“Los familiares de mi madre tenían un castillo en Escocia que utilizaban como atracción turística”, cuenta Germán Claro desde Colchagua.

“Yo tenía como 20 años, no tenía estudios universitarios y se me ocurrió hacerlo acá”, agrega. A partir de la década de 1980, al entonces incipiente empresario le surgió la idea de implementar el turismo en la zona y le pidió permiso a su familia para desarrollar un hotel boutique en una antiquísima casona ubicada a 124 kilómetros de Santiago.

“Ahí me tiré al agua. Cuando me prestaron la casa no tenía ni un peso. Empecé ‘aplanando calles’, con una idea que era absolutamente de locos. Hacer un turismo de cultura en Chile es de los más difíciles de desarrollar”, relata.

Actualmente cuentan con 14 dormitorios habilitados, sin contar los salones, en una superficie que supera los cinco mil metros cuadrados. “Yo diría que Los Lingues es la base de los hoteles boutique en Chile y me atrevería a decir que en América del Sur. Esta es una casa de varios períodos diferentes de arquitectura y la gracia que tiene es que está toda decorada con sus muebles de época. Todas las habitaciones son diferentes unas a otras y muchas tienen objetos históricos”, cuenta el empresario.

Germán Claro Lyon es el primogénito de Germán Claro Lira y María Elena Lyon Valverde y pertenece a la decimoctava generación de una familia que, con la llegada de su última tataranieta, alcanzó la vigésima. “Somos número 20 del mundo en el ranking de empresas que han estado en la misma familia por más tiempo”, cuenta Claro Lyon para explicar por qué son considerados el negocio familiar más longevo en América Latina.

El caso de Los Lingues fue objeto de estudio en las universidades de Carolina del Norte y Católica de Concepción. La académica estadounidense Dianne Welshle dedicó el capítulo 18 de su libro Global Entrepreneurship a la historia de la hacienda, que debido a la pandemia se reinventó con un proyecto inmobiliario que incluirá internet satelital, gracias a las pruebas de Starlink, la compañía perteneciente al magnate de origen sudafricano Elon Musk, que escogió a Chile para dar inicio a sus operaciones en América Latina.

“Esperamos de aquí a diciembre, según lo que dice la prensa, poder ya estar conectados a los satélites de Starlink para tener internet”, cuenta un entusiasmado Claro. El proyecto llega justo en un momento en el que el loteo de propiedades se ha hecho parte central de su negocio y en el que han visto cómo la pandemia ha aumentado las ganas de la gente por alejarse de Santiago y trabajar vía remota en sectores más tranquilos y rurales.

Para esto, se han enfocado en tener fibra óptica y cableado en todos sus sitios, para así poder ofrecer una mejor experiencia de internet a sus compradores. “En el momento en que Starlink esté funcionando, tú ya tienes conexión a internet de alta velocidad y la gente puede trabajar acá. Para nosotros esto es una realidad más que algo futuro, porque la cantidad de casas construyéndose y la cantidad de gente que se ha venido a vivir es increíble. Esto ha sido un boom”, remata el empresario.

Hotel boutique y otros negocios

Desde que comenzó la pandemia el hotel se encuentra cerrado, por lo que se hizo sumamente necesario solucionar el alto costo de mantención del recinto. “Tenemos un lugar que se llamaba Reserva Miravalles, que se echó a andar nuevamente”, cuenta Claro. Se trata de  un proyecto inmobiliario de 144 sitios de 90 hectáreas y ahora comenzarán a desarrollar un nuevo loteo de 26 sitios       -Las Lomas de Miravalles- que cuentan con toda su electrificación bajo tierra.

Según relata el empresario, también ha participado en el rubro agrícola, en su momento fabricaron su propia línea de implementos de porcelana y se han adentrado en el mundo de los vinos con una marca propia. Además, cuenta que, a partir del próximo año deberían empezar a funcionar como fundación, lo que les permitirá proyectar de mejor forma la administración de las 2.000 hectáreas que poseen. 

Litigio con el Estado

No todo ha sido fácil para el empresario. Cuando Claro partió con el hotel, en 1983, inscribió en el Registro de Propiedad Industrial a la marca “Los Lingues”. Sin embargo, cuenta que una viña del sector perteneciente a Casa Silva comenzó a utilizar el nombre para sus vinos. Así fue como en 2008, Claro Lyon interpuso una demanda contra la empresa vitivinícola.

El juicio, que escaló hasta la Corte Suprema, finalmente fue ganado por la hacienda en 2015, cuando el máximo tribunal zanjó la disputa, obligando a Casa Silva a eliminar los productos que llevaran el nombre de la marca “Los Lingues” del mercado, por uso no autorizado de éste, pero dejando sin posibilidad de discusión la posible indemnización que solicitaba la parte demandante.

Sin embargo, los problemas relacionados a esto no se acaban para Claro. En estos momentos están impugnando al Estado de Chile porque designaron el nombre de la marca “Los Lingues” como una denominación de origen respecto al lugar geográfico en el que está ubicada. “A nuestro juicio, es un decreto espurio, lleno de vicios por todos lados y se está trabajando para anular dicho decreto”, reclama Claro.