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Análisis

Jadue y la lucha por la hegemonía del PC en la izquierda

Jadue y la lucha por la hegemonía del PC en la izquierda

La candidatura presidencial del alcalde de Recoleta -militante comunista que alguna vez perteneció a Schoenstatt y estuvo a punto de entrar al seminario- podría tener el mismo efecto que la de Beatriz Sánchez para el Frente Amplio en la primera vuelta de 2017: inyectar fuerza a las candidaturas al Parlamento para que el partido logre acercarse al 10% de representación en el Congreso.

Por: Rocío Montes | Publicado: Domingo 27 de septiembre de 2020 a las 04:00
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El candidato mejor posicionado de la oposición, de acuerdo a las encuestas: el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, militante comunista que alguna vez en la primera juventud perteneció a Schoenstatt y estuvo a punto de entrar al seminario. Pero que a última hora vio una luz roja que lo salvó, acostumbra a decir en broma el arquitecto y sociólogo.

Según la última Cadem, tiene un 7%, lo mismo que otros dos alcaldes de derecha, Joaquín Lavín (Las Condes) y Evelyn Matthei (Providencia). En Criteria, Jadue tiene la primera posición, con un 16%, seguido en empate técnico por Lavín (15%). En Activa, Lavín alcanza un 15% y Jadue un 11%.

En definitiva: a 14 meses de las presidenciales, Jadue tiene la primera posición en el mundo opositor.

El escenario, sin embargo, está líquido. Jadue tiene legitimidad, fuerza y ha destacado entre los ediles por su gestión. Es un político popular que gana espacios y que desde su trabajo en Recoleta logró convertirse en alcalde en 2012 –ganando nuevamente en 2016–, donde formó una base de poder (su compañera de partido, Karol Cariola, salió elegida por el distrito que integra esta comuna).

Pero si se analizan las encuestas, se advierte que lo que ha subido Jadue en respaldo, coincide con lo que ha ido perdiendo Beatriz Sánchez, que fue candidata del Frente Amplio en la última presidencial y que todavía no define si se animará a postular a La Moneda por segunda vez. Hace un año, en la Cadem, Jadue obtenía 3% y Sánchez 6%. Juntos, por lo tanto, en octubre de 2019 sumaban 9%. Actualmente, Jadue tiene 7% y Sánchez 2%: los mismos 9%.

 Una jugada estratégica

El voto de confianza del propio PC a Jadue como candidato presidencial no habría sido automático. En la ex Nueva Mayoría indican que recién a mediados de este 2020 la oficialidad del partido y sus principales líderes comenzaron a empujar la apuesta del alcalde de Recoleta: por la fuerza de la opinión pública y, de paso, por un asunto estratégico.

Si una candidatura del alcalde de Recoleta llega a la primera vuelta presidencial podría tener el mismo efecto que la de Sánchez para el Frente Amplio en las últimas parlamentarias de 2017: empujar las candidaturas al Congreso y aumentar la representación comunista en el Poder Legislativo. Con el 20,27% de Sánchez en la primera vuelta, el Frente Amplio logró elegir 20 diputados y un senador. El PC, actualmente, tiene ocho diputados (más Marisela Santibáñez, que fue elegida por el PRO).

En definitiva, en 2017 el PC logró en torno a un 5% de la fuerza parlamentaria en la Cámara de Diputados, menos de la mitad del Frente Amplio. Si de la mano de Jadue se acercara al 10% –lo que implicaría doblar su desempeño–, sería un rotundo éxito.

El capítulo Venezuela

Lo que ocurrió esta semana con respecto al informe ONU sobre Venezuela sería apenas una muestra de lo que le podría ocurrir en el camino a una candidatura de Jadue: necesariamente existiría una confrontación de los discursos entre un partido marxista-leninista, dogmático y que pertenece a una Internacional con un candidato que necesita estar con las tendencias generales del país, como la universalidad de los derechos humanos.

¿Convencimiento o táctica? “…condeno cualquier tipo de violación en el lugar que sea y venga de donde venga”, señaló Jadue el lunes, cinco días después de que se publicara el informe. El PC había afirmado que el trabajo de la ONU carecía de “pruebas fácticas” y, en un primer momento, Jadue había apostado al silencio.

El alcalde de Recoleta, militante del partido desde comienzos de los 90, no ha mostrado moderación en otras ocasiones con respecto a Venezuela. En julio del año pasado, Jadue se refirió personalmente a Bachelet, lo que no le perdonan en una parte de la centroizquierda: “Es inaceptable que informe de Bachelet no diga nada de los intentos de golpe que ella apoyó”, indicó sobre la alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Disputa con el Frente Amplio

El PC tiene vocación hegemónica y busca recuperar sus espacios en el mundo de la izquierda, lo que representa una fuerte amenaza para el Frente Amplio, que no tiene hasta el momento candidato presidencial ni una figura que pueda reemplazar a Sánchez en las elecciones de noviembre de 2021, la postulante natural del sector.

Esto explica, en parte, que Jadue busque distanciarse de los 20 años de gobiernos de la Concertación, pese a que si aspira a La Moneda deberá contar con el apoyo de este mundo: “La socialdemocracia neoliberal fue corresponsable de que hayamos llegado a un 18 de octubre”, señaló el alcalde a comienzos de mes.

En los diversos partidos de la ex Concertación existen dirigentes que podrían apoyar a Jadue en la presidencial. Incluso en la DC, donde la senadora Yasna Provoste se abrió a una primaria entre su partido y el PC para elegir un candidato común a La Moneda. En la centroizquierda, sin embargo, la opción de Jadue causa evidentes y fuertes resistencias y no solo entre los democratacristianos.

¿Quiere decir esto que no se pueda juntar nuevamente el vinagre y el aceite, como en la Nueva Mayoría?

La política chilena está abierta: desde que comenzó su retorno a la institucionalidad en 2005, esta es la primera vez que el PC tiene un candidato fuerte a La Moneda. La centroizquierda, en tanto, no tiene ninguno, al menos hasta este momento. A sus dirigentes los sobrevuela el fantasma de las elecciones francesas de 2002, cuando el socialista Jospin sacó el tercer lugar con el 16,18%, quedando fuera de la segunda vuelta. 

J. J. Jinks: The Fixer

Con su modo pulcro y atildado, el ministro de Justicia Luis Cordero se ha convertido en el llamado a arreglar las metidas de pata de sus pares en el gabinete y también las de su jefe. Su debut fue con los indultos presidenciales de diciembre (pareciera que fue hace un siglo).

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