acompañar a sus compañeros heridos. “Estuvieron gran parte de la tarde aquí para saber cómo estaban”, comenta una funcionaria del recinto.  

Hacia la noche de ese miércoles, todos los pacientes en riesgo vital fueron trasladados a los centros de quemados: la Mutual, Clínica Indisa y la Posta Central. Los dos que no estaban en condición crítica quedaron en el San Juan. 

Dos días después de la catastrofe, el personal del San Juan de Dios comenta que están aun algo angustiados por la vivencia del miércoles: no recordaban haber tenido antes una llegada de esa cantidad de heridos complicados así de rápido.

Este viernes, la urgencia del centro está casi vacía. Un solo estudiante permanece hospitalizado, en condición estable, a la espera de ser dado de alta pronto. 

Cerca del mediodía, en las afueras del Hospital Clínico Mutual de Seguridad hay un grupo de jóvenes reunidos. Podrían ser estudiantes que esperan a algún conocido, como también algunos de los más de 20 alumnos del INBA que han ido a donar sangre y plaquetas a sus compañeros heridos en el incidente y que serán intervenidos quirúgicamente durante los próximos días. 

La noche anterior, a eso de las 21:00 del jueves, alumnos del liceo emblemático realizaron aquí mismo una velatón con carteles y pancartas, comenta un funcionario que prefirió mantenerse en anonimato. Para el viernes no hay rastros de ningún lienzo o signo de manifestación.

Hacer “ruido suficiente”

El miércoles 23 de octubre era el día en que el Internado Nacional Barros Arana celebraría la salida de los cuartos medios. Cerca de las 10 de la mañana, un grupo de alumnos decidió prepararse para una manifestación: se encerró en uno de los baños para armar bombas mólotov. Pocos segundos después se escuchó allí un bombazo. Un ruido seco.

En imágenes que luego se viralizaron en redes sociales, se ve a estudiantes y profesores tratando de apagar el fuego dentro del baño y varios alumnos escapando con sus ropas ardiendo. Vino luego el traslado a recintos de salud y todo lo que se ha ido reconstituyendo durante la semana.

Los apoderados del INBA emitieron una carta lamentando lo sucedido, catalogando el incidente como un hecho “sin precedentes”. Se refirieron al contexto del incidente, a que los menores hubieran estado construyendo mólotov para una manifestación: “Las manifestaciones extremas son múltiples y siempre habrá quien esté dispuesto a arriesgar su vida y su libertad por hacer ruido suficiente para ser escuchado”. Fueron tajantes en su llamado a apoyar a las familias y a no “criminalizar” a los estudiantes involucrados. 

En imágenes que luego se viralizaron en redes sociales, se ve a estudiantes y profesores tratando de apagar el fuego dentro del baño y varios alumnos escapando con sus ropas ardiendo.

La ministra Camila Vallejo señaló que se designará a un fiscal a cargo de la investigación sobre los presuntos responsables, los cuales no se descarta que puedan ser adultos. Por su parte, el Defensor de la Niñez, Anuar Quesille, afirmó que según lo que determine la Fiscalía, que aún sigue investigando, ellos evaluarán sus pasos a seguir, incluso posibles acciones judiciales.

El viernes, el Ministerio del Interior presentó una querella criminal en contra de “todos quienes resulten responsables como autores, cómplices o encubridores del delito de porte de elementos para fabricar artefactos incendiarios”; y solicitó a la PDI una investigación a fondo para esclarecer el incidente. El mismo dia, la Municipalidad de Santiago también presentó una acción judicial por los hechos en el INBA.

Sobre el retorno a clases, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, comentó que se espera que suceda el lunes, “pero no (clases) normales porque es imposible dada la envergadura de esta situación y el impacto en la comunidad”.

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