Click acá para ir directamente al contenido

Glocal

Fernando Wilson sobre la guerra Israel-Hamas: “Veo poco probable que esto escale a un conflicto global”

Fernando Wilson sobre la guerra Israel-Hamas: “Veo poco probable que esto escale a un conflicto global”

En una semana marcada por la explosión de un hospital en Gaza, cuyos orígenes aún se desconocen, y que obligó a suspender una reunión de alto nivel en Aman con los líderes de EEUU, Egipto y Palestina, el historiador viñamarino analiza los hechos: celebra la visita del Presidente Joe Biden a Israel y asegura que la actitud que ha mostrado Hamas en los últimos días abre una “ventanita” a una futura negociación.

Por: María José Gutiérrez - Foto: Verónica Ortiz | Publicado: Sábado 21 de octubre de 2023 a las 21:00
  • T+
  • T-
Cuando todo pareciera apuntar hacia una inminente escalada del conflicto en Medio Oriente, el doctor en Historia de la UAI Fernando Wilson pone paños fríos. Magíster en Ciencia Política y experto en Relaciones Internacionales, su fuerte, reconoce, es precisamente poner en perspectiva política los hechos y sacarlos de la coyuntura.

Wilson (53) hijo de padre naval, se crió en Viña del Mar, jugando entre armamento militar. Literalmente. Desde ese lugar fue que comenzó a reflexionar sobre lo que lleva a construir material de guerra. “Te das cuenta de que lo militar es solamente una de las herramientas del poder nacional. Está el poder duro, el poder blando, las herramientas alternas y hay una discusión enorme en cómo entendemos nosotros la guerra”, dice. 

El tema palestino-israelí lo ha seguido de cerca desde que era adolescente. “Es interesante cómo evoluciona desde una perspectiva de guerras convencionales entre Estados en el marco de la Guerra Fría, a un conflicto asimétrico en el cual comienzan a primar actores que no necesariamente cooperan entre sí, que tienen objetivos totalmente diferentes, pero mantienen una mirada antagónica en un sentido político”, señala.

“Por ejemplo, hoy día la Autoridad Nacional Palestina y Hamas se odian. De hecho, Hamas le dio un golpe de Estado y le impidió a Al Fatah hacerse cargo del gobierno de Gaza cuando perdió Hamas. No le entregaron el gobierno y son para todos los efectos prácticos, una autoridad dictatorial desde el 2007. Hamas no es un grupo pro palestino, es un grupo islamista mesiánico que lo que busca es crear un califato, una teocracia que incluso mira con desconfianza a Irán. No le interesa negociar con nadie. Tiene una visión que en ese sentido se define como escatológica. Estos gallos en algún sentido quieren destruir el mundo para construir su mundo en sí”, señala.

- ¿Y Hezbollah? Muchos apuntan a ese grupo como una de las mayores amenazas en caso de que se metan directamente en la guerra contra Israel.
- Hezbollah partió exactamente igual. Pero el hecho de que ellos hayan crecido, hayan ganado poder dentro del Líbano, que tengan que relacionarse con Irán, que hayan enviado tropas a apoyar a Assad en Siria, los obligó a ponerse pantalones largos, asumir las responsabilidades que trae el poder. Hoy Hezbollah es un partido de gobierno en Líbano, y no puede arriesgarse a generar un escenario político estratégico en el cual se les destruya completamente como Hamas está dispuesto a que le pase. Hezbollah no puede entrar fuerte a Israel.
Primero, porque tiene la mayoría de sus fuerzas comprometidas en combate en Siria y si las saca, se cae el castillo de naipes en Siria. Y está el tema de la responsabilidad política que ellos tienen en el Líbano. Y ahí hay un elemento que es crítico: fue el grupo más vociferante y activo y anti israelí, pero hoy que está en una posición de poder, tiene que ejercer ese poder de forma razonable, porque si no -suprema paradoja- puede perder escaños. Además que este no es el momento para que Hezbollah desafíe a Israel, porque no solamente no lo vas a pillar con una sorpresa estratégica, sino que además está francamente choreado por la sorpresa estratégica que le tiró Hamas. 

- Hay quienes postulan lo contrario, que es el momento para hacer a Israel dividir sus fuerzas. 
- Las Fuerzas Armadas israelíes están diseñadas para poder pelear en tres frentes de ejércitos convencionales árabes equipados por la Unión Soviética, es decir, unos volúmenes de fuerzas descomunales. El único ejército que le podría dar problemas, es decir, que se despeine o quizás hasta transpire un poco, es Egipto. Tanque contra tanque no les van a ganar, pero sí son vulnerables debido a que por su baja demografía y al hecho de que el ejército es un ejército ciudadano movilizado, cada día que tienes al ejército movilizado es un día menos de PGB. Entonces a través de acciones asimétricas, guerrilla, terrorismo -para lo que los árabes han encontrado que tienen una habilidad formidable- pueden mantener al Estado de Israel en tensión permanente y forzar a los israelíes a bailar su melodía.

- El jueves EEUU instó a sus ciudadanos a salir del Líbano, ¿no es eso una señal de una eventual irrupción de Hezbollah?
- No, al revés. Lo que pasa es que en estos momentos los israelies están interrumpiendo las rutas logísticas que usa Irán para abastecer a Hezbollah y a la Siria de Bashir al Asad, de armamento y municiones, entonces los israelíes realizan ataques frecuentes regulares sobre ese tipo de depósitos, arsenales, columnas de camiones para mandar el mensaje de que están atentos a cualquier variación en ese sentido. El temor que tienen los norteamericanos es que algún ciudadano, sobre todo de ONGs, etc, quede atrapado entremedio del fuego de un ataque aéreo israelí sobre un arsenal irani en territorio libanés o sirio. 

- Hay temor de que la guerra se vuelva un conflicto regional y global, ¿cree que eso suceda?
- No soy de los temerosos de esta fuerza del norte porque de alguna forma la fracasada cumbre de Amán -que debería haberse celebrado el jueves en Jordania, a la que fue Joe Biden y que el rey Abdalá II estaba armando en Londres- lo que buscaba era manejar el nivel estratégico de este conflicto. No podemos quedarnos solamente con el enfrentamiento táctico en Gaza, es decir que los israelíes meten al comando sur de sus fuerzas de defensa en Gaza.

Eso es un problema de legitimidad de Hamas con sus stakeholders locales. El verdadero problema operacional lo tienes con las interpretaciones políticas respecto a la administración de Netanyahu en Israel, porque esto se lo cobran en el sentido de que se preocupó tanto de los asentamientos en Cisjordania que a Hamas una vez que tuvo Iron Dome (Cúpula de Hierro), los metió al freezer y descuidó. Y finalmente, el verdadero tema crítico en esto, es la construcción de un sistema de poder viable que flote en Medio Oriente en sus tres dimensiones: Asia Central, Golfo Pérsico y Mediterráneo Oriental, que son los pactos de Abraham. 

Ahora, los pactos de Abraham son solamente la punta del iceberg. Las dinámicas de cooperación entre Estados árabes más moderados en términos de visión internacional hacen que estén dispuestos a construir un sistema de poder donde Hamas y los grupos satélites queden marginados y se hagan irrelevantes. Esos acuerdos en el mundo árabe existen. Lo que se está haciendo ahora es formalizarlos, sacarlos del clóset y legitimarlos. 

- Pero la Cumbre de Aman fue cancelada por el ataque al hospital en Gaza del martes…
- El ataque al hospital -que se está revelando que la cosa era bien distinta- en términos prácticos era un intento de torpedeo de esa reunión. Pero por favor, esa reunión se va a efectuar exactamente igual: pública, reservada, de manera informal… Los acuerdos que están ahí son indetenibles porque son intereses mayores que no obedecen a la coyuntura, sino que la persistencia estratégica de actores críticos. Los Estados árabes conservadores del Golfo Pérsico, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Qatar, Omán, Kuwait, están viendo un futuro demasiado complicado a mediano plazo. El petróleo, los hidrocarburos no se van a acabar, van a quedar obsoletos, lo que va a significar que estos tipos van a necesitar una nueva fuente de riqueza. Pero por su configuración demográfica son extremadamente pequeños y además extremadamente reactivos a la influencia extranjera, tienen comunidades extranjeras masivas dentro de sus países, necesitan hacer un cambio dramático de su modelo económico.
Todo indica que va a ser, al menos en una fase inicial, de fuertes inversiones en las nuevas fuentes de energía y en las nuevas economías, y tecnología de punta occidental como Inteligencia Artificial. Ya la primera universidad de Inteligencia Artificial se acaba de fundar en Emiratos Árabes. Estos tipos, además, saben que son tremendamente vulnerables porque están en una frontera cultural: no nos olvidemos que los iraníes no son árabes, son persas, tienen una autoimagen imperial y una visión despectiva respecto al mundo árabe. Súmale a eso teocracia, crisis económica por las sanciones del programa nuclear, la globalización. Y para terminar de armar el desastre, que están geopolíticamente rodeados y están desarrollando un programa atómico. Tener que coexistir al otro lado del Golfo Pérsico con una potencia nuclear y quedar como jamón de sándwich entre un Israel que es nuclear desde la década del 50 con ayuda francesa y ahora un Irán nuclear y un Pakistán nuclear y una India nuclear; cuando dependes de la exportación de un commodity y además tienes serios problemas de inserción global, producto precisamente de tu visión cultural del mundo… tienes muchos motivos para estar nervioso. 

- Lo que más se ve por estos días en los medios son las muertes de civiles en Gaza. Y en respuesta a eso, ha habido marchas multitudinarias en Londres, Amsterdam, Madrid y Chicago en contra de la respuesta de Israel. Da la sensación que sólo crece la furia árabe… 
- Pero ahí tienes que son los mismos tipos en distintas combinaciones que se unen para salvar a la ballena, que se unen a pelear con la lagartija rosada por los chungungos del puerto de la mina Dominga. Es decir, es una comunidad altamente sensibilizada que opera bajo el sesgo de confirmación, es decir, ese gallo que va a estar marchando ahí, va a estar marchando por un catálogo de cosas y ese gallo no quiere creer otra cosa. Pero no puedes desnaturalizarlo al punto de hacer que esa minoría vociferante en términos demográficos, de cualquier sector, gobierne el comportamiento de un Estado. 

- Con todo lo que ha pasado esta semana: la visita de Biden, el atentado al hospital, el anuncio de apertura de una via humanitaria en Egipto, ¿estamos viviendo días cruciales?
- A nivel estratégico de alto nivel -el rey de Arabia Saudita, Netanyahu, los ayatolás de los gulags de Irán, Alí Jamenei, etc.- esto va a resolverse en un equilibrio de poder que va a tener un acuerdo de cooperación político más o menos formal, desde una cumbre y un tratado, hasta una reunión escondida detrás de un servicentro, para establecer un sistema coherente de transacción de poder en el Medio Oriente posterior a ISIS y posterior a Al Qaeda y a la guerra civil de Siria e Irak.

- ¿El acuerdo entonces, está?
- En lo grueso, sí. Por favor, es absolutamente implausible, por no decir increíble, que Antony Blinken hubiera llegado en dos días, haya recorrido la mitad de las capitales del Golfo Pérsico, haya vuelto a Jerusalén, haya partido a Estados Unidos y Biden haya partido en menos de 24 horas rumbo a Medio Oriente. Cuando tú tienes un proceso en el que tienes que crear el sistema de confianzas y luego negociar, te demoras mucho más. Acá el mecanismo de confianza ya estaba. Eso me sugiere que en ese nivel eso está relativamente controlado.
 
- ¿Cree que Joe Biden gana o pierde con este viaje a Israel?
- Gana, absolutamente. Porque demuestra una preocupación sincera y además le sirve para demostrar que tiene pasta de estadista en una elección interna en EEUU que se pinta cada vez más difícil. Se produce una dicotomía que para sectores moderados de clase media molestos con Biden por su manejo económico, encuentran que hay valores supremos, los valores de los padres fundadores.
 

La cuadratura del círculo

“Léete a Thomas Friedman en el New York Times”, asegura Wilson. “Él habla de cómo resolver el problema de satisfacer a la población israelí y al votante israelí, al ‘taxpayer’, de que las IDF lo están protegiendo mientras al mismo tiempo no le hacemos el juego de revitalizar o relegitimar a Hamas. Ese círculo que tiene que volverse cuadrado, era lo que se iba a discutir en Amán, y por eso inventaron el tongo del hospital”.

- ¿Esa cuadratura del círculo pasa por ejemplo por la apertura de un canal humanitario?
- Eso por un lado, es decir, palo y zanahoria, aprietas por un lado y sueltas por el otro. Por ejemplo, intervenciones militares segmentadas y específicas, un concepto que inventaron los americanos en Irak, que se llaman los underruns. Es una ciencia social, no es cartesiano.

Aquí no hay leyes permanentes como el agua dulce que se congela a los 0 grados y hierve a los 100. Pero estoy tranquilo que de aquí a un tiempo esto se neutraliza. Esto es un elemento menor de un conflicto mucho más grande, mucho más sofisticado y mucho más complejo, donde sí hay riesgos de características estructurales que son muchísimo más grandes. Para mí es mucho más preocupante la tensión entre Corea del Sur y Corea del Norte nucleares; entre Pakistán nuclear, Irán nuclear y los Estados árabes; la China de Xi Jinping.

- ¿Y qué va a pasar con los refugiados? Egipto no los quiere recibir…
- El problema es más jodido porque Hamas reconoce ser un aula de la Hermandad Musulmana, que es un grupo radical islamista egipcio. El problema de Muhammad Al-sisi es que cuando abra el paso de Rafah no puede distinguir si los que están entrando en Egipto van a convertirse en guerrilleros pro Hermandad Musulmana -que gobernó Egipto brevemente bajo el presidente Morsi inmediatamente antes de Al-sisi y que lo tuvieron que derrocar-. Es decir, fue un problema mayor para Egipto. Esto es un peligro, no es un acto de ser mala onda con los hermanos palestinos. Es que me costó cinco años y un baño de sangre desarticular a la Hermandad Musulmana, sacarlos de sus refugios en el Sinaí. Y ahora me quieren mandar la generación 2.0...

- ¿Y en el largo plazo, qué pasa con los palestinos?
- La única solución de mediano plazo son los dos Estados. El segundo Estado va a ser Cisjordania inexorablemente. Mal que le pese a Netanyahu, va a tener que reconocer que va a tener que levantar esas colonias en mejores o peores términos, pero lo va a tener que hacer. Eso en el mediano o largo plazo. ¿Cómo vas a producir eso? Bueno, ahí está el arte. Y por eso que a Kissinger se lo ama, se lo odia, se lo admira, se lo desprecia, pero es el pedazo de viejo que es y que sigue escribiendo libros a los 100 años. Porque era capaz de tirar transacciones, rayas en la arena que dejaban medianamente satisfecho a todos los participantes en el sistema. Métodos cochinos, conspiración, todo lo que tú quieras, el catálogo completo.

Pero bueno, se supone que la diplomacia es la mano de pintura blanca que se le tira encima a esto. Cuando el Kissinger actual -Blinken- escriba su propia memoria cuando cumpla 100 años, ¿que va a decir? Bueno, llegamos a un acuerdo en que Israel entraba al norte del río Gaza, destruye la infraestructura y los arsenales de Hamas en ese lugar en específico. No va más allá.

Los civiles se corren al sur, la ciudad. La ciudadanía israelí queda tranquila con que se vengaron. Hamas sale de la ecuación y todo se resuelve porque aquí llegamos a una conclusión, que es que Hamas acaba de convertirse en el pariente cacho de todo el mundo árabe. Veo poco probable que esto escale a un conflicto global, porque hay muchos stakeholders globales que se están jugando partes elevadísimas de su capital político para que eso no pase. 

- Mientras, estamos viendo que Hamas sigue amenazando, mostrando videos de rehenes…
- Hamas está entendiendo que su patrón inicial de acción, violencia pura, directa y sin negociación no está funcionando, por lo tanto necesitan variar los métodos. Esto te demuestra que hay alguien racional al otro lado que está pensando y que hay una ventanita, una lucecita que se filtra en la puerta respecto a una posibilidad de negociación. 

- Pero partió diciendo que Hamas es un ente que no se sienta a conversar.
- Ahí está la guerra civil interna de ellos, entre la facción de los cabros que están en la primera línea y el consejo político que está en Qatar liderado por Ismail Haniyeh -un caballero que tiene el número de teléfono, dirección, que puede tomar el desayuno leyendo el Times de Londres-, de “oye, yo gracias a esto es que vivo y tomo mi macchiato en Qatar”. 


La otra guerra de Wilson
Wilson vivió en 2020 su propia crisis. “Tuve una crisis diabética salvaje. Soy del 2% que queda sin secuela. Lo único que puedo decir en mi favor es que no tomo ni fumo y eso precisamente me salvó”, asegura.

El 22 de diciembre de ese año llegó a su casa en Viña del Mar con un fuerte dolor de cabeza. “Venía de dos semanas agotado físicamente, con desgano vital, cansancio físico extremo, estaba muy deshidratado, sentía la boca seca, y sospechaba que había algo”, dice. Según su hijo, comenzó a hablar incoherencias.

“Lo siguiente que recuerdo es que desperté el 26 de diciembre en el Hospital Naval, con cinco sondas en un brazo, cuatro en otro, amarrado a la cama. ‘Fernando, tuviste un shock diabético: una glicemia de 750, 11 accidentes vasculares encefálicos, y estamos tratando de ver qué pasó’”, recuerda que le dijo su mujer.

“Estaba tan asustado de quedar parapléjico, hemipléjico que pasé toda la noche haciendo clases en la cabeza para tratar de detectar si perdí la memoria, si movía los dedos de los pies. Estuve hasta el 7 de de enero -hasta el día de hoy- con un diagnóstico relativamente cruzado respecto a qué es lo que lo gatilla en específico, pero hay un consenso total en que es estrés. Si tú me preguntas por qué, bueno, la razón es simple: el drama de trabajar en el Covid. Llevaba mucho tiempo con muchisimo trabajo, viajando tres veces por semana a Santiago volviéndome en el bus de las 10:50 porque no manejo, escribiendo, viajando”, reflexiona.

Lo que más extraña, dice, son los Toblerone, Skittles, Kit Kat y Dunkin Donuts, en su nueva vida sin azúcar, con 16 kilos menos y varios kilómetros diarios de caminata en el cuerpo. “No soy un tipo demasiado preocupado por la facha, mi línea siempre fue mis inquietudes, y la verdad es que aumentar de peso no me preocupaba demasiado. Pero el susto fue demasiado grande”, asevera.
SIGUIENTE »
« ANTERIOR