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Seis chilenas que mueven al mundo de las startups
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Paula Enei, cofundadora de Platanus:
“En Chile somos muy pocas las que tenemos el poder para firmar un cheque por un VC”.
Es sicóloga de profesión, pero nunca se imaginó ejerciendo. Siempre quiso crear algo propio que tuviera impacto. Y pese a que tampoco rondaba en su mente una startup digital, de a poco fue transitando por ese camino, hasta crear junto a sus socios la aceleradora Platanus Ventures.
En 2020 invirtieron en cuatro empresas; el año pasado, en 11. En lo que va de este año, en 26, y pretenden invertir en 100 de aquí a los próximos dos años. “Queremos ser como un catalizador de empresas digitales, porque creemos que ahora es la oportunidad y hay un buen momento para hacerlo”, asegura.
En Platanus apuestan por startups digitales donde al menos uno de los socios sepa programar y liderar el área de tecnología. Además, debe ser un fondo hispano-hablante. Dice que desde que comenzó hay más mujeres, pero la representación aún es muy baja y menos del 20% reciben financiamiento para su empresa, porque tienen muchas barreras para hacer crecer sus iniciativas.
Sin embargo, apoyar negocios liderados por mujeres genera retornos, por lo que se propusieron captar a las pocas representantes que están entrando en este mundo. Cambiaron el lenguaje y Paula se posicionó como la cara visible de Platanus (son cinco socios). “En Chile somos muy pocas, como cinco o seis mujeres, las que tenemos el poder de firmar un cheque por un Venture Capital. Las demás que están en la industria trabajan en el capital, entonces, hay un desafío importante ahí”, añade.
Con estos cambios se ha duplicado la cantidad de mujeres que postulan y han logrado apoyar a más… Y tienen nuevos planes en carpeta. Paula advierte que hay pocas CEO en estas áreas y eso es algo que se debe cambiar, las mujeres deben aprender a ser líderes y a negociar.
Magdalena Guzmán, directora ejecutiva ACVC:
“Con mujeres en las empresas los retornos son mayores”.
Desde el mundo del diseño, Magdalena Guzmán, directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Venture Capital, tomó la experiencia en el levantamiento de problemáticas y metodologías innovadoras de soluciones creativas.
En cuatro años han logrado congregar a todos los actores involucrados y hacer crecer a la industria. El año pasado invirtieron US$ 337 millones, un crecimiento de 632% respecto de 2021.
El año pasado el 7% de quienes levantaron capital fueron mujeres. “La cifra de inversión se ha mantenido en el tiempo con una diferencia en el 2020 de tres puntos por sobre el 7% en Chile, y corresponde al mismo porcentaje para toda Latinoamérica y El Caribe” (Catalysin Equality, UN Women, 2021), detalla Guzmán.
Dicha proporción habla del tremendo desafío que existe de visualizar a las mujeres que están en tecnología para motivar a sus pares. La buena noticia, comenta, es que en mercados más desarrollados los porcentajes están cambiando: En Estados Unidos, durante 2021, la inversión en startups fundadas por mujeres creció en un 83% con respecto al 2020, tendencia que en el corto-mediano plazo debería traspasarse a mercados emergentes como Chile.
Magdalena cree que las mujeres deben atreverse a más y tomar riesgos, algo intrínseco de todo emprendimiento. Una mujer inversionista abre más posibilidades a sus pares. “Incluso se han creado fondos que invierten exclusivamente en mujeres o que invierten solo cuando hay una mujer entre los co-founders. Esa diversidad es muy atractiva y se ha comprobado que se traduce en mejores retornos que empresas conformadas solo por hombres”, asegura.
En promedio, las empresas con diversidad de género en los mercados emergentes, como Latinoamérica y El Caribe, tenían una tasa interna de retorno (TIR) un 13 % más alta en relación con el promedio, según un estudio de IFC.
Antonia Rojas, socia de ALLVP:
“Más fondos en la región seguirán sumando mujeres”.
El mundo STEM siempre rodeó a la socia de ALLVP. Su abuelo, ingeniero eléctrico, trabajó en Alemania en el desarrollo de uno de los primeros computadores, y su madre fue una pionera en traer la fotografía digital. Antonia se involucró en diferentes proyectos de tecnología y se fue a San Francisco, la cuna del emprendimiento y de la tecnología, a hacer un master en Emprendimiento Social.
Hoy ALLVP maneja más de US$ 350 millones y es una de las administradoras de VC más grandes de la región. La socia dice que los fondos se han empezado a dar cuenta que para ser buenos inversionistas necesitan entender a la sociedad como un todo. “Y eso incluye la perspectiva de las mujeres: tendrán mejores retornos y serán más competitivos”, añade.
También espera la creciente presencia de mujeres en este ámbito se normalice y sirva como efecto dominó. Destaca a Maya Capital y Platanus Ventures, fundados por mujeres y operados por ellas con retornos excepcionales, “en donde su posicionamiento no está relacionado a su género, sino a su expertise y valor agregado”, añade.
En ALLVP sumaron a Jimena Pardo como tercera socia. “De tres socios, dos somos mujeres, y la energía diferente se siente. Estoy segura de que más fondos en la región seguirán sumando a más y más mujeres”, enfatiza. Para escoger los emprendimientos que apoyarán buscan asociarse con equipos fundadores que estén resolviendo grandes problemáticas de la región. “Nos interesan los mercados grandes, con problemas reales”, indica.
Hoy tienen un approach boutique al venture capital, en donde apoyan entre 15 a 20 empresas por fondo. “En Chile, hemos invertido en tres compañías: Cornershop, Fintual y Cumplo, y esperamos invertir en más startups chilenas dentro de los próximos años”, asevera.
Isabel Loncomil, cofundadora de LIRMI:
“Soy líder de una empresa tecnológica y no soy ni programadora, ni ingeniera, soy profesora”.
12 años a la educación en aulas dedicó la profesora de Enseñanza Básica Isabel Loncomil. Hasta que en 2014 dejó atrás las clases de matemáticas e historia en colegios públicos y privados, y puso fin a la frustración de lo complejo que es enseñar y para los niños aprender. Sabía que se podía hacer algo más por mejorar los procesos, pero no dentro de las salas de clases.
Tuvo una idea, identificó una problemática, y en la interacción durante algunos talleres educativos con los ingenieros Emerson Marín y Marcelo Catrileo, que es “seco en tecnología”, dieron forma a lo que ella había imaginado. LIRMI es una plataforma de software impulsado por la ciencia del aprendizaje, Machine Learning y Big Data, que permite orquestar todos los procesos de un colegio, generar flujos de trabajo totalmente optimizados e insight para anticipar decisiones críticas.
Partieron de cero, desde sus casas y con sus recursos propios. Luego tuvieron el apoyo de Corfo, que les dio oxígeno durante los primeros años.
“En 2013-2014 las startups eran territorio de hombres”, recuerda Isabel, porque se las vinculaba a ingeniería y programación. “En su momento no sabía nada de tecnología, solo lo básico de Excel y Word, pero mis conocimientos en educación me permitieron que otras personas que sí saben de negocios y tecnología generaran lo que tenemos hoy. Eso ahora se está replicando con más mujeres creando startups. Hoy soy líder de una empresa tecnológica y no soy ni programadora, ni ingeniera, soy profesora”, recalca.
Ahora trabajan en la consolidación y expansión. “Somos en Chile la EdTech más grande”, precisa. Se han fusionado y adquirido otras empresas como Umáximo. Trabajan con más de 2.200 establecimientos educacionales y están presentes en Chile, Perú, Colombia, Brasil y México.
Valentina Laval, cofundadora de Lifebox:
“Lo primero es tener autoconfianza, creer que eres capaz”.
La psicóloga y máster en psicología, Valentina Laval, conoció al ingeniero comercial Mauricio Peñafiel en la Universidad Adolfo Ibáñez. Tras conversar, se dieron cuenta de que tenían una visión común: sabían que las personas necesitaban desarrollar habilidades relevantes para la vida, “pero todo lo que se estaba haciendo tenía bajo impacto”, señala Valentina.
Entonces visualizaron una forma distinta de capacitar. En 2019, previo a la crisis social, cofundaron Lifebox con la idea de entregar a las personas esas herramientas que no proporciona el conocimiento técnico. Lo hacen a través de la metodología impulsada por Valentina, mediante microcursos de no más de 60 minutos, en formato sincrónico y asincrónico, donde de forma entretenida, las personas se capacitan sobre liderazgo, comunicación efectiva y agilidad emocional.
A la fecha Lifebox ha capacitado a más de 10.000 colaboradores pertenecientes a empresas como Falabella Financiero, Banco Santander, Caja Los Andes, Enel, entre otros. Esperan a fin de año haber duplicado el número.
Desde la psicología, Valentina advierte que las mujeres tienen mucho que aportar al mundo de las startups; son más intuitivas, forman un buen complemento y proporcionan diversidad.
“He visto pocas mujeres liderando startups y cuando hay componentes femeninos se desarrolla una cultura de trabajo distinta, más orientada a las personas y no solo a lo más rentable. Aportan al equilibrio”, asegura. Cree que para que más mujeres participen en el ecosistema “lo primero es la autoconfianza, creer que eres capaz, porque a la hora de emprender no hay grandes diferencias entre hombres y mujeres. Hay que atreverse, no esperar a tener todo resuelto, sino que hay que partir por algo”.
Carolina Samsing, CEO de Nubox:
“La concientización es el primer paso para que veamos cambios”.
Como un bicho extraño en el mundo de las startups, se percibe Carolina Samsing, Ceo de Nubox. Primero porque es periodista, y segundo porque es mujer. Partió en 2009 a través de marketing digital en una aceleradora de negocios, cuando recién se estaba instalando el concepto de ecosistema. Organizaron los startups weekends, y como le pareció interesante armó maletas y se fue a hacer un MBA a Estados Unidos, a Babson.
Hizo su práctica en una startup llamada Hubspot. “Viví un unicornio desde dentro, que pasó de 100 a 10.000 personas, y de valer US$ 2 millones, a U$ 32 billones y abrirse a la bolsa en cinco años”, recuerda.
En 2019 volvió a Chile porque quería que sus hijas estudiaran acá y se sumó a Nubox, un software de administración para pymes que permite que todas estas empresas puedan administrar y gestionar su negocio 100% online de forma sencilla y rápida. Hoy tienen más de 15 mil clientes, y más de 80 mil pymes son gestionadas a través del software.
“Más que una startup somos una scaleup, con equipos más definidos”, acota. En 2016 el fondo Riverwood Capital invirtió en ellos para acelerar su crecimiento y un año después Nubox es parte de SUMA, grupo que va sumando los mejores software de administración de empresas en la región. Está presente en México, Argentina y Chile. Hoy es la CEO. “Me gusta porque creo que las empresas están hechas de personas y no de productos”.
Carolina cree que hoy hay más conciencia de la necesidad de contar con grupos mixtos. Hace poco se sumó al directorio de otra empresa de tecnología y no solo por su expertise, también con la intención de mayor diversidad. “La concientización es el primer paso para que veamos cambios”, asegura.