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Plumas x plumas

Ricardo Montero y Hernán Larraín en la semana clave del acuerdo de Sistema Político en la Convención

Ricardo Montero y Hernán Larraín en la semana clave del acuerdo de Sistema Político en la Convención

"Hay un acuerdo de base que es claro para todas y todos, que es de un presidencialismo atenuado y un bicameralismo asimétrico, y dentro de eso hay que afinar detalles", sostiene Montero. " Si uno tuviera que observar las posiciones originales, quien terminó más cerca del resultado final, yo diría que fue el PC, que tenía desde el principio la idea del presidencialismo con un sistema unicameral", responde Larraín. Aquí dos visiones opuestas del acuerdo político.

Por: María José Gutierrez. Fotos: Verónica Ortiz | Publicado: Sábado 2 de abril de 2022 a las 21:00
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17 minutos antes de la medianoche del lunes, un grupo de 17 convencionales de los colectivos de izquierda de la Comisión de Sistema Político de la Convención presentó un documento llamado “Gran Acuerdo”, con 60 artículos para ser votados en el Pleno.

El texto establece, entre otras cosas, un “presidencialismo atenuado” (con menores facultades que el actual) y un “bicameralismo asimétrico” de dos cámaras de distintas atribuciones; permite la reelección inmediata del Presidente; amplía el derecho a voto a los mayores de 16 años y lo hace obligatorio.

Tres días más tarde, el convencional del Colectivo Socialista Ricardo Montero, coordinador de la negociación, sale al jardín del ex Congreso –en la pausa de la votación del Pleno– junto a Hernán Larraín. El Evópoli jugó un rol articulador en la derecha, pero finalmente optó por bajarse del acuerdo. “Hay amistad cívica con Ricardo y con algunos de distintas izquierdas”, dice Larraín.

-Pese a esta amistad cívica, se restaron del acuerdo, ¿qué pasó?

-Hernán Larraín (HL): Hay que recordar que este último viene antecedido de un informe, en el cual las izquierdas se reunieron y entre ellas construyeron un acuerdo que luego se cayó en el Pleno. En esta ocasión ocurrió algo diferente: los coordinadores invitaron a una reunión a todos los sectores. Yo entiendo que hubo algunas voces en las izquierdas a las que no les gustó esto, pero la comisión dijo “es con todos”. Estuvimos hasta las últimas reuniones con Cristián Monckeberg (RN), haciendo presentes nuestras legítimas diferencias en todo momento. Pero ya al final del proceso nos dimos cuenta de que había distancias importantes en puntos bien neurálgicos del acuerdo que se estaba construyendo. Y decidimos presentar nuestro propio informe.

-¿Qué expectativas tenía del acuerdo?

-HL: Es la primera vez que nos toca estar en estas reuniones, después de nueve meses. Había una expectativa, primero, humana, de conocer cómo la izquierda negociaba, cómo abordaban sus diferencias, pero fuimos de muy buena fe a plantear nuestros puntos, conscientes del tamaño relativo que tenemos en la comisión y en el Pleno.

-Ricardo Montero (RM): Fue muy importante tenerlos presentes de forma permanente, incluso entendiendo que era probable que no se sumaran al acuerdo final. Y lo segundo dentro del análisis, que a veces es complejo entender porque la representación afuera de la Convención es distinta, es que en la comisión de nosotros hay 25 personas y son 6 de derecha, entonces hay 19 que no son de derecha, y eso es parte también del equilibrio de la conversación.

-¿Existió la ilusión de que se llegaría a un acuerdo que dejaría a los 25 satisfechos?

-RM: Cuando sacamos la primera propuesta había afinidad entre el PC y la UDI en el presidencialismo; había otros grupos que estaban a favor de un semipresidencialismo –RN con parte de la DC y el FA–, entonces a diferencia de otros temas, acá son discutibles. Nadie es más de izquierda o de derecha porque es presidencialista o parlamentarista. Nadie es más independiente o más militante porque es unicameral o bicameral.

-Se dice que el ganador con este acuerdo es el FA, y que el PS cedió más de la cuenta…

-RM: Yo creo que eso busca polemizar porque el acuerdo hay que analizarlo en su texto. Tenemos un plazo, por suerte, en que vamos a poder reestudiar todo y volver a conversarlo de cara al Pleno. Y ahí veremos qué cosas hay que mejorar, reformular, cambiar. Hay un acuerdo de base que es claro para todas y todos, que es de un presidencialismo atenuado y un bicameralismo asimétrico, y dentro de eso hay que afinar detalles.

-HL: Si uno tuviera que observar las posiciones originales, quien terminó más cerca del resultado final, yo diría que fue el PC, que tenía desde el principio la idea del presidencialismo con un sistema unicameral. Porque si uno analiza la ingeniería de detalle de lo que hay detrás de las dos cámaras, uno va a identificar con nitidez que lo que hoy conocemos como la Cámara de Diputados, el Congreso de Diputadas y Diputados del acuerdo, concentra mucho poder. Y la segunda cámara tiene competencias y atribuciones muy acotadas. Por lo tanto, estamos más cerca de un unicameralismo de facto. En los días que se vienen, académicos, politólogos, constitucionalistas van a empezar a analizar y sostener discusiones respecto de lo que hay en esta propuesta y creo que va a aparecer con nitidez que al Presidente se le debilita en exceso –estoy pensando en el veto, en las urgencias, en los nombramientos, en la iniciativa exclusiva– y este Congreso de Diputadas y Diputados pasa a tener un peso neurálgico en el contexto general. Las regiones pasan a tener una pérdida, porque la Cámara Regional en debates tan importantes como los Derechos Fundamentales no va a poder representarlos. Tenemos diferencias con Ricardo en el corazón del sistema. En los hechos, el Senado se termina tal como lo conocemos, y la nueva cámara territorial se limita a la ley de presupuestos, a regular materias regionales, territorial y a algunas reformas constitucionales.

-RM: Hay que ser mas precisos ahí Hernán: tiene como 17 atribuciones que obviamente hay que analizarlas una a una. Pero sin lugar a dudas tiene temas relevantes.

-José Miguel Insulza dijo que “este Senado que han inventado no sirve para nada”.

-RM: Estamos en desacuerdo. Lo primero es entender que no es un Senado y que es distinta la forma de tramitación.

-HL: En materia sustantiva, los nombramientos: pensemos en los jueces de la Corte Suprema, de autoridades de órganos autónomos como el BC, Servel, Contraloría…

-RM: Todo eso viene de la comisión 6, no de la nuestra.

-HL: Por lo mismo, hay que verlo de manera sistémica. Hoy día, donde hay un sistema donde participan los tres poderes, eso va a ir directamente al Congreso de Diputadas y Diputados, sin la participación del Presidente y de la segunda cámara.

-RM: ¡Eso no ha sido votado todavía!

-HL: Pero es la idea y está avanzando. Por eso hay que verlo sistémicamente. Luego, la ratificación de los tratados internacionales está pendiente; la acusación constitucional, donde hoy la Cámara acusa y el Senado juzga… pendiente.

-RM: Pero estaba planificado que estén pendientes para el segundo informe que empezamos a votar en paralelo en la comisión la otra semana.

-HL: Solo para cerrar un punto más estructural respecto de los nudos centrales del sistema: el riesgo que algunos vemos de lo que se presenta es que un Presidente de la República, teniendo mayoría en este Congreso de Diputadas y Diputados, que aprueba todas las normas por mayoría simple, va a tener un control que incluso puede generar una captura de la democracia. Porque el acuerdo incluye que cuando haya diferencias en la Cámara, entre la cámara política y la territorial, en términos prácticos, el poder radica en lo que defina la cámara política.

-RM: Pero hay un quórum de 4/7 por el cual tiene que pronunciarse después de una Comisión Mixta. El ejemplo tuyo no funciona porque el Presidente tendría que tener mayoría en una cámara, mayoría en la segunda cámara, hacer la tramitación completa de las dos cámaras y hacerlo ley… Es como lo más parecido que he visto a la democracia.

-HL: Un Presidente con una mayoría solo en la cámara política teniendo 4/7 tiene un control total, ese es el punto.

-RM: ¿Pero quién ha tenido los 4/7? Lo que pasa es que acá hay un juego democrático, porque uno lo analiza en abstracto y pareciera que pudiera tener realidad. Pero en la práctica no ha sido así: en los últimos 30 años, Presidentes teniendo mayoría, se da un juego democrático en el Congreso. El Congreso no es un buzón que llega y pasa, requiere negociaciones. El Presidente Boric ahora va a tener que negociar con un montón de partidos; la Presidenta Bachelet, teniendo más que mayoría, ¿por qué no pasaron todas las propuestas? Porque había grupos diversos dentro de esa coalición. La democracia es mucho más compleja que tener mayoría y también es más compleja si se le agrega doble tramitación en varios temas. Entonces, los análisis no son tan lineales. Yo entiendo que un sistema nuevo genera dudas, pero hay que abrirse, acá podemos avanzar en tramitaciones más expeditas, en un equilibrio mayor entre el Presidente y la tramitación legal. Y creo que eso es virtuoso. Lo último, y que creo que es fundamental, es que una idea viable en la CC requiere un acuerdo de 103 votos.

HL: Espero que el Pleno y la comisión podamos revisar las competencias de la segunda cámara.

-¿Eso se va a revisar?

-HL: La probabilidad de que se apruebe en general en el Pleno es muy alta, y luego se va a votar en particular. Yo creo que va a haber que identificar ciertas materias que pueden ser perfeccionadas. Y esa considero que es una pega transversal, porque es tan importante lo que estamos conversando y a veces se pierde conciencia: estamos hablando del sistema político de Chile para las próximas décadas. Y ya aprendimos el 18-O qué es lo que ocurre cuando un sistema bloquea y no da respuesta a las demandas sociales. Esto es una cuestión de política con mayúscula. Yo creo que tiene que haber una apertura a trabajar distintos elementos que hoy están en el acuerdo y que, en parte –fui testigo– se construyó contra el tiempo.

De partidos y movimientos sociales

-Una de las banderas del Colectivo Socialista en la comisión era empoderar a los partidos políticos. Eso no está en el acuerdo, ahí se habla de “organizaciones políticas”.

-RM: Se habla de organizaciones en genérico, pero no hay ninguna diferenciación a nivel constitucional. Yo soy un convencido de que no existe democracia sin partidos políticos, por eso hay algunas materias en las que hemos tratado de avanzar: estamos discutiendo un quórum de entrada, un mínimo de representación de diputadas y diputados para los partidos que ingresen al Congreso, etc. Esta medida avanza, no lo suficiente, pero avanza. 

-HL: Lo que tiene hoy el acuerdo es insuficiente respecto del rol que juegan los partidos políticos en Chile. Y eso lo deberíamos perfeccionar, y también el valioso rol que juegan los movimientos sociales, propio de toda democracia. Pero son organizaciones de distinta naturaleza y hoy, creo, hay una cierta ambigüedad.

-RM: Los movimientos sociales juegan un rol distinto a los partidos, hay que abrirse y hacerse responsables respecto de nuevas formas de participación. Y en ese sentido las Iniciativas Populares de Norma (IPN), herramientas de democracia directa y mayores grados de participación son esenciales para esta nueva Constitución.

-Pero esta semana, la Iniciativa Popular de Norma ConMiPlataNO, que fue la más votada, se rechazó en la comisión.

-RM: Es que eso no es indicador. Yo creo que tiene que haber umbrales de incidencia, pero no necesariamente significa que una gran mayoría que esté de acuerdo con una propuesta, esta tenga a priori que ser aprobada.

-Otro de los puntos conflictivos es que en el acuerdo, el Presidente pierde la iniciativa exclusiva para proyectos de ley que implique gasto fiscal.

-RM: No es que se le quitó la iniciativa exclusiva, sino que ahora hay una iniciativa que es de concurrencia necesaria: esto es que el Congreso tiene la posibilidad de iniciar estas materias, pero llega un punto en que debe tener el apoyo necesariamente del Presidente para seguir. Entonces es tratar de ayudar a esa colaboración, sin perder de vista que esto es un régimen presidencial.

-HL: Ahí tenemos una diferencia porque la manera en que quedó diseñado, compartiendo el objetivo que es buscar mayores mecanismos de colaboración, es una fórmula que puede permitirle al Congreso presiones indebidas de gastos –puede ser en algunos casos populismo puro– y dejar al Presidente en una ecuación imposible. Ejemplo: un grupo importante de parlamentarios puede acordar esta iniciativa para sacar el 100% de los retiros de las AFP, cuestión que es extraordinariamente popular y que va a obligar al Presidente, porque los parlamentarios quieren promover esa idea, a decirle “no va a concurrir con mi firma a ese proyecto de ley”.

-¿Pero no es eso lo mismo que está sucediendo en la práctica con los retiros hoy?

-HL: Lo que ha ocurrido es peor porque el camino que se ha tomado para avanzar en los retiros es saltarse la Constitución. Y por eso es que hemos terminado en el Tribunal Constitucional.

-RM: ¿Saltarse la Constitución?

-HL: Hacen reformas constitucionales en algo que en el diseño no estaba pensado para que se hiciera de esa manera. La herramienta para avanzar en los retiros fue un abuso del espíritu de la Constitución.

-RM: Yo puedo estar en desacuerdo de esa política, pero fue a través de una reforma constitucional. Hablar de un abuso del espíritu es más complicado.

-El acuerdo además garantiza la representación de la minoría trans no binaria. ¿Por qué solo de esa minoría y no de otras?

-RM: Yo creo que es una discusión que se tiene que dar en el Pleno. La forma como quedó redactado en lo particular no me deja tranquilo. Creo que el espíritu está bien, que es lograr un mayor grado de representación y participación, pero creo que la norma tiene que ser afinada.

-¿Fue un gallito en la negociación?

-RM: No, si no todo es un gallito. Hubo una propuesta y ahora tenemos que afinar cómo se traduce.

-HL: Yo tengo una crítica bastante estructural a cómo quedó diseñado el tema electoral, la composición del Congreso, la forma en que se dan escaños reservados en ambas cámaras en una proporción que me parece completamente mal diseñada.

-RM: ¿Qué proporción? No habla de proporción.

-HL: Establece que al menos cada uno de los pueblos va a tener un escaño, la Constitución establece que hay 11 pueblos y naciones. Y luego los escaños van a ser proporcionales al padrón del pueblo indígena, y los indígenas van a poder elegir en qué padrón votar. Ahí hay un problema estructural en materia de igualdad del voto. Pero a eso hay que sumarle que se le da un escaño al pueblo tribal afrodescendiente y se le garantiza para los trans y no binarios.

-RM: Yo creo que es un avance y me parece muy importante que exista representación de los pueblos originarios, es parte del proceso y de los problemas que Chile tiene pendiente y que debe resolver. Hay varias definiciones que va a tener que optar la ley.

-Hernán, ¿cree que los pueblos originarios están sobrerrepresentados en la nueva Constitución?

-HL: O sea, esta Constitución está producto de que los pueblos originarios llegaron con el tejo pasado en todas las comisiones excesivamente sobrerrepresentados, y creo que la izquierda no ha tenido el carácter para darle borde a ese debate. Hay que darles participación a los pueblos indígenas, respetando un principio de igualdad del voto. El diseño en la forma en que está establecido, yo creo que es extremadamente débil, ambiguo. Y además es extensivo porque esto debe verse en el contexto de otras normas aprobadas… Pero yo quiero subrayar un punto y es que Ricardo dice que este es un acuerdo de base al cual todavía se le pueden hacer muchas reformas y perfecciones, y yo me quedo con eso, porque se abre un puente.

-RM: No lo dije en esos términos (ríe). Supongo que me estás parafraseando... Pero, ¿qué te complica?

-HL: Me complica, por ejemplo, que se establezca constitucionalmente que hay 11 pueblos y naciones indígenas sin hacer distinción de lo que es un pueblo de una nación. Luego, deben tener participación política en los órganos del Estado a todo nivel: nacional, regional, local. Eso es lo aprobado.

-RM: Pero no es una norma a todo evento.

-HL: Yo creo que hay un exceso de indigenismo.

-RM: ¿Indigenismo?

-HL: Sí. Una forma de reconocimiento excesivo de los pueblos indígenas que puede afectar al propio texto cuando se enfrente a la ciudadanía en el plebiscito.

-¿Qué expectativa tienen para el plebiscito?

-RM: Yo estoy con esperanza de que podamos tener un texto que avance en una reforma social que permita construir un Estado social y democrático de derecho. Vamos a trabajar hasta el último día para eso y después para que se apruebe ese texto.

-HL: Yo voy a trabajar hasta el último día para hacer un buen texto y luego tomaré una decisión respecto de ese texto.

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