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La rebelión esencial de las pymes
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No aguantaron más. Hartos de tener que cerrar sus negocios, mientras siguen pagando gastos fijos, los comerciantes y emprendedores se lanzaron con todo esta semana contra el gobierno: desde los más grandes de la Cámara Nacional de Comercio hasta los más pequeños que recurrieron de protección a la justicia para tratar de detener la prohibición de venta de productos no esenciales en medio de la explosión de casos de Covid. Y aunque las restricciones fueron levantadas, los pequeños empresarios decidieron mantener sus reclamos.
Desde que en las últimas semanas aumentaran consecutivamente los contagios diarios, prácticamente la totalidad del país está confinado. Solo la Región Metropolitana completa este sábado dos semanas bajo un encierro marcado por la polémica prohibición de venta de miles de productos que las autoridades inicialmente catalogaron como no esenciales y modificaron este jueves por la tarde.
Ese mismo día, varias organizaciones de comerciantes y emprendedores de regiones se estuvieron reuniendo telemáticamente para coordinar su reclamo. Se analizaron diversos caminos, formas de protesta y sumarse al recurso de protección que la Asociación de Mujeres Emprendedoras interpuso el lunes 5 en la Corte de Apelaciones.
"Muchas organizaciones y emprendedoras nos preguntan cómo sumarse. El recurso lo presentamos en beneficio, no solo de las mujeres emprendedoras, sino de todas las personas que en su calidad de emprendedores han resultado perjudicados", confirmó a DF MAS la directora y fundadora de Comunidad Mujeres Emprendedoras Chile, Johanna Reyes.
En su recurso, que actualmente analiza la Corte, la organización reclama haber sido duramente golpeada por las restricciones, encontrándose varias emprendedoras en una situación de estrangulamiento económico.
Los comerciantes y pequeños emprendedores se quejan de que la pandemia y los continuos cambios de criterio de la autoridad están llevando a la quiebra a un sector que se ha visto afectado por cierres y restricciones, a la vez que ha tenido que adecuar sus negocios para cumplir con las medidas y subirse al carro del comercio electrónico. Varios han debido vestirse de lo que no son para poder seguir trabajando: hoy en Chile hay joyerías que venden abarrotes, botillerías que ahora tienen alcohol gel en sus vitrinas, tiendas de ropa que ofrecen mascarillas y papel higiénico junto a jeans y poleras, entre otras innovaciones surgidas de la necesidad.
Además, la sentencia de la Corte Suprema del 22 de marzo que permitió a la Librería Giorgio San Pedro Ltda. de San Pedro de la Paz abrir en días de cuarentena para vender sus productos al igual que los supermercados está empujando a comerciantes y emprendedores a tomar las mismas medidas. La tienda alegó una discriminación arbitraria de la Seremi de Salud del Biobío, porque en Fase 1 le ordenaron vender solo útiles de aseo y abarrotes, prohibiéndole la venta de artículos de librería, que era su giro principal.
Además le iniciaron un sumario sanitario, mientras que a solo unos kilómetros, los supermercados vendían artículos esenciales y de librería sin limitación alguna. La Corte estimó que prohibir a uno vender una cosa y permitírselo a otro de mayor tamaño vulnera el derecho de igualdad ante la ley. El Tribunal hasta tildó de irracional la medida de la autoridad sanitaria.
Esenciales con ropa de guagua
La tienda Urbano se especializa en productos de recién nacidos y niños, por lo que con las nuevas restricciones quedaron fuera. Pero lograron adaptarse: “El gobierno planteó una normativa de esenciales muy general (…), por ejemplo alimentación. Para el rubro infantil la “alimentación” es lactancia. No puedo comprarle a una guagua recién nacida carne y verduras”, explica Roberto Mayerson, dueño de la empresa.
Bajo esta lógica han logrado seguir vendiendo la mayoría de sus productos. Una de las cosas que jugó a su favor fue el uso de la palabra "etcétera" por el Gobierno: “Esto a nosotros nos abre la posibilidad de vender muchos accesorios que sí son esenciales para la crianza y los primeros meses, pero que no están explícitamente citados en las categorizaciones”, afirma.
Por lo mismo, también recategorizaron todos sus productos para que cayeran dentro de lo esencial. “En el fondo se adapta a lo que el gobierno puso, al final nos obligó tener que interpretar un poco la normativa”, añade Mayerson.
Alcohol gel en la boti
“La gente no tiene asociado comprar productos esenciales en una botillería”, se queja Karen Brizuela, dueña de la Botillería Oasis de Valparaíso. Ella tuvo que incorporar a su vitrina de licores y cigarrillos el alcohol gel y papel higiénico.
“Es una injusticia ya que nosotros como rubro dependemos de nuestro trabajo, solo como botillería ya vendemos productos esenciales como el agua. Si bien actualmente nos hemos reinventado agregando nuevos productos, igualmente la fiscalización no es pareja”, reclama.
Aunque puede abrir su negocio, gracias a la venta de productos esenciales se siente en desventaja frente a los supermercados y grandes tiendas.
Pero no todo es negativo: en la Región de Coquimbo, Oscar López, representante de los dueños de botillerías y distribuidoras de esa zona, cree que la necesidad se convirtió también en una oportunidad: “El hecho de vender productos esenciales en realidad nos ha beneficiado, porque nos ha dado la posibilidad de reinventarnos y mantener nuestros negocios activos”, sostiene.
Salvarse con las mascarillas
"Incluir los productos que ayuden a la educación a distancia y al teletrabajo en productos esenciales nos dio un espaldarazo (…), y eso nos ayudó, si no hubiéramos tenido que cerrar”, confiesa Macarena Soto, jefa comercial de Dimeiggs, la tradicional librería de Estación Central.
A causa de la pandemia esta firma tuvo que reinventarse por completo, abriendo nuevas categorías que hoy son las más vendidas: protección personal (alcohol gel, mascarillas, etc.) y tecnologías.
"A través de estas categorías fue que nos fuimos reinventando y hemos podido comenzar a dar vuelta un poquito el número y tener un mejor resultado financiero de la empresa”, añade.
Un mat de yoga en la ferretería
Juan Francisco Gómez es dueño de la Ferretería Armaño en Providencia, la cual de ese giro tiene cada vez menos. Para poder sobrevivir, decidieron ampliarse al deporte, cuyos artículos sí fueron considerados como esenciales. "Ha sido bastante especial abrirnos a varias cosas, se nos abrió el giro totalmente diferente, a cosas que nunca habíamos trabajado con anterioridad”, cuenta.
Hoy en su negocio se pueden encontrar desde mancuernas hasta productos para hacer yoga, como un mat. Y también comenzó a vender tests rápidos de Covid, acompañados de todos los suplementos de sanitización que son cada día más demandados.
"La verdad es que la pandemia nos abrió hacia un mercado y un tipo de público que nunca habíamos atendido", explica.