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Bonos, acciones y no pestañear: la guía para un incierto clima de inversiones en 2023
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Ya en el umbral de 2023 pareciera que los lentes del inversionista están algo empañados por la acelerada inflación, así como por un coro de bancos centrales dispuestos a contenerla por las buenas o por las malas. En este contexto, los expertos aconsejan ir observando con prudencia el desarrollo de los acontecimientos, no sin dar su apoyo a algunos sectores que podrían brillar.
"A diferencia de otros años, 2023 es un año especialmente difícil donde hay que tener una perspectiva de paso a paso y estar prestos a hacer ciertos ajustes, en vez de dejar la cartera en enero y volver a mirarla al cierre de año", dijo el jefe de estrategias de inversión de Principal AGF, Jorge Herrera.
"Será un año de más riesgos, asociados a distintos sectores de la economía que se verán golpeados unos más que otros, y a un nivel de tasa que tiene muy complicado al sector inmobiliario", afirmó por su parte el CEO de Levannta, Manuel Astaburuaga.
Las grandes interrogantes que plantea Herra son las siguientes: ¿Se va a lograr controlar la inflación? ¿Qué tan rápido va a ser? ¿Habrá recesión? ¿Qué tan profunda será? ¿Cuánto tiempo va a durar? "Todavía tiene que correr un poco más de agua bajo el puente para responder estas preguntas", sostuvo el ejecutivo.
Y en el camino también se cruzan una serie de riesgos, señaló el director de asesoría y productos para las Américas de Julius Baer, Esteban Polidura.
"En primer lugar está un posible error de política monetaria, es decir, tasas de bancos centrales lo suficientemente altas por un tiempo considerable de tal forma que se afecte el crecimiento económico global de forma estructural. Esto podría llevar al mundo a una recesión prolongada", advirtió.
"En segundo lugar está el riesgo geopolítico. Las tensiones entre varias de las grandes potencias continúan y podrían acrecentarse en cualquier momento, lo que podría afectar rápidamente los patrones de consumo y el apetito por riesgo de los inversionistas", dijo el ejecutivo.
¿Qué portafolio elegir?
En este escenario cargado (por el momento) de una buena dosis de incertidumbre, analistas coinciden en que la distribución de las categorías de activos es en general pareja.
"Pensando en un perfil balanceado global, la proporción entre activos de renta fija y renta variable se encuentra en 50% y 50%, en donde la proporción entre el mercado local y el internacional está en una misma proporción", señaló el estratega sénior de Bci Corredores de Bolsa, Andrés Cáceres.
Todo esto, puntualizó, considerando los distintos escenarios de riesgo tales como un excesivo ajuste de los bancos centrales o un recrudecimiento de la guerra en Ucrania, pero estimando una rápida recuperación de las economías.
"En términos de posicionamiento regional, nuestra mirada está en ponderar renta variable de economías emergentes, en particular China y Latinoamérica, por sobre los mercados accionarios desarrollados", indicó Cáceres.
Polidura lanza los siguientes números para un portafolio balanceado: 49% en renta variable, 38% en renta fija, 6% en activos alternativos y 7% en efectivo para oportunidades tácticas.
El caso de los bonos
Astaburuaga señaló que los inversionistas están abordando con mucho interés la renta fija tanto a nivel global como en Chile, en una clara apuesta a las tasas de interés caigan. Esto incluye bonos corporativos y deuda soberana.
"Cuando las tasas caen, todos los activos de renta fija se valorizan. Como las tasas están tan altas, hay muchos de estos activos que están a niveles de precios no vistos hace muchos años", apuntó.
Cáceres coincidió en que la renta fija luce atractiva de cara a 2023, considerando escenarios donde las tasas de interés verían una normalización a partir del segundo trimestre y hacia la segunda mitad del año.
Herrera señaló que "a nivel de renta fija local, desde hace unos meses ya nos hemos estado pasando desde UF a pesos chilenos, ante esta mayor expectativa de que la inflación empezaría a ceder. El siguiente paso que uno empieza a ejecutar de a poco es alargar las duraciones".
Y agregó que en el caso de la renta fija internacional, no han querido expandir sus apuestas a bonos de alto rendimiento (high-yield) o que no cuenten con grado de inversión, en vista del mal pasar financiero que podrían tener las empresas en una eventual desaceleración económica.
Julius Baer soporta algo más de riesgo en sus posiciones de crédito. "En renta fija, nos gusta la parte alta de la deuda con mejores calificaciones y asignaciones más pequeñas a deuda con grado especulativo", indicó Polidura.
Picando fino
Herrera también señaló una serie de otras ventanas donde el inversionista puede entrar a buscar ganancias una vez asimilado el panorama general, aunque recomienda no apostar demasiado hasta que haya mayor claridad.
Desalentados por el inusual avance de la inflación en Japón y por los discursos presidenciales en Brasil que han dado anticipos de un mayor gasto público, el ejecutivo contó que Principal optó por neutralizar estas posiciones.
El capital viajó a China, por las perspectivas de recuperación que surgen una vez abandonada la estrategia cero Covid, y a India, como uno de los países asiáticos donde la inflación está relativamente controlada o forma parte de un paisaje ya conocido.
Polidura, por su parte, detalló que en sus posiciones corporativas de renta variable, "favorecemos a los mercados desarrollados, y asignaciones más pequeñas a temas como sector salud, bienes raíces, Singapur y Canadá".
"Finalmente, dentro de inversiones alternativas, el capital y deuda privados, así como los hedge funds, podrían traer beneficios de diversificación a la cartera. Esto, siempre y cuando el inversionista esté consciente de los patrones de riesgo-rendimiento de estas clases de activos", añadió.
También el IPSA
Cáceres señaló que la propia bolsa chilena es un lugar donde 2023 de todas maneras ofrece oportunidades. "Los niveles de 5.320 puntos por parte del S&P IPSA son una siguiente referencia que, en caso ser superada, abre espacio hacia los 5.400 y en extensión hasta los 5.600", detalló.
"Hay que recordar que para el 2023 los modelos nos muestran un IPSA en niveles alrededor de 6.500 puntos, aproximadamente 22% más desde los niveles actuales, principalmente por el efecto que tendría en valorizaciones de acciones una disminución de tasa de política monetaria hacia niveles de 6,5%, que es lo que estimamos en nuestro escenario base", sostuvo el ejecutivo.