Plumas x plumas
Bárbara y Javier Etcheberry: "Compartimos absolutamente el sueño de tener un país justo"
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Probablemente, si esta entrevista se hubiese hecho dos meses atrás, Javier Etcheberry, entonces empresario, socio fundador de Multicaja (hoy Klap), estaría teniendo esta conversación con la menor de sus hijas, Cristina, emprendedora tecnológica fundadora de la fintech Toku.
Pero Etcheberry es hoy -otra vez, después de 22 años- un hombre público. Aterrizó el 1 de julio en el Servicio de Impuestos Internos, en reemplazo de Hernán Frigolett, y está a la espera de “concursar” en Alta Dirección Pública para quedarse en el cargo no sólo durante este gobierno, ha dicho, sino también el próximo.
Pero Etcheberry es hoy -otra vez, después de 22 años- un hombre público. Aterrizó el 1 de julio en el Servicio de Impuestos Internos, en reemplazo de Hernán Frigolett, y está a la espera de “concursar” en Alta Dirección Pública para quedarse en el cargo no sólo durante este gobierno, ha dicho, sino también el próximo.
Está en su departamento de dos pisos en Vitacura. En el piso de acceso, su mujer Cecilia Sommerhoff está en el comedor tomando té con un grupo de amigas. Él bajando por la escalera está en el living sentado con su hija Bárbara, la mayor de su primer matrimonio, quien desde hace siete años lidera la fundación Soy Más en La Pintana, que se dedica a capacitar y apoyar a las madres adolescentes, y que se financia con donaciones de la familia de Eduardo Fernández León y Sandro Solari, su marido.
Pese a la admiración mutua que tienen y que repetirán varias veces en esta hora de conversación, cuenta Bárbara que la gran frustración de su padre fue que ninguna de las tres hermanas estudiara Ingeniería Civil como él. “A mí me convenció. Entré a Civil primero, pero dije ‘no, esto no es para mí, demasiado abstracto y matemático’”, dice Bárbara, quien finalmente se recibió de Ingeniería Comercial en la UC, al igual que su hermana Paulina (dueña de la marca de aceites y cremas naturales Tessa) y Cristina.
Javier Etcheberry ha contado que fue él quien se ofreció directamente a su amigo, el ministro de Hacienda Mario Marcel, para el Servicio de Impuestos Internos.
- ¿Consultó la decisión antes con la familia?
- BE: Por supuesto que nosotros sabíamos. Mi papá siempre decía “cuando salga de acá (Klap) voy a volver al SII, tengo mucho que aportar”. No es que nos preguntó a estas alturas…
- JE: Hacía algunos años que yo estaba preocupado por lo que pasaba, y obviamente mi familia lo sabía. Y bueno, vi la posibilidad de ayudar en algo que me preocupaba mucho en lo que estaba pasando en Chile y por eso me ofrecí a los que eran amigos míos del tiempo de Gobierno, que son Mario Marcel y la Carolina Tohá. Y finalmente hablaron ellos con Boric. Yo iba a entrar el 1 de junio, pero tenía un viaje con mi señora de mucho tiempo programado al extranjero de vacaciones, entonces, finalmente, entré el 1 de julio.
- Bárbara, ¿tienes la imagen de tu papá como un hombre público o empresario?
- Bárbara, ¿tienes la imagen de tu papá como un hombre público o empresario?
- BE: Un hombre público.
- A pesar de que los últimos 20 años haya sido empresario…
- BE: Sí, porque mi papá es súper gestor, súper gerente, entonces donde lo pongas lo va a hacer bien. Pero su corazón está 100% con lo público.
- Cuando uno ya ha sido empresario, o independiente, dueño de su tiempo, no siempre es fácil volver o trabajar en el Estado, ¿cómo ha sido el regreso?
- JE: Mira, te voy a dar una cifra: el SII hoy es cinco veces más grande, en personas y en presupuesto, que lo que dejé… Además es más complejo. Antes el tema de la tributación internacional, no era un tema importante. El tema de la elusión tampoco era un tema en ese tiempo. Pero déjame decirte algo: yo difiero de que uno pierde libertad entrando al gobierno. La gente no sabe que teniendo un cargo alto en el Estado uno tiene una capacidad de hacer cosas y una autonomía que no tiene -o difícilmente la va a tener- en el sector privado. Porque fui gerente general hace años de Sodimac; estuve en el sector público; fui antes profesor universitario, director de Ingeniería Industrial de la Chile hace muchos años, y también estuve en esta empresa privada que formé y que es Multicaja-Klap. Y yo creo que la parte en que más he tenido libertad para crear, transformar, es como director de Impuestos Internos. También del BancoEstado, porque ahí pude inventar e hinchar para que se hiciera la cuenta Rut y la caja vecina.
Bárbara también trabajó en el Gobierno, recién egresada. Fue durante el mandato de Eduardo Frei, cuando José Pablo Arellano era ministro de Educación.
- BE: Siempre me importó mucho lo social, y cuando salí de Comercial y conversaba con mi papá, me acuerdo que hablaba sobre dónde trabajar y él me decía “¿cómo no va a ser más interesante estar trabajando en el Gobierno preocupada de solucionar los problemas de las personas, que estar vendiendo Coca-Cola?”. Esa vocación, ese compromiso de trabajar por Chile, por las personas, es una motivación súper de adentro que yo comparto. Me acuerdo que en el ministerio yo llegaba y le reclamaba “¡esto no puede ser!”. Me tocó ver el tema de una estafa en la Junaeb, ir a los colegios, todavía estaba la jornada escolar completa implementándose… Y con mi papá (entonces director del SII) conversábamos mucho.
Todavía, dice, es su gran consejero, de hecho cada vez que va a mandar una carta al diario, se la envía antes para que la revise y le dé su opinión. “Somos súper partner para todas esas cosas”, añade.
- JE: La Bárbara desde chiquitita escuchaba opiniones sobre lo que pasaba con el gobierno militar, sobre lo que pasaba con los pobres. Siempre he estado preocupada del país. Ella creció en ese ambiente.
- ¿Y cómo fue tu paso por el Gobierno, Bárbara? ¿Con que sensación quedaste?
- BE: Estuve poco tiempo, dos años. De ahí me casé y me fui a vivir a Boston, Estados Unidos. Lo encontré fascinante. Pero sí me acuerdo de lo ineficiente, la burocracia. A veces es frustrante.
- A veces pasa a las personas que llegan desde el sector privado al Gobierno que se enfrentan a una máquina muy difícil de mover, se frustran y se van...
- JE: Es que es distinto, la Bárbara, que era recién egresada, era una asesora de una asesora del ministro (ríe).
- BE: Claro, yo era el último cargo. Compartía oficina con la que hoy día es la subsecretaria de Hacienda, Heidi Berner.
- JE: Yo entré como director del SII, es otra la posibilidad de transformar, ¿no?
- BE: Pero objetivamente eso pasa en los ministerios. A mí me pasa con el Ministerio de la Mujer, que hay cosas que tienen que pasar por ley, el Parlamento y que no es tan fácil cambiar todo, objetivamente. Quizás tú en Impuestos Internos estuviste mucho tiempo y pudiste cambiar leyes y hacer todo…
La relación con Boric
- Javier, usted trabaja para el gobierno de Gabriel Boric, ¿votó por él?
- JE: El voto es secreto. Pero yo lo hice por Chile. Y el presidente Boric es el Presidente de todo Chile, y estoy feliz de entrar al Gobierno… ésa sería mi respuesta. La gente sabe, y yo también he criticado algunos aspectos de la primera reforma constitucional que iban a hacer, tampoco me gustó la segunda. Entonces ahí puedo decir que voté en contra las dos propuestas de constituciones. Yo quiero que al Gobierno le vaya bien. Pero mi mayor responsabilidad es el SII y trabajar -incluso si me va bien y me ayuda la salud- con el próximo Gobierno también.
“Yo difiero que uno pierde libertad entrando al Gobierno. La gente no sabe que teniendo un cargo alto en el Estado uno tiene una capacidad de hacer cosas y una autonomía que no tiene -o difícilmente la va a tener- en el sector privado”, dice Javier Etcheberry.
- ¿Quién le gustaría que fuera?
- JE. No sé…
- ¿Y a ti Bárbara?
- BE: A mí, la Evelyn (Matthei). De todas maneras.
- Javier, usted fue militante del PPD por muchos años, ¿cuánto queda de ese ex PPD?
- JE: Yo soy de la Concertación, y sigo siéndolo. Me salí del PPD y ahora soy independiente. Pero sigo siendo de centro centroizquierda. Ahora, en este país han cambiado los partidos, se ha polarizado. Es un país que ha cambiado mucho.
- BE: Lo que me encanta de él es lo poco ideologizado. Porque al final mi papá podría trabajar por uno o por un lado o por el otro, porque le importa solucionar los problemas de Chile y eso hace bien a un país. Encuentro admirable a los 77 años tener ganas de seguir cambiando el mundo y querer trabajar, porque todo el mundo, desde los 40, ya quieren dejar de trabajar.
- JE: Pero a ver, yo tengo que sentirme cómodo también trabajando. O sea, no es que trabajo por cualquier Gobierno. A Mario Marcel lo conozco mucho, trabajé con él cuando estaba en la Dipres y yo en el SII. Después yo era ministro, él era director de presupuesto. También conozco bastante a la Carolina Tohá. Entonces, no es cualquier Gobierno.
- BE: Lo digo porque veo que la juventud hoy día es muy ideologizada. Lo veo en todo el tema de la mujer, que de repente no están preocupados de la empleabilidad, de que quiere tener seguridad, que no haya violencia y tener un trabajo y de repente estamos en unos temas de la mujer que le importan a un grupo enano.
- JE: Bueno, eso me ha pasado siempre. En tiempos de la Unidad Popular, algunos amigos míos eran de la UP y usaban una serie de términos y yo les preguntaba “¿por qué dices eso o lo otro?” Y a veces eran puras voladuras nomás. Y también en los otros sectores de derecha de repente hay gente que dice cosas muy ultra.
- ¿Cómo es su relación hoy con el Presidente Boric?
- JE: La verdad es que al Presidente no lo conozco.
- ¿No han tenido ninguna reunión?
- JE: No, le pedí audiencia y me acompañará el ministro Mario Marcel a La Moneda. Pero el Presidente fue el que aprobó mi entrada y sabiendo quién era yo, no tuvo problema. Yo me he sentido muy cómodo.
- Usted está en una especie de cruzada en contra de las mafias, los carteles, la delincuencia. ¿Cree que el Gobierno está haciendo lo suficiente en materia de seguridad?
- JE: Nunca es suficiente. Pero por algo yo quise ayudar. Si yo sintiera que todo está fantástico y todo lo hacen maravilloso, no estaría tratando de entrar al Gobierno. Viene gente extranjera con una mentalidad que no se conocía acá, muy determinados, entonces es un tema muy grave. Ahora, que podría ser peor, sí. Que otros países están peor, sí. Pero uno quisiera que las cosas estuvieran mejor y compararse con los países en que las cosas funcionan mejor.
- ¿Siente que el Gobierno actuó tarde?
- JE: Seamos francos, llevamos varios gobiernos que esto se está saliendo del cauce. Este Gobierno puede que no haya pensado mucho en el tema de la seguridad, como candidato Boric, pero se le vino encima y se han dado cuenta que no es con el buenismo que se va a acabar la delincuencia, no. Uno vio al principio cuando la ministra del Interior fue a la Araucanía pensando que la iban a recibir muy bien...
El cruce con los Kast
Cuando Bárbara tenía 18 años, su padre se casó con la viuda del exministro de Pinochet, Miguel Kast.
- ¿Cómo fue ese cruce cultural y político entre ambas familias?
- BE: Para mí fue fácil, porque era un papá súper cercano, al que veíamos fin de semana por medio y ahí llegábamos a dormir a la casa con los Kast. Pero siempre nos llevamos bien, desde que partió la relación. Me acuerdo del primer viaje en auto todos juntos a Brasil, no sé cuántas horas. Eran épocas súper ideologizadas, pero yo creo que era mucho más terrible para mi papá y para algunos de los Kast que me acuerdo en ese minuto eran bien discutidores. Pero para mí personalmente no fue tema y era interesante conocer también gente distinta.
- Y para usted, Javier, gran opositor a Pinochet, ¿cómo fue cruzar ese puente y casarse con una familia emblema del pinochetismo?
- JE: Voy a hablar en términos políticos. Chile cambió cuando ganó el No. Ahí se abrió un arcoíris (ríe). Entonces ahí me abrí a conocer a Cecilia y me casé muy rápido con ella. Y la verdad es que era un país de libertad, por lo tanto yo dejaba que los Kast opinaran lo que quisieran porque yo tenía la capacidad de opinar lo que quería y decirlo libremente. Y bueno, igual algo habrá influido cuando me conocieron a mí, que no éramos tan terribles, porque Felipe Kast creó un partido que era más de centro que los partidos tradicionales de derecha que existían en ese tiempo. Es muy distinto ser respetuoso cuando estás en un país libre y más encima tu coalición está en el Gobierno que si estás en un país que es una dictadura donde tú lo único que quieres es que cambie el país.
Regreso al SII
- La semana pasada se hizo público que el sueldo para el director de Impuestos Internos crecerá 35% en el concurso de ADP. En una entrevista, usted salió quejándose de los bajos sueldos del sistema público. ¿Qué le parece esta noticia?
- JE: Para ser franco, nunca supe exactamente cuál era el sueldo. No tenía idea que si uno postulaba por ADP iba a subir el sueldo... y me parece estupendo (ríe). He tenido suerte porque nací en una familia con recursos y después en el sector privado, a pesar de haber estado muchos años en universidades, me ha ido bien. Entonces tengo una situación acomodada. La primera vez que estuve en el Gobierno, todos los meses sacaba mis ahorros porque no me alcanzaba la plata. Pero la plata es un medio, no un fin. Y justamente haber tenido esa posición me permitió haber trabajado muchos años en el Gobierno y me permite ahora volver.
- En el mes que lleva en el cargo, ha criticado a sus antecesores, cuestionado estudios, ¿ese estilo le ha traído problemas?
- JE: Es un estilo que desarrollé desde chico. Yo de chico le decía a mis papás lo que pensaba de política y yo opinaba distinto a ellos y les explicaba por qué. Y claro, mis hermanos chicos -yo era el mayor- se asustaban, pero mis papás al final me respetaban. Uno puede hacerse un camino en la vida diciendo lo que piensa.
- BE: Pero hubo minutos duros. Me acuerdo para el paro de los camioneros y para los paros del SII todos con pancartas: “¡Javier Echeverry Celhay, por qué no te vay!” Ahora te haces el choro, pero igual fue duro.
- JE: Claro, pero uno se va acostumbrando. Yo siempre he tenido la renuncia en el bolsillo, por decirlo así. O sea, yo siempre sé que me pueden echar y me arriesgo a que me puedan echar. Ahora, duré tres gobiernos en Impuestos Internos y a todos los demás los cambiaron. Entonces tan mal no me ha ido con el método.
“Siempre he tenido la renuncia en el bolsillo, por decirlo así. O sea, yo siempre sé que me pueden echar y me arriesgo a que me puedan echar. Ahora, duré tres Gobiernos en Impuestos Internos y a todos los demás los cambiaron”, dice el director del SII.
- ¿Eso lo heredaste, Bárbara?
- BE: Yo soy súper directa, soy cero que me voy por las ramas. Así que no te puedo criticar mucho. Pero creo que es algo bueno cuando tú tienes súper claro lo que quieres en la vida, crees en tus convicciones, en tus valores, creo que la gente lo agradece.
- JE: Mira, al final es una fortaleza, porque yo en privado digo lo mismo que en público. Entonces al final no salgo con sorpresas.
- ¿Han pensado desarrollar algún proyecto juntos?
- BE: Lo hemos conversado, pero no lo hemos hecho, de ser como fiscalizadores del mundo público: hacer una plataforma donde la gente reclame si no la atienden bien, donde pueda exigirle al Estado.
- ¿Tipo Sernac?
- BE: Claro, pero han sido como proyectos, ideas. Hasta ahí hemos llegado.
- ¿Está ahora con menos tiempo libre?
- JE: Para la familia y para las hijas siempre he tenido tiempo. Siempre. Yo era ministro y me llamaba una hija y le contestaba altiro.
- ¿Cuál es su compromiso en el Servicio de Impuestos Internos para este año?
- JE:Yo quisiera ayudar a a que haya menos bandas criminales. Impuestos Internos tiene mucha información y muchas atribuciones para ayudar en la lucha contra la delincuencia. Y bueno, yo creo que hay evasión. Y ese dinero es necesario para arreglar este país, para ayudar a los más pobres. No sólo es porque es más plata que va a tener el Estado para hacer cosas, sino que también para que la competencia sea justa, porque si no ganan los más tramposos en el mercado.
- ¿Quiénes son los que más están evadiendo hoy? ¿Sigue pensando lo que están haciendo estas boletas falsas más que las grandes empresas?
- JE: Bueno, hay de todo. Y yo no he hecho estudios detallados sobre el tema, pero hace muchos años hicimos un estudio con Engel y revisamos cuánto declaraban y cuánto ganaban las distintas personas y en Chile todos eludían o evadían el mismo porcentaje. Era parejo. Pero la diferencia entre ricos y pobres por supuesto que era grande.
- ¿Cuándo podremos ver efectos concretos sobre lo que va a hacer en el SII?
- JE: Espero que la evasión empiece a bajar desde este mes. O sea, no estoy pensando que esto voy a invertir y que en cinco años más se van a ver los resultados.
- ¿Eso pasa por fiscalizar más?
- JE: Por ejemplo, hasta hoy le aceptaban a los primerizos facturas por cualquier monto, porque era por internet. Ya pusimos controles porque hay gente que llena facturas por millones y es primerizo y deja una tremenda estafa. Eso ya lo hicimos. O sea, hay cosas que hay que hacer de inmediato y otras cosas que hay que estudiar más. Esto es un proceso. Entonces yo puedo hablar de medidas, pero creo que lo más importante es el cambio cultural y eso lo trabajo con los subdirectores, con los funcionarios.
- ¿Piensa que el SII estaba relajándose mucho?
- JE: Yo creo que las cosas siempre se pueden hacer mejor. Yo llegaba a la casa y mi mamá miraba las notas y tenía muy buenas notas, pero de repente en algo sacaba un 5… Chuta y todo era por ese 5, por qué saqué el 5. Y las otras cosas parece que no las veía.
- ¿Fue igual con sus hijas?
- BE: Fue al revés, se le pasó la mano para el otro lado. Era tan mateo, tan perno que sólo hacía ejercicios de matemática, que a nosotros básicamente nos cultivó mucho la vida social: que lo pasemos bien, que seamos equilibrados y que las notas dan lo mismo.
- JE: No creo que lo haya dicho alguna vez.
- JE: No creo que lo haya dicho alguna vez.
- BE: En el sentido de que lo importante es aprender y que ustedes se desarrollen como personas. No era el que estaba mirando la libreta de notas, jamás.
- ¿Eres la más parecida a tu papá?
- BE: No sé si la más parecida, pero al menos compartimos todo lo más público. Yo creo que todos tienen cosas tuyas.
- ¿Las empujaron a estar en política?
- BE: No, no. Es que él nunca fue muy político, te diría yo. No me acuerdo de una reunión política en la casa. Mi papá se metió al PPD porque estaba en el Gobierno y porque necesitaba un partido.
- JE: Yo creo que si no hubiera estado Pinochet, jamás me habría metido en lo público. Pero era tan atroz la libertad que nos quitaban, tener a este señor hablando, me daba vergüenza. Fue más bien una reacción a una situación de país que no me gustaba.
Y cuando ganó el NO y ganó la Concertación, yo pensaba seguir con mi empresa consultora, pero mis amigos me dijeron que tenía que entrar al Gobierno y entré al SII porque me parecía que era lo más técnico dentro de ayudar al país. Entonces, siempre he estado con esta cosa de que me importa la cosa pública, pero nunca he sido como que uno dice puramente un político que está tratando de ganar votos. Nunca he sido candidato a nada. Yo, claro, en la universidad fui presidente de curso, pero porque otros me eligieron porque era buen alumno y porque me veían menos abanderizado.
Y cuando ganó el NO y ganó la Concertación, yo pensaba seguir con mi empresa consultora, pero mis amigos me dijeron que tenía que entrar al Gobierno y entré al SII porque me parecía que era lo más técnico dentro de ayudar al país. Entonces, siempre he estado con esta cosa de que me importa la cosa pública, pero nunca he sido como que uno dice puramente un político que está tratando de ganar votos. Nunca he sido candidato a nada. Yo, claro, en la universidad fui presidente de curso, pero porque otros me eligieron porque era buen alumno y porque me veían menos abanderizado.
Un mundo justo
“Yo quiero intervenir aquí. Hemos hablado mucho de mí”, dice Javier Etcheberry. “La Bárbara es una máquina, es una gestora. Tiene una fuerza. Ha llevado adelante con una energía, junta el mundo de La Pintana con el mundo de los que tienen más. Y los pone a todos a trabajar con un entusiasmo, un corazón y una fuerza”, comenta.
Bárbara cuenta que soñaba con tener un colegio. “Siempre me ha gustado el tema de la educación y en vulnerabilidad. Trabajé en una consultora, después head hunter, y desde hace 15 años estoy en el directorio de Aptus”, cuenta. Pero cuando su hermanastro Felipe Kast le presentó a la colombiana Catalina Escobar, que llevaba 20 años trabajando con madres adolescentes, abandonó la idea, y crearon juntas la Fundación Soy Mas. “Esto cruza la educación, mujeres, relación con las empresas, porque al final es formarlas y educarlas para un puesto de trabajo real”, explica.
En estos siete años han pasado mil mujeres, más sus hijos e hijas, señala Bárbara. “Cambiando una, cambia todo su entorno. Entonces es muy potente”, agrega. “Hay una cantidad de talento que se está perdiendo por no tener las oportunidades, y eso es lo que más a uno le motiva: conversar con ellas y potenciarlas. Una de ellas terminó en Google haciendo su pitch en inglés en una pasantía que la conectamos. La llevamos a MIT y Google y Salesforce. Hoy trabaja en Microsystem”, cuenta.
- ¿Por qué están dando esta entrevista juntos?
- JE: Hay una admiración mutua y porque en el fondo nos mueven las mismas cosas. No sólo que este país sea mejor, sino que creemos mucho en la familia. Nos gustaría un mundo más justo.
- BE: Yo creo que compartimos absolutamente el sueño de tener un país justo, equitativo.
Trabajando en una fundación en general estás bien sola, y él es un súper buen consejero.
Trabajando en una fundación en general estás bien sola, y él es un súper buen consejero.
- JE: Yo admiro lo que hace, veo que se la juega. Está metida en La Pintana con la alcaldesa, lo amigas que son, y cómo parte y habla con la ministra de la Mujer, cualquiera que sea el Gobierno. Eso lo encuentro muy bonito. Eso me da ánimo.
“Tengo toda la energía”
Javier Etcheberry muestra el gimnasio que tiene en su casa, en una sala al lado de la estancia donde se dio esta entrevista. Allí entrena con un personal trainer, a quien conecta a la TV tres veces por semana. Otros dos días juega tenis. Cuenta que acaba de hacer una pisicina larga en su casa en Aculeo para nadar.
“Parto el día haciendo deporte, después estoy todo el día trabajando, entonces soy una persona activa”, dice. “Cuando me dicen ‘ya estás en edad de jubilar’, digo yo, ‘¡qué voy a hacer de jubilado!’ ¿Me voy a levantar tarde, me voy a demorar en leer el diario, leer las defunciones? No, me da lata, si tengo la energía y las ganas, ¿cómo no voy a hacer las cosas? Ahora que estoy de vuelta en Impuestos Internos después de 22 años, la secretaria que era de ese tiempo no puede creer la energía: como quiero hacer esto, llamo, me meto a la reunión del otro… Si me empiezo a poner ya medio gagá obviamente que no, pero tengo toda la energía y me gusta”.
Javier Etcheberry muestra el gimnasio que tiene en su casa, en una sala al lado de la estancia donde se dio esta entrevista. Allí entrena con un personal trainer, a quien conecta a la TV tres veces por semana. Otros dos días juega tenis. Cuenta que acaba de hacer una pisicina larga en su casa en Aculeo para nadar.
“Parto el día haciendo deporte, después estoy todo el día trabajando, entonces soy una persona activa”, dice. “Cuando me dicen ‘ya estás en edad de jubilar’, digo yo, ‘¡qué voy a hacer de jubilado!’ ¿Me voy a levantar tarde, me voy a demorar en leer el diario, leer las defunciones? No, me da lata, si tengo la energía y las ganas, ¿cómo no voy a hacer las cosas? Ahora que estoy de vuelta en Impuestos Internos después de 22 años, la secretaria que era de ese tiempo no puede creer la energía: como quiero hacer esto, llamo, me meto a la reunión del otro… Si me empiezo a poner ya medio gagá obviamente que no, pero tengo toda la energía y me gusta”.