Desde que se hizo pública la acusación de violación en contra del exsubsecretario de Interior, hace cerca de un mes, el testimonio del conductor del taxi que Manuel Monsalve junto a la denunciante abordaron la noche del 22 de septiembre -en las cercanías del restaurante Ají Seco Místico- resultaba clave. Luego de que el Ministerio Público diera con el taxista, parte de su declaración se filtró a los medios. 

Según una nota publicada por La Segunda el martes 12, esa noche el taxi recogió a Monsalve y su denunciante cerca de las 00:00. Primero, se habrían dirigido al domicilio de la mujer de 32 años (cuya dirección se mantiene bajo reserva). Allí la joven, en evidente mal estado debido al consumo de alcohol, intentó bajarse, pero tras un diálogo con su acompañante, desistió y continuaron rumbo al Hotel Panamericano, donde residía el exsubsecretario. En ese tramo ella vomitó y manifestó en más de una oportunidad su deseo de interrumpir el viaje. 

Quienes han tenido acceso a la declaración del conductor del Toyota Yaris 2013, relatan que según la versión del taxista fue la mujer quien paró el auto esa noche y luego habría metido la mitad de su cuerpo por la ventana del piloto. “Lo intentó saludar con un beso en la boca al mismo tiempo que le pidió ayuda, señalándole que no quería ir con el sujeto con el que estaba”, dijeron en T13 radio. La mujer se subió al puesto de copiloto por la ventana, mientras Monsalve se ubicó en el asiento trasero. El taxista declaró que en el trayecto hacia el domicilio de ella, ambos pasajeros conversaron amistosamente, incluso se trataron de “amor”.

En un momento ella comenzó a meterse los dedos a la boca para vomitar, por lo que el conductor paró el auto y luego la ayudó a limpiarse. Siguieron camino al destino. Esa carrera costó $3.500, pero el exsubsecretario -a quien entonces no reconoció- le pagó $20.000 en efectivo por las molestias.

 Los pasajeros se bajaron y comenzaron a hablar, mientras el taxista limpiaba el auto.

Declaró que no vio un forcejeo entre ellos, no obstante él la tomaba del brazo para ayudarla a estabilizarse “pues estaba muy ebria”. Minutos después vuelven al auto y ella le manifiesta que no quiere ir con el sujeto. Se sube de nuevo al puesto del copiloto y el hombre a la parte trasera. Monsalve le comenta que están confundidos de dirección, que se dirija a Vicuña Mackenna, y luego añade que al Hotel Panamericano.

Que ella no dijo nada, y que estaba muy ebria y quizás drogada, reiteró el taxista en su testimonio. Al llegar, el pasajero le dio otros $ 20 mil en efectivo. Al bajarse, ella le sugirió al taxista que los acompañara, lo que el testigo interpretó como para no quedarse sola con su acompañante.

 Miércoles 13: Habla el padre de la denunciante

Doce horas antes de la detención de Manuel Monsalve en Viña del Mar, el padre de la denunciante -identificado como Patricio- apareció por primera vez en televisión, donde dijo que se enteró “varios días después de que ocurrieran los hechos”.

Inmediatamente, relató a CHV Noticias, viajó a Santiago y le propuso a su hija denunciar ante el Ministerio Público. Además, dijo que conocía a Manuel Monsalve porque ambos compartían militancia socialista a mediados de los 90: “Teníamos una relación política (...). Pero quiero dejar claro que nunca trabajé con él. Jamás fui dependiente de él laboralmente”.

El padre negó que el exsubsecretario se comunicó con la familia de la denunciante en el viaje que realizó a Concepción previo a su renuncia. “No conversó con ningún familiar directo, ese contacto no existió”, aclaró. Para terminar, manifestó que Monsalve es, a su juicio, culpable: “Nadie recibe una denuncia de esta magnitud porque sí. Las cosas ocurrieron. Aquí hubo una persona que cometió un delito, por lo tanto, es un criminal y tiene que pagar de acuerdo como indica la ley”.

De traje oscuro, camisa blanca, sin corbata. Así, sorprendentemente formal, iba vestido Manuel Monsalve cuando fue detenido por la PDI en su residencia en Viña del Mar. La orden de detención fue solicitada por la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, que lidera Xavier Armendáriz, y autorizada por el 7° Juzgado de Garantía de Santiago. 

Eran las 10.43 de la mañana del jueves 14 cuando Monsalve salió de su domicilio, en un edificio del sector Agua Santa, sentado en el asiento trasero del vehículo policial, entre dos detectives. En ese auto -una Tucson gris- fue trasladado hasta Santiago, en una ruta de 130 kilómetros donde fue seguido en todo momento por la prensa. 

Su defensa, encabezada por la abogada María Inés Horvitz, no sabía de la acción judicial, sino que se enteró de la detención al ver en vivo la imagen en TV. 

Monsalve llegó pasado el mediodía a la Brigada de Delitos Sexuales Metropolitana de la PDI, en Ñuñoa. Cuando se bajó del vehículo, se le vio esposado. 

Diez minutos después de la detención, el Presidente Gabriel Boric -cuyo actuar en este caso ha sido duramente cuestionado- posteó escuetamente en la red X: “En Chile nadie está por sobre la ley”. 

También lo hizo la ministra Carolina Tohá, otra de las autoridades que ha recibido críticas y que fue sorprendida por la noticia de la detención del ex subsecretario mientras ella estaba en La Moneda en reunión con senadores socialistas. La secretaria de Estado escribió en X que la postura del gobierno ha sido que se investigue hasta el final, se conozca la verdad y la justicia actúe, y que “lo sucedido en el día de hoy va en esa dirección”.

A las 14 horas, uno de los abogados de Monsalve, Lino Disi, llegó a verlo a las dependencias de la PDI. En conversación con la prensa, calificó de “injustificada” su detención.

El ex subsecretario del Interior pasó la noche en un calabozo de esa dependencia de la policía civil.

A las 8:45 am del viernes, Manuel Monsalve llegó al Centro de Justicia en un Hyundai Tucson gris, acompañado de efectivos de la PDI. Mientras el vehículo trataba de ingresar al estacionamiento, el exsubsecretario del Interior mantuvo firme su mirada al frente e ignoró las decenas de cámaras que lo apuntaban. 

26 minutos después, el imputado ingresó esposado a la sala 103 del edificio C, escoltado por oficiales del Grupo de Traslado de Alto Riesgo de Gendarmería. Saludó a sus abogados y se sentó a la izquierda de la mesa, frente al magistrado del 7° Juzgado de Garantía de Santiago, Mario Cayul. A las 9:17, su representante, María Inés Horvitz, solicitó que a su cliente le quitaran sus esposas.

Una hora después, a las 10:14, el fiscal Xavier Armendáriz tomó la palabra y describió, en solo cuatro minutos, los dos hechos de la formalización: el primero, ocurrido el 22 de septiembre, cuando se reunió la querellante con el acusado en el restaurante Ají Seco Místico. “Horas más tarde”, describió, “encontrándose la víctima gravemente afectada por la alta ingesta de alcohol, fue conducida por el imputado al interior de la habitación número 719 del Hotel Panamericano”.

En ese lugar, aseguró, habría sido violada por la ex autoridad. El segundo hecho corresponde a la mañana siguiente, cuando el imputado se acercó a la víctima y presuntamente abusó sexualmente de ella. A partir de ahí, la instancia se volvió reservada. 

A las 10:50, en un receso de la audiencia, María Inés Horvitz entregó detalles de la detención de su cliente: afirmó, por ejemplo, que se enteró por la prensa de las diligencias del Ministerio Público en la mañana del jueves 14. “Alguien me dijo: ‘Mira TVN’. ¡Ahí veo que hay este despliegue monumental cuando nosotros siempre dijimos que lo poníamos a disposición!”. 

Cerca de las 15:00 se retomó la audiencia y el juez Cayul notificó lo que ya muchos intuían: la formalización se retomará el martes 19 de noviembre, a las 9:00. Mientras tanto, detalló, el imputado Manuel Monsalve seguirá privado de libertad, pero no en una cárcel pública. “Voy a disponer que su situación de privación de libertad, de detenido en tránsito, va a ser en una unidad policial”.

“¿Está consciente, señor Monsalve, imputado en esta causa, que va a quedar detenido y que es una peticion de su defensa para tener más tiempo para preparar su defensa?”, le preguntó, al final de la audiencia, el magistrado Cayul al exsubsecretario. Monsalve, serio, respondió: “Sí magistrado, estoy totalmente consciente”.