Cómo cuido mis lucas
¿Llegó el oso? Las 10 claves para entender (y enfrentar) el bear market
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
En el mundo de los negocios se dice que Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, es el hombre con más información del mundo. Y que por eso su mensaje a inicios de junio generó tanto nerviosismo. El timonel del banco de inversión dijo que los agentes del mercado debían prepararse para un “huracán económico”, causado por los movimientos de la Reserva Federal y la guerra entre Rusia y Ucrania.
Sus palabras hacen referencia, en parte, a las cifras de inflación en Estados Unidos. El viernes de la semana pasada se anunció que el IPC norteamericano aumentó un 8,6% respecto al año anterior -un máximo en 40 años- lo que generó profundas repercusiones bursátiles en Wall Street a inicios de esta semana.
De hecho, los principales índices accionarios de EEUU han caído más de un 20% desde su valor más alto a principios de enero. Esto se conoce como “bear market” (mercado del oso). ¿Por qué? Si bien hay distintas teorías al respecto, la más conocida es que cuando el oso ataca lo hace dando un zarpazo hacia abajo intentando aplastar a su presa. Lo contrario es el bull market (cuando los mercados experimentan ganancias) y se refiere a que los toros levantan sus cuernos para embestir.
Ambas tendencias tienen repercusiones directas en los distintos mercados internacionales: el fenómeno inflacionario sigue subiendo, al igual que las tasas, lo que ha producido un freno en las inversiones. En Chile, si bien el IPSA ha tenido un buen año, analistas afirman que ha sido por el fenómeno alcista de SQM.
Incluso el mercado bajista ha repercutido a la industria de las criptomonedas: esta semana el precio del Bitcoin llegó a los US$ 20 mil, muy por debajo de su máximo histórico (US$ 67 mil) ocurrido en noviembre de 2021.
En el mercado inmobiliario nacional la actividad sigue siendo compleja. Si bien las tasas bajaron levemente, el rápido crecimiento de la UF preocupa a los interesados en adquirir o arrendar propiedades.
Es por eso que le pedimos a 10 expertos que analizaran diversos puntos del mercado bajista y que entreguen sus proyecciones a mediano y largo plazo.
Mercado accionario EEUU
En el entorno actual es muy fácil ser pesimista. La probabilidad de que la economía norteamericana entre en recesión sigue creciendo. Muchos lo vienen advirtiendo hace un rato. Por ejemplo, Larry Summers, ex secretario del Tesoro norteamericano, dice que cada vez que en EEUU la inflación ha sido de más de 4% y el desempleo de menos de 4%, el país ha entrado en recesión en los dos años siguientes. Para Bloomberg, la posibilidad de que USA entre en recesión en los próximos 12 meses es de poco más de 30%.
A diferencia de otras crisis en Estados Unidos, los bancos están en una posición más sólida, el mercado inmobiliario está en buen pie y las familias están con niveles bajos de endeudamiento. Además, aunque las compañías están endeudadas, la carga financiera es baja como consecuencia del prolongado período de bajas tasas de interés de los últimos años.
Si tienes inversiones en Estados Unidos, no es el momento de vender porque probablemente parte importante de la corrección ya ocurrió. Es más, si estás en posición de tomar más riesgo, invertir en un índice general como el S&P 500 es una buena idea porque hacerlo en momentos como este ayuda a lograr buenos retornos en el largo plazo. Warren Buffet nos recuerda que es bueno ser “temerosos cuando otros son codiciosos, y codiciosos cuando otros son temerosos”. De hecho, él ha salido de compras recientemente.
Para quienes quieran tomar una posición más conservadora, pero quieren mantener sus posiciones en el mercado accionario americano, empresas de consumo básico que no se ven muy afectadas por las crisis, o las del sector de salud que debieran ver una recuperación post Covid, podrían ser una buena alternativa para los próximos meses.
En el entorno actual es muy fácil ser pesimista respecto al mercado accionario en Estados Unidos. Pero la historia ha demostrado que la calma es una gran consejera en el mundo de las inversiones, que invertir mirando el largo plazo históricamente siempre ha tenido su recompensa, y que las correcciones profundas generan buenos oportunidades de compra.
Criptomonedas:
Jazmín Jorquera, gerenta de operaciones de Buda: “Gran parte de los proyectos se verán cuestionados”
Producto de la pandemia, Bitcoin y otras criptomonedas actuaron como instrumentos innovadores de inversión y ahorro. Las personas empezaron a buscar activos con mejor rendimiento que en el ecosistema tradicional, lo que provocó un aumento en la demanda y base de usuarios dentro de la industria cripto. Sin embargo, esperábamos que este año 2022 fuera un año de “bear market”, o mercado bajista, donde habría un descenso generalizado de las valorizaciones de Bitcoin, y por ende, del resto de las criptomonedas. Cuando esto ocurre, se generan cambios radicales dentro de la industria.
Dado que estamos en un “invierno cripto” los precios de las criptomonedas se verán muy ajustados y esto provocará que gran parte de los proyectos se vean cuestionados, en especial aquellos con fundamentos poco sólidos. Si no tienen una base sólida, como Bitcoin, seguirán desapareciendo, lo que provocará que el dinero de estos se transfiera a proyectos más confiables.
Además, Bitcoin ha demostrado tener un comportamiento cíclico, de cuatro años en promedio, y en donde la última corrección de este tipo ocurrió en el 2018, tras la corrida alcista del año anterior.
“Lo más importante de estos momentos, es recordar que Bitcoin sigue manteniendo sus fundamentos. Nada ha cambiado en su protocolo y funcionamiento. El valor tecnológico que propone esta criptomoneda sigue intacto, por lo tanto, sigue siendo un proyecto robusto que está revolucionando el sistema monetario”, dice Jorquera.
Renta fija:
Contrario a lo usualmente esperado del rol de la renta fija en una cartera diversificada de inversiones, esta ha contribuido en aumentar las pérdidas como también la volatilidad.
Ello se debe precisamente al principal factor que ha gatillado la corrección a la baja en los mercados: el temor de que las inflaciones altas y persistentes obliguen a los bancos centrales a elevar las tasas de interés mucho más de lo previsto anteriormente.
La reacción de la renta fija ha sido inusualmente fuerte, tanto en la magnitud como en la rapidez de los ajustes en precio. Incluso en mercados profundos, como los bonos del tesoro de EEUU, se han observado movimientos muy pronunciados en el espacio de tan solo días.
Recientemente, también se observa un ajuste en cuanto a que los rendimientos en los distintos plazos se han invertido, es decir, las tasas para menores plazos, como dos y cinco años, están por encima de plazos mayores como 10 y 20 años. Ha sido frecuente -aunque no necesariamente siempre- que esta forma invertida anticipe una futura recesión económica, en este caso, en EEUU.
Interesantemente, los bonos de países emergentes y de emisores corporativos han estado relativamente más tranquilos. Los primeros probablemente ya han reflejado en sus precios los movimientos que los bancos centrales de economías emergentes vienen aplicando desde hace tiempo.
Asimismo, un mejor panorama en los precios de materias primas también ha dado un mejor soporte a instrumentos que, en condiciones similares en el pasado, eran típicamente los que acusaban con mayor intensidad el aumento de tasas por parte de la Fed.
Commodities:
El Covid-19 primero y luego los problemas geopolíticos provocados por la invasión rusa en Ucrania, han provocado un aumento sostenido de los precios de las materias primas a nivel global. Tanto así, que algunos plantean que estaríamos atravesando las primeras etapas de “superciclo”, es decir, un período sostenido (que puede durar varios años) de crecimiento de la demanda superior a la oferta.
¿Cómo nos toca en Chile? El cobre es el gran ganador en este nuevo escenario, llegando a máximos históricos. Sin embargo, el llamado es a la cautela, sobre todo por la debilidad de la demanda china producto de sus bloqueos continuos por el Covid-19 en varias ciudades, y el impacto que ello podría provocar a nivel mundial en términos de ajustes de liquidez.
Además, las inversiones en materias primas, particularmente en metales como el cobre, son de ciclo muy largo, porque básicamente se invierte durante 15 a 20 años. Y no menor, los inversionistas van (vamos) a considerar cómo abordan los componentes ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza).
Mientras tanto, otros commodities golpean con fuerza las arcas fiscales y la de todos los chilenos. Sin ir más lejos, el precio de la energía pero sobre todo de los alimentos, siguen al alza.
Mercado inmobiliario:
Carolina Ortiz, subgerenta comercial de BMI Servicios Inmobiliarios: “Constructoras e inmobiliarias atraviesan un complejo escenario”
Frágil e incierto caracterizan el mercado inmobiliario actual, lo que se traduce en la falta de confianza y la baja en su actividad. La explicación está dada básicamente por los factores que inciden en la toma de decisiones de los desarrolladores: la incertidumbre jurídica y normativa junto a la incertidumbre política, tienen a los inversionistas en alerta y frenados en cuanto a su proyección de crecimiento e interés por nuevos negocios. Si a esto le sumamos el aumento de los costos de construcción, consecuencia del alza de materias primas y logística, nos encontramos con constructoras e inmobiliarias atravesando un complejo escenario.
Para los compradores la situación no es más favorable la dificultad para acceder a créditos hipotecarios y poca flexibilidad en entidades bancarias han provocado una baja en la demanda por viviendas, marcando un boom de arriendos en el último tiempo.
De todas maneras, consideramos que no estamos frente a una crisis inmobiliaria, ya que el mercado se encuentra en niveles sanos de stock, precios y velocidades de venta, que si bien han ido desacelerándose, aún se encuentran en niveles razonables.
Por último, se va a contraer la actividad, obligando a los distintos players de la industria ser más selectivos respecto a sus inversiones.
Acciones defensivas:
Las acciones defensivas en general son reconocidas como aquellas que, por un lado, no guardan relación directa con el ciclo económico, y que en períodos de menor actividad tienden a mostrar resultados más resilientes que otros pares.
Actualmente, dados los acontecimientos que han impactando los mercados a nivel mundial durante los últimos años, la definición de defensivo ha ido mutando.
En un contexto global, podemos encontrar compañías relacionadas con las materias primas, siempre consideradas como cíclicas, presentando resultados resilientes por precios de materias primas altos por desbalances en sus mercados, alto potencial de revalorización y generación de caja y pocos requerimientos de inversión.
Sectores relacionados con salud y consumo básico como alimentos, podrían ver mayor nivel de resiliencia en sus resultados en una economía más debilitada y, por tanto, las probabilidades de corrección de estimaciones de utilidades son menores y por lo tanto, sus valorizaciones tendrían un mayor soporte.
Luego tenemos las acciones value, es decir, aquellas que operan un negocio maduro y que presentan descuentos significativos respecto de su valorizaciones históricas, incluso ajustando por la corrección del mercado a nivel consolidado.
Hoy pareciera que este tipo de acciones son más defensivas en el sentido de que sus valorizaciones son atractivas y tienen implícitas correcciones importantes en términos de utilidades y que, en muchos casos, están presentando niveles de dividendos extraordinarios.
Tipo de cambio:
Continúan los argumentos sobre una posible estanflación en Chile, es decir, períodos con bajo crecimiento económico y acompañados de inflaciones altas. Esto hace que los inversionistas consideren estar más concentrados en UF en sus portafolios y activos, existiendo mayor presión sobre la moneda chilena.
Si bien el último dato de inflación arrojó una inflación anual de dos dígitos en 11,5%, podríamos seguir presentando presiones. Por ejemplo, la curva FWD (forward o contrato a plazo) tiene implícita una inflación de 10,5% para finales de este año, y si esto sucede, podríamos observar nuevos techos para el dólar.
Por otro lado, en períodos como estos de gran volatilidad se recomienda realizar una cobertura de los activos, bien sea con FWD de moneda o FWD de inflación. Todo va a depender de en qué moneda estén alocados los activos.
La expectativa de tasa en EEUU se encuentra para este año en 3,9% y al menos de 0,75% para este mes, lo que explica en gran medida el alza que vimos del tipo de cambio de las últimas jornadas. Por otro lado, si la Fed decide realizar un aumento de tasa mayor a lo estimado, podríamos ver nuevamente flujo de compra en la divisa y esta podría llegar a ubicarse sobre $ 870.
IPSA:
Los temores de una recesión en EEUU parecen no incidir en el comportamiento que experimentan las acciones locales, que gozan de márgenes de ganancias atractivos en el corto y mediano plazo, en línea con la excesiva liquidez que aún muestra la economía local.
Esto ha permitido revisar una perspectiva favorable para el mercado, el que a su vez se mantiene pendiente a la evolución política que presenta desafíos importantes de cara al plebiscito constitucional del 4 de septiembre.
La inflación, que ya alcanza dos dígitos en Chile, no deja de ser un factor a considerar. La depreciación del dinero obliga a los inversionistas a buscar activos de riesgo que puedan llegar a rendir de manera favorable y positiva en el mediano y largo plazo.
La perspectiva se mantendría favorable para las acciones de Latinoamérica, en particular las de Chile, por lo que mientras el S&P IPSA no pierda los 5 mil puntos, el cierre de este año debiese ser positivo. Los fundamentos señalan avances en el tiempo.
Uno de los sectores que mayor beneficio puede presentar es sin duda el financiero/bancario, que ante el incremento en las tasas de interés y la excesiva liquidez que predomina, ve como atractivos los futuros reportes que puedan seguir apuntando a resultados con amplios márgenes de rendimiento.
Por el contrario, el sector retail, ante las señales de desaceleración y el encarecimiento en las cifras de producción, podrían ver un menor dinamismo en comparación a lo visto durante el último año y medio.
Cómo aprovechar el bear market:
Vemos un mercado interesante en la renta fija nominal entre 1 a 2 años en donde se puede encontrar emisores de muy buena clasificación de riesgo sobre el 9% anual. También mercados más castigados como el local en el cual a pesar de la incertidumbre interna ha tenido un buen rendimiento este año debido a lo castigado que estaba
Para exponerse a estos activos se podrían comprar depósitos a plazo o mediante fondos mutuos de mediano plazo.Además, otro mercado interesante a medida que empiecen a reengancharse en tasas más altas es la deuda privada a través de fondos de inversión con tasas esperadas sobre el 10% con una muy buena diversificación.
Creemos que es muy aventurado decir que viene una gran caída, aunque la mezcla de inflación y menor crecimiento acrecienta esa visión creemos que no es del todo clara. Pero el mercado está muy dinámico con muchas variables (pandemia, guerra, inflación, entre otros) que lo están afectando y que ha hecho que mercados caigan más de un 30% desde sus máximos (como el Nasdaq).
Pero hay que estar muy atento a cómo se desarrollen los hechos y de cómo vengan si los resultados de las empresas este segundo trimestre y la percepción económica no empeora.
Alza de tasas:
Las alzas de tasas no han logrado hasta el momento controlar de forma decisiva la inflación global. A falta de esta evidencia, los inversionistas podrían seguir asumiendo que los bancos centrales necesitarán ser más agresivos en su política monetaria. Esto eleva el riesgo de afectar a la demanda más allá de lo previsto, lo que incrementa la posibilidad de una recesión global.
Para EEUU, en específico, continúa el debate respecto a si la Reserva Federal logrará diseñar un aterrizaje suave de la economía, lo que causa aversión al riesgo. Por ende, las valuaciones de la mayor parte de las clases de activos probablemente permanecerán volátiles en el corto plazo.
Este ambiente hace particularmente importante para el inversionista chileno cuidar de tres cosas. En primer lugar, optimizar la construcción del portafolio de inversión, es decir, asegurarse que la asignación estratégica de activos a renta fija, renta variable, e inversiones alternativas está alineada con el perfil de riesgo del inversionista. En segundo lugar, buscar una mayor diversificación del portafolio de inversión para proteger el patrimonio en un ambiente altamente incierto. Y en tercer lugar, mantener un portafolio defensivo.
Sugerimos enfocarse en empresas para las cuales las valuaciones no reflejen la estabilidad en ganancias corporativas y sólidas perspectivas de crecimiento que podrían ofrecer sus modelos de negocio. Otro factor importante es la fortaleza del balance, con un apalancamiento relativamente bajo que brinde protección contra el aumento de las tasas de interés.