Punto de partida
Los focos LED que permiten cosechas todo el año en Chile
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En marzo de 2013, el ingeniero comercial Matías Palacios, entonces gerente general de LAN Cargo para Perú y Bolivia, recibió un mail de Juan Pablo Matte desde Australia. En el correo el ingeniero forestal agrónomo le pedía a su cuñado que le revisara el inglés de la tesis del postdoctorado en genética molecular de la Universidad de Sydney que estaba por entregar. Vio en el documento una oportunidad única de negocios y lo llamó.
Por su experiencia en la aerolínea -que lo que más transporta son frutas y hortalizas-, Palacios estaba al tanto de la queja de los principales productores de la agroindustria nacional. Ante el aumento considerable de la capacidad agrícola peruana -Perú pasó de ser el número 20, al primer lugar en exportación de arándanos en apenas 10 años- el agro demandaba tener plantas y fruta de calidad todo el año, pero la mayoría lograba plena producción solo la mitad de éste.
“En conversaciones con productores notaba una necesidad de aumentar la eficiencia en sus procesos y soluciones frente al cambio climático y ante un considerable crecimiento de la demanda de nuevas variedades en productos como cerezos, espárragos, arándanos y avellanos, entre otros”, señala Palacios. Aquí es donde la tesis de Matte -de cómo respondían las plantas a los diferentes tipos de luces para mejorar su potencialidad- encajaba.
“Urgía obtener una fuente de luz más pareja y ajustable, para que las plantas hicieran fotosíntesis y crecieran independientemente de la estacionalidad o ubicación geográfica, logrando así plantas más resistentes y preparadas para cultivarse todo el año”, agrega Matte.
En 2016 fundaron Ciencia Pura y patentaron PARALED, un sistema de iluminación inteligente que mejora el crecimiento de las plantas con aumentos de productividad de hasta el 100%. El primero se convirtió en el director ejecutivo y el segundo en director científico.
(Créditos: Verónica Ortiz)
Menos mermas
Con una inversión inicial de $ 10 millones, apalancados con fondos de inversión de Innova Corfo por $ 77 millones en 2017 y otros $ 60 millones en 2018, echaron a andar la máquina. Crearon un software que se instala en el invernadero, planta productiva o incluso a campo abierto.
Este se controla de manera remota con ciclos diarios, semanales y mensuales, a través de una página web, permitiendo al usuario escoger entre más de 500 recetas de luz ya probadas, almacenadas en una biblioteca con parámetros específicos de iluminación para un determinado cultivo, planta o semilla. A eso le sumaron la posibilidad de desarrollar recetas especializadas.
“Eso permite agregar nuevas combinaciones de luz exitosas, estimulando la investigación aplicada y la colaboración entre los usuarios, además de sugerir programas novedosos a partir de lo que necesitan los clientes”, señala el director ejecutivo de PARALED.
El rendimiento fue evidente en el primer experimento que hicieron en el Vivero de Hijuelas, uno de los principales exportadores de plantas de Hortifrut. En 2016 con una tecnología mucho menos sofisticada que la actual, lograron reducir al 100% la merma que tenían en la producción de plantas de arándanos.
A partir de ese momento el promedio de rendimiento en todos los cultivos que trabajan alcanza al 30% en reducción de mermas. En el caso de los cerezos, por ejemplo, donde trabajan con Agrícola Garcés, aumentaron la sobrevivencia de plantas en un 80% versus el 50% al que estaban acostumbrados.
Lo mismo con el tiempo: en vez de tomar dos años en tener una planta lista para el “despacho”, como se le llama al proceso de plantación del árbol, este se redujo a un año y medio. Y respecto a las hortalizas como las lechugas, el tiempo de producción lo han reducido a menos 20 días -lo común es un mes- además de lograr variedad en colores y sabores.
Únicos en Chile
Con una cartera de más de 35 clientes en Perú, Australia -donde habilitaron un laboratorio para la Universidad de Sydney- y Nueva Zelanda, es en Chile donde más demanda tienen. Buscan dinamizar el mercado agrícola y llegar a facturar US $800 mil este 2021. A la fecha ya llevan US $300 mil. Para esto, están en una ronda de inversión desde enero de la mano de Broota, en la que esperan alcanzar entre $ 300 y $ 500 millones.
“Estamos seguros de que lo lograremos, la agroindustria requiere de tecnología sencilla de usar pero que tenga respuestas rápidas, eficientes y sustentables”, apunta Matte, director de investigación. La sustentabilidad está en que un foco dura entre 4 y 5 años y todo se controla de manera remota evitando traslados y, en estos momentos, contagios producto del Covid-19.
El modelo de negocios se basa en un fee inicial de entre US$ 10 y US$ 50 por metro cuadrado, sumado a tarifa mensual de entre US$ 1.000 y US$ 2.000. “Uno de los objetivos para este año es reducir el fee de ingreso, para que más productores puedan acceder a esta tecnología”, agrega Palacios.
En cuanto al mercado target, Perú, Colombia, México y Australia lideran la lista, dado que los fundadores de la compañía han tenido experiencias de trabajo y residencia previas ahí y se han hecho una serie de pilotos exitosos en dichos mercados.
Y, respecto de la competencia local, en los últimos 5 años han surgido algunas soluciones de iluminación suplementaria -en su mayoría no son especializadas para plantas, ya que entregan programas de iluminación fijos-, no logrando el efecto de crecimiento esperado en las plantas, y las soluciones europeas y americanas eran hasta 5 veces más caras.
Triple impacto
Que la mayoría de los agricultores obtengan plena producción solo la mitad del año se debe, entre otros factores, a que la luz de calidad que las plantas necesitan para hacer fotosíntesis y crecer, la obtienen solo una parte limitada del año (estacionalidad y cambio en espectro de la luz durante otoño/invierno).
Si contaran con una luz pareja, similar a la de primavera/verano, les permitiría obtener un rendimiento adicional de hasta 100% sobre su inversión. Como consecuencia, en la región se está viviendo un intenso recambio varietal en los cultivos con plantas de alto estándar y de calidad frutal para exportación.
Ante esta necesidad, la propuesta de la dupla Palacios-Matte promete un triple impacto: aumento de productividad y menores desperdicios, con alta eficiencia energética y bajo nivel de costos asociados y mayor certeza del proceso productivo para agricultores. A futuro se espera empaquetar la solución para campo abierto -hoy lo hacen en menor medida- y lograr la sofisticación necesaria para llegar a los mercados europeos y asiáticos.
Por el momento, prometen ser los únicos que hacen que las plantas, sin mutar su genética, sean más inteligentes