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Ecuestre Pie Andino, el proyecto que prepara Pedro Pablo Errázuriz

Ecuestre Pie Andino, el proyecto que prepara Pedro Pablo Errázuriz
El exministro de Transportes junto a Matías Walker Cerda están más que entusiasmados con este proyecto ecuestre en Chicureo.
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Hace unos años, ocurrió una anécdota. Pedro Pablo Errázuriz, el exministro de Transportes, y Matías Walker Cerda, licenciado en historia, pero que ha dedicado su vida a la equitación y a trabajar en el rubro ecuestre, habían encargado cada uno un caballo. Los ejemplares llegaron desde el sur, en el mismo camión. Y como era de noche, al entregarlos a sus respectivos dueños, hubo una confusión y Errázuriz recibió el ejemplar más joven, que era de Walker, y este último recibió el de más edad, que era de Errázuriz. El exministro terminó encariñándose tanto con el caballo que no era propio, que lo terminó comprando.
La relación entre ambos propietarios se mantuvo en el tiempo, y hoy ambos son socios en un proyecto que los tiene más que entusiasmados. Se trata de la puesta en marcha de un centro ecuestre en Chicureo, en la zona donde parte el camino Pie Andino, hacia La Dehesa.
Ecuestre Pie Andino se llama la iniciativa que comenzaron a trabajar hace cosa de un año y para el que Errázuriz adquirió un paño de seis hectáreas en ese sector del norte de Santiago. El lugar era propiedad de Inmobiliaria Manquehue, pero ya funcionaba con instalaciones ecuestres, que primero estuvieron ligadas a la Hacienda Chicureo y luego como una concesión a una particular.
Y si bien el terreno ahora es de su propiedad, para gestionar la iniciativa Errázuriz creó con Walker una sociedad administradora. De nombre Des - Bocados, esta gestora está integrada por ambos, quienes se conocían además del Club de Polo, pues cuando Walker fue jefe de equitación en esta entidad, Errázuriz tomó clases con él.
“Este es el proyecto que yo considero de más largo plazo y al que espero dedicarle mucha energía”, cuenta Pedro Pablo Errázuriz, mientras Matías Walker plantea que no buscan que sea un club, sino una actividad lo más abierta posible, pues entendiendo que es una actividad de nicho y no masiva -por su costo-, de todas formas, quieren que sea abierta a la comunidad, y no solo para jinetes profesionales o con fines de competición.
Así, con este centro están albergando variada gama de actividades relacionadas al mundo ecuestre: salto competitivo, equitación recreativa, adiestramiento, enduro, enganches (coches), clases de equitación, recorridos por los cerros, compra y venta de caballos, picadero, así como actividades anexas, que van desde cafetería, restaurant, hasta centro de eventos.
En definitiva, Errázuriz describe que busca ser un centro que mezcle deporte y vida al aire libre tanto para los amantes de los caballos, como también para quienes no son jinetes, pero gustan mirar y participar con fines recreacionales. Un proyecto que tiene mucho de “romanticismo”, describe el exministro.
Con una inversión de unas 70 mil UF -el equivalente a unos $3 mil millones-, Ecuestre Pie Andino no es una fundación o actividad filantrópica, sino que un proyecto comercial con un modelo de negocios, que se basa en ingresos venidos principalmente del arriendo de las instalaciones, como las pesebreras.
Hoy en sus instalaciones posee una cancha remodelada, otra completamente nueva, un picadero, una nave de pesebreras con capacidad para 45 ejemplares, están construyendo otra nave nueva, con capacidad para 35 más, y ya visualizan una tercera nave, “porque estamos llenos y necesitamos crecer”, dice Walker.
Errázuriz explica que para que sea sostenible en el tiempo, obviamente que busca que el centro ecuestre sea comercialmente viable. Por ello, incluso trabajaron sometiendo la iniciativa a una evaluación ante un grupo de trabajo de alumnos de ingeniería de la PUC -que se dedican a la evaluación de proyectos reales-, para proyectar su viabilidad y números, arrojando como resultado que el centro podría tener rentabilidades similares al sector inmobiliario, entre el 5 y el 12%. “Los números dan”, dice Walker.
¿De dónde viene la afición de Errázuriz por los caballos? De toda la vida, explica el exministro. Cuenta que, de niño, pasaba los veranos en el campo familiar ubicado en Rosario, al sur de Rancagua, llamado El Delirio, que era de su abuelo materno, Arturo Domínguez. Y allí Errázuriz acostumbraba a pasar su tiempo en los potreros, con los caballos sueltos, generándole una relación de mucha cercanía, no como jinete, sino que muy similar -describe-, a la que muchas personas desarrollan con sus mascotas (perros, gatos).
Como jinete de campo, el gusto le quedó para toda la vida, si bien luego al crecer y pasar a la vida adulta, obviamente se produjo un alejamiento natural del campo y de los caballos. Como ingeniero civil de la PUC y con post grado en la London School of Economics (LSE), Errázuriz desarrolló una dilatada carrera ejecutiva en el mundo privado -fue presidente de compañías como Saesa, Essbio y Esval-, y también pública, con el ya mencionado cargo como ministro de Estado y también como director de empresas públicas, pues fue presidente de EFE y fue director de Codelco, cargo que culminó hace pocos días.
Errazuriz calcula que el proyecto estará en condiciones de ser inaugurado oficialmente en un año más, si bien ya está funcionando.
Perfumes, vinos y más
Tras su estadía en el sector público, Errázuriz regresó con todo a sus negocios personales. Entre ellos están la sociedad Gestora de Establecimientos Educacionales, que opera cuatro colegios, uno particular subvencionado (San Antonio) y tres privados (San Nicolás, Santa Elena y Campvs College), en sociedad con Jorge Lesser y Karina Bottinelli.
Asimismo, con Felipe Kast y Felipe Urzúa, pusieron en marcha Fueguia 1833, una muy poco convencional perfumería que opera con un local en Casacostanera, y que funciona como una galería de perfumes de autor y arte botánico, con vendimia de los componentes naturales de los perfumes, que son creaciones. Este es un negocio ideado por el argentino Julián Bedel, y que cuenta con otras galerías similares en el mundo. La de Chile funciona como una franquicia o representación.
Otro negocio en el que participa Errázuriz y su familia es BZero, en sociedad con el exjefe de gabinete del ministerio de Transportes, Ignacio Ovalle, Kyklos y Vicente Peró. BZero se dedica a asesorar a compañías para diseñar e implementar la gestión de residuos sólidos, y medirlos.
Y, además, Errázuriz participa de un negocio familiar, con su madre y sus hermanos, la vitivinícola Berta Family Wines que, ubicada en el valle del Itata -270 hectáreas, de las cuales 100 está plantadas con viñas-, se dedica a producir vinos de cepas como cinsault, malbec, entre otras, y que en los últimos meses ha desarrollado una veta turística, a partir de la centenaria bodega de la compañía, que está cerca de San Nicolás, que data de 1915, y que restauraron. Allí los directores son la madre, Berta Domínguez, y los hermanos Berta, Magdalena, Juan Andrés, Felipe y Arturo -quien lidera la gestión de la vitivinícola-, además de Pedro Pablo Errazuriz.