Opinión
Isabel Amor y el escándalo en Finlandia: "La primera ministra se vio en la obligación de dar explicaciones respecto a su derecho a disfrutar la vida"
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El domingo de la semana pasada se estrenó un video que suscitó la discusión equivocada: en la franja del Rechazo se expuso un caso de un joven travesti que había sido atacado mediante un escopetazo y que había decidido no denunciar por amor.
La discusión se centró en lo errado del mensaje en dos puntos. Primero, en que nunca debemos promover la falta de denuncia, sino que, por el contrario, es fundamental que incentivemos a denunciar. En segundo lugar, la conversación giró en torno a si el protagonista del spot contaba o no una historia real.
Si dejamos de lado ambos asuntos, tenemos que relevar que quienes son responsables de poner en el aire este video no se disculparon por la naturalización de la violencia hacia la población parte de la diversidad sexual y de género, y siguieron mostrando el spot durante toda la semana.
¿Se imaginan el ataque hubiese sido a una niña y le pidieran a los padres que no denunciaran “por amor”, que difundieran el mensaje toda la semana y que más encima no tuvieran la decencia mínima de pedir disculpas?
Sanna Marin es una de las jefas de Estado más jóvenes del mundo. Desde 2019 ocupa el cargo de primera ministra de Finlandia y tiene a su haber más de alguna polémica que se relaciona con las actividades que realiza dentro de su vida personal. Durante las últimas dos semanas, sin ir más lejos, la mandataria ha estado involucrada en un escándalo importante por fotos y videos que se filtraron al público respecto a una fiesta que tuvo lugar en su residencia.
Los dos registros que más interés suscitaron fueron una foto en la que dos mujeres se daban un beso mientras cubrían su torso semi desnudo con un letrero que dice “Finlandia”. El segundo, es un video de la mismísima Marin en el que se escucha a alguien haciendo alusión a un posible consumo de cocaína.
Aunque los expertos han desestimado que en el registro audiovisual se estuviera consumiendo este estupefaciente -ilegal en Finlandia – la primera ministra tuvo que responder al pueblo finlandés haciéndose un test de drogas que salió negativo.
No satisfechos con este resultado, la primera ministra se vio en la obligación de dar explicaciones respecto a su derecho a disfrutar la vida, indicando que no había hecho nada ilegal y disculpándose por la fotografía que otras mujeres se habían tomado en el baño de la residencia oficial.
La respuesta de las mujeres de Europa, principalmente, no se dejó esperar. Millones respondieron a las críticas hacia la primera ministra, subiendo fotos y videos en fiestas, en un intento de solidaridad que también acusa el doble standard con que se estaría juzgando a Sanna Marin en relación a sus pares europeos, que tienen “yayitas” bastante más cuestionables.
La primera baja: ministra Vega
Esta semana el Presidente Gabriel Boric aceptó la renuncia de la ministra Jeanette Vega, quien dimite por una comunicación telefónica sostenida con Héctor Llaitul -fundador y líder histórico de la Coordinadora Arauco Malleco- tras ser detenido por delitos asociados con usurpación de tierras, robo de madera y Ley de Seguridad del Estado.
Es una buena señal que la autoridad se haga cargo de la responsabilidad política a tan alto nivel, y es un paso certero hacia la paz que el gobierno no solo esté dispuesto sino que se haga responsable de cuidar el fondo y la forma de sus acciones.
Sin embargo, ¿qué tenía que discutir Vega con Llaitul?
Viruela del mono: gente a la deriva
La alerta mundial respecto a la viruela del mono fue el 13 de mayo. Aproximadamente un mes después, el Ministerio de Salud a través de la líder de la cartera, María Begoña Yarza, decretó alerta sanitaria en el territorio nacional.
En la fecha que esto sucedió, el Minsal reportaba 39 casos de hombres contagiados. El último reporte oficial indica que al 26 de agosto hay 344 casos confirmados. Un aumento de esta magnitud debió tener un espacio preferencial en la agenda noticiosa de la semana, sin embargo, a pesar de la gravedad, esto no fue así y esto es gravísimo.
Hasta el momento, quienes se contagian son trasladados a residencias sanitarias, donde se les da tratamiento a los síntomas. La obligatoriedad de la residencia se ha transformado en un desincentivo que nos permite asegurar que el número oficial de contagiados dista por mucho de la cantidad real de personas que están padeciendo la enfermedad.
Otros países están entregando vacunas. Acá, esta medida no tiene fecha de implementación conocida y la autoridad alega que no es posible comprarlas por la baja producción.
Entonces, lo que correspondería es avanzar en otras líneas: actualización inmediata de los mecanismos de cuarentena y control epidemiológico -facilitando el aislamiento en domicilios particulares, eliminando la obligatoriedad de estar 21 días en un hospital o residencia sanitaria- y testeo en todo el país, asegurando que se cree un código Fonasa para que las personas puedan efectivamente acceder a la vacuna.