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Especial Podcast 100 - Bernardo Larraín Matte: "Hay un mundo que se va y hay un mundo nuevo que emerge"
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El más político del clan Matte, Bernardo Larraín jugó en distintas posiciones del grupo empresarial hasta llegar a la gerencia general de Colbún, el brazo energético del conglomerado, y luego escaló al directorio de la eléctrica. Entonces estalló el escándalo del Cartel del Papel Confort, con CMPC, emblema de la familia Matte, en el centro de la polémica. Y Bernardo Larraín fue el llamado a reparar el honor perdido del clan. Compitió y ganó la presidencia de la Sociedad de Fomento Fabril, el poderoso gremio fabril, el que reformó, renovó y rejuveneció.
Convencido de que la actividad empresarial le hace bien a Chile, se inspiró en el homólogo británico de la Sofofa -por algo había estudiado Economía en la London School of Economics- para diseñar una entidad moderna, eficiente e incidente en la contingencia y en la gestación de las normativas, con más presencia en la cuestión pública. En eso estaba cuando vino el 18 de octubre de 2019. Terminando su período en la Sofofa, fundó Pivotes, “un laboratorio de políticas públicas que propone métodos de decodificación del conocimiento, interpretación, traducción e integración del conocimiento con la experiencia ciudadana a la hora de interactuar con políticas públicas”.
Larraín piensa que estamos en un cambio profundo: “Hay un mundo que se va y hay un mundo nuevo que emerge. Y en esos procesos de transición se desconectan los puentes entre el conocimiento, la ciudadanía y la política. Surgen así respuestas fundacionales, que insinúan que nada de ayer es rescatable. O respuestas en el sentido opuesto, que son inmovilistas, que todo tiempo pasado fue mejor. Y por supuesto, respuestas populistas y demagógicas”, reflexiona. “En Pivotes queremos la mejor respuesta”.
En su estadía en California, Larraín ha visitado muchísimas empresas, entre ellas Space X de Elon Musk -”no he viajado en cohete aún”, dice- y cada vez más se convence que las empresas son esenciales para el futuro. En su rol de vicepresidente de CMPC, ha visto embalajes que reemplazan el plástico o materiales de construcción aptos para luchar contra el cambio climático. O, en su sombrero de Colbún, tecnologías para potenciar las energías renovables.
“Algo que será parte del futuro de todas las empresas es que debemos estar abiertos a la transformación digital y a la innovación. La transformación digital y la cultura de la innovación son elementos centrales de la empresa del siglo XXI, no es un área dentro de la empresa, es una forma de ser empresa y eso me parece fundamental”, explica.
Otra definición clave en la empresa del futuro es ser guiada por un propósito, “no uno retórico, uno real”, enfatiza. Sin dejar de lado la rentabilidad económica, Larraín señala que “cada decisión de la empresa, cada proyecto, tiene que pasar el filtro del propósito de los valores… es una cosa que las empresas están abrazando con mucha fuerza y creo que va a ser distintivo de la empresa del siglo XXI, porque eso atrae el talento, permite diferenciar qué hacemos y qué no hacemos con nitidez”.