“Debe ser uno de los emprendedores chilenos con mejor ‘dealflow’ del país”, dice otro emprendedor sobre Ignacio Canals, fundador de Galgo (ex Migrante) y Lemontech. Él mismo lo confirma: ha invertido en cerca de 20 startups en etapas muy tempranas.

En el capítulo número 10 del podcast MAS Pitch con JP, el ingeniero civil de la Universidad Católica explica por qué tiene acceso a estos negocios y relata parte de su recorrido emprendedor. Es mentor, fundador e inversionista, pero también padre de familia y -confiesa- a eso le dedica gran parte de su tiempo.

Canals entró a la universidad en 1999 y recuerda que en primer año un reconocido profesor de la facultad de ingeniería preguntó: “¿Quiénes de acá quieren ser independientes cuando terminen sus estudios?”. Nadie levantó la mano. Y luego agregó: “¿Quiénes quieren trabajar en una gran empresa?”. La sala se llenó de manos en alto.

Años después, “por otros motivos me tocó volver a esa clase y el profesor hacía la misma pregunta y el resultado se había dado vuelta completamente. Todo el mundo quería ser independiente”, recuerda Canals. Dice que fue su generación la que cambió ese paradigma, con compañeros como Eduardo della Maggiora (Betterfly), Juan Pablo Cuevas (Cornershop), Andrés Barriga (ex Lemontech, Cornershop y Talana) y Daniel Undurraga (Cornershop), entre otros.

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Lemontech

Su primera firma, Lemontech, una startup tecnológica para el mundo legal, la fundó con Undurraga, Barriga y Oskar Hjertonsson. “Partió simplemente porque teníamos ganas de emprender. No teníamos idea qué hacer”, recuerda Canals. Al salir de la universidad, le compró a sus socios sus participaciones y terminó siendo un SaaS que -afirma-, “por primera vez hizo legaltech en América Latina. En una época donde la gente esperaba un disco duro instalado en los computadores, vender software no era nada obvio, incluso en esos tiempos era común el pirateo de software. Pero estábamos convencidos de que ese era el camino”. En 2019 fue vendido al fondo estadounidense Accel-KKR.

Inversiones

La razón por la que muchos emprendedores le van a contar sus negocios a Canals es porque fue de los primeros en hacer un exit. El primer cheque que firmó fue en Healthatom -en esos tiempos Dentalink-, un software para la gestión médica.

“Llegaron con otra idea”, dice Canals. Sin embargo, años antes habían creado un SaaS para el mundo de los dentistas. “Este era muy chico, pero con mi experiencia en Lemontech sabía que ya habían pasado la parte más difícil. Por eso les dije: ‘No se dediquen a esto, dedíquense a ese SaaS que tienen, me parece un tremendo negocio’”. Los emprendedores le dijeron que no tenían dinero para hacerlo, y ahí Canals desembolsó su primer cheque como ángel.

Además, con su socio Diego Fleischmann es uno de los primeros inversionistas de Xepelin. También es parte de la propiedad de Sosafe. “Yo vivía en San Francisco y un día estaba viendo las noticias chilenas. Vi que se había frustrado un robo en Santiago con una aplicación que tenía botón de pánico. Lo encontré genial, en ese momento estaban recién partiendo y Vitacura lo había implementado”, destaca el ingeniero.

Llamó por teléfono a los fundadores y les dijo que veía un potencial enorme en el negocio. Conversaron, pero no llegaron a ningún acuerdo. Tras un año, lo llamaron y le dijeron que hicieran algo juntos. En ese momento, Canals entró con un porcentaje importante de la compañía y cambiaron a un modelo de red social. En su portafolio también cuenta con acciones de Betterfly.

El desconocido Instagantt

Además de ser inversionista, pasó a ser amigo del equipo fundador de Healthatom (Daniel Guajardo, Guillermo Medel y Roberto León).

Con ellos convirtió un negocio millonario y que pocas personas conocen: Instagantt.

“Nace de una mujer”, recuerda el emprendedor. “El Dani (Guajardo) estaba dedicado a full a una inquietud y en ese momento necesitábamos hacer una carta Gantt para algo. Él se ofreció. Llegó una semana después con lo que había desarrollado y era una cosa impresionante. Lo empezamos a ocupar internamente”. Se trata de un software para hacer cartas Gantt.

Por día mejoraba, “Dani llevaba mucho tiempo en un pololeo y estaba en esa etapa que tenía que tomar una decisión. Entonces en vez de volverse a la casa, prefería quedarse trabajando hasta tarde”, rememora Canals.

Decidieron hacer público el software. Al poco andar no llegaban muchos clientes, pero, dice, “un día estábamos en la oficina y llamó la secretaria de Dustin Moskovitz (cofundador de Facebook) y en ese momento fundador de Asana (software de gestión del trabajo). Preguntaron por Daniel. En la llamada se sumó el socio de Moskovitz, Justin Rosenstein, y le empezó a decir: ‘¿Tu armaste esto? Vente a trabajar con nosotros, no lo puedo creer’”.

Guajardo le dijo que estaba enfocado en Dentalink y el norteamericano le aseguró que lo publicarían como la forma oficial de hacer cartas Gantt en Asana. Al día siguiente ya tenía miles de usuarios, pero era gratis.

Tras debatir internamente, decidieron cobrar US$ 7 dólares por el uso, y la app explotó. Hoy -afirma Canals- tiene más de 50 mil usuarios activos, 8.000 clientes en 150 países y muchas de las empresas del Fortune 500 lo usan, entre ellas Disney, KPMG, Airbnb, Amazon, Coca-Cola y Salesforce. Todo esto siendo un proyecto paralelo, sin ningún trabajador a tiempo completo.

¿Cómo invertir?

“Parte importante de mi patrimonio son startups”, dice Canals. “Siento que me di cuenta temprano del valor que tenían y lo subvaluado que estaban los emprendedores. Al invertir en etapas de crecimiento, mi aprendizaje es que cuando agarras un buen equipo en etapa temprana, es muy difícil que te vaya mal, porque los buenos equipos pivotean, encuentran oportunidades y se las arreglan”, afirma.

Por eso, recalca que “para mí sin ninguna duda lo más importante en esta etapa es el equipo, con ambición, mucho hambre y habilidades complementarias”.

En segundo lugar, “es súper importante para mí el tamaño de mercado. Esto es algo que me hubiera encantado que alguien me dijera cuando partí Lemontech. En el fondo, muchas veces son esfuerzos parecidos al hacer una startup para un mercado grande que para uno chico, y los premios son muy distintos, dependiendo del mercado donde estés metido”.

Galgo (ex Migrante)

Galgo es un marketplace de motos con financiamiento integrado, describe Canals. Eso es hoy, pero el negocio partió por otro lado. La idea inicial era prestar créditos blandos a inmigrantes, para que con ello puedan arrendar un departamento, convalidar títulos profesionales y suplir ciertas necesidades básicas de instalación.

A pesar de que los bancos les decían que no les iban a pagar, los fundadores se dieron cuenta de que eran muy buenos pagadores. Empezaron a crecer y en un minuto tenían $ 5 mil millones en la calle. Eso, hasta que llegó la pandemia. “Un día, de la noche a la mañana, nuestro cliente no podía salir a trabajar y por supuesto, no nos podían pagar los créditos. Entonces dijimos: ‘¿Qué hacemos? Vamos a perder todo aquí’. Ahí, las únicas personas que podían salir a la calle eran los repartidores”.

“Entonces, se nos ocurrió prestar plata para adquirir motos. Y con eso que nos pudieran pagar los créditos. Nos empezó a ir bien y armamos un marketplace de motos con un proceso de evaluación de crédito en línea”. Así, replicaron el modelo en Perú, adquirieron una compañía en Colombia y están creciendo en México.

Emprendimiento en Chile

“Creo que Chile ha tenido un cambio espectacular”, dice Canals. No sólo en el ecosistema de financiamiento, también en la calidad de los emprendimientos. “Hoy los emprendedores chilenos se están caracterizando por, primero, construir muy buenas empresas. Segundo, por tener una mirada muy fuerte hacia América Latina. Entienden que Chile es un país muy chico y que si no se expanden en América Latina, no les sirve".

Cree que probablemente nunca exista un año como 2021, donde hubo una fiebre por invertir. Sin embargo -comenta- “yo creo que eso no era sano y hoy el mercado está mucho más equilibrado. Pero hay algo que ya empezó y que no para, y es que Chile está generando muy buenos emprendedores en todas las áreas. Cuando uno va a la región, a los distintos países, se da cuenta de que los emprendedores chilenos son súper valorados. Tienen fama de ser serios, de que trabajan bien, de que cumplen lo que dicen. Entonces creo que estamos en una súper posición para la región. Y yo creo que el primer paso es en la región, pero después ¿por qué no ser globales?”.

Conoce su historia, consejos y mucho más en el capítulo número 10 de MAS Pitch con JP.