Entre tanta causa judicial del mundo financiero y empresarial emergida en el último tiempo, el caso Swell, que surgió en 2021 luego de que uno de los socios de la gestora de inversiones Swell, Octavio Gamboa, se autodenunciara por presunta estafa, ha quedado algo olvidado. Sin embargo, la Fiscalía Metropolitana Oriente sigue su investigación.

En diciembre el 4º Juzgado de Garantía de Santiago accedió a la solicitud del fiscal Felipe Sepúlveda de aumentar el plazo para investigar “dado que a la fecha todavía quedan diligencias pendientes de realización”, explicó el persecutor.

Las tareas pendientes serían declaraciones e informes antes de que el Ministerio Público decida acusar a Gamboa y a los ex ejecutivos de la fallida Swell. Abogados de la causa explican que el fiscal decidirá en marzo entre acusar e ir a un juicio oral, o, negociar una salida alternativa.

El tribunal accedió a lo solicitado y dio 60 días más de investigación, a contar del 20 de diciembre. En junio, la Fiscalía ya había solicitado un aumento de plazo de seis meses más para la investigación que inició en julio de 2021.

Además, en diciembre se modificó la la medida cautelar de arresto domiciliario a sólo nocturno para Gamboa.

Todo esto además se da en medio de una deuda que apremia al ex socio de Swell: en mayo se condenó a “Octavio Gamboa Fernández e Inversiones Boris Limitada a pagar solidariamente a Swell Capital SpA, la suma única y total de $ 6.900.000.000 (seis mil novecientos millones de pesos), por concepto de daño emergente, más reajustes e intereses”, lo que aún no se concreta.

Otro de los imputados en la causa es el ex mano derecha de Gamboa, Michael Suárez, a quien el tribunal le congeló una indemnización de $ 50 millones que había ganado en una demanda laboral a su ex empleador Swell.

Sobre él, el tribunal definió a principios de este mes modificar su medida cautelar a arresto domiciliario nocturno en su domicilio entre las 22:00 horas y 06:00 horas del día siguiente, además de arraigo nacional.